Este fin de semana he aprovechado para ver la primera temporada de “Dallas en su segunda vida, para volver a ver a un J.R. al que sólo había visto en reemisiones de la “Dallasclásica, y para disfrutar con el regreso de la soap opera por excelencia. Y aunque les cueste arrancar varios capítulos, lo cierto es que merece mucho la pena, especialmente por esos dos o tres últimos episodios.

Dallas
Creador: David Jacobs (serie original)
Reparto: Jordana Brewster, Linda Gray, Julie Gonzalo, Larry Hagman,  Patrick Duffy, Josh Henderson, Ken Kercheval, Jesse Metcalfe, Brenda Strong
Producción: Warner Horizon Television
Capítulos: 10

Antes de hablar sobre esta “nueva” Dallas habría que decir que no estamos ante un remake, sino, sencillamente, ante la continuación, 21 años después de su cierre. Nos volvemos a encontrar con las luchas fraticidas entre los Ewing por el control del rancho Southfork y, especialmente J.R., por el control de las reservas petrolíferas que éste rancho esconde. De hecho J.R. (Larry Hagman) ha pasado varios años recluido en una depresión y, como un viejo tiburón, sólo ha salido de ella cuando ha olido sang… perdón, petróleo, revolucionando así a la familia, los negocios y los chanchullos en los que su hijo, J.R. III (“John Ross”, también conocido como “el pánfilo chulito”) anda metido para robar Southfork a su tio Bobby (Patrick Duffy) mientras su primo adoptivo e hijo de Bobby, Christopher, anda a lo suyo: recuperándose de cuando su novia del insti, Elena () lo largó (ahora está liada con J.R. III) con la guapa Rebecca Sutter Ewing (Julie Gonzalo) y, a la vez, desarrollando una nueva tecnología para extraer no sé qué energía alternativa (ecológica no, porque Chris mete la pata y provoca uno o dos terremotillos, pero es un Ewing, ¿quién le va a pedir cuentas por unos pocos muertos?). En fin, que si a esto sumamos a una Sue Ellen (Linda Gray) que se quiere presentar a Gobernadora y poquito más ya tenemos los ingredientes necesarios para esta soap opera en la que pronto veremos mezclarse temas clásicos y enrevesarse todo. Eso sí, hay que tener una cosa clara: J.R. es el que salva la serie, la “nueva generación” da bastante penica.

Supongo que los guionistas de la serie lo tenían claro. Metemos a Larry Hagman y Patrick Duffy, que den el relevo generacional y a uno lo dejamos en el asilo y al otro nos lo cargamos con un cáncer. Y listo, porque, claro, nuestros nuevos chicos, J.R. III y Chris, van a tener tanto o más carisma que Bobby y J.R., ¿verdad?. Pues ni de lejos. Hasta que J.R. no se pone el sombrero y empieza a conspirar la serie no despega y es sólo gracias a los actores clásicos por lo que deja tierra. Eso sí, los guionistas comienzan a cogerle el tiento a las tramas y, si bien dejan algún cabo suelto (los terremotos) o tienen algún problemilla aprovechando sus propias ideas (las energías alternativas, más bien parece un comodín que algo que hayan pensado demasiado o con lo que sepan cómo jugar), en cuanto comprenden que hay que bajar al fango, donde la pelea es más divertida de ver, la serie despega y nos deja un final épico de esos de quitarse el sombrero y gritar “¡yuuujuuuu! ¡Ha vuelto la soap opera!”.

Eso sí, ver Dallas puede hacer que tengáis ganas de ver Falcon Crest o Dinastía y, maldita sea, ¡quiero ver a Angela Channing en acción!, a que flipéis un poco con el uso de las armas (a fin de cuentas están en el “buen estado de Texas” con “la buena gente de Texas”, sí, esos que te cosen a balazos si no das los buenos días) y a que lo gocéis con el cuadrado amoroso de la nueva generación (aunque hay un triángulo amoroso de los viejos tiempos por ahí).

Una cosa tengo clara, si me piden que me quede con un personaje… tendría que dividirlo, si fuese uno masculino sería el J.R. de toda la vida, y si fuese uno femenino sería Rebecca Sutter Ewing (Julie Gonzalo), especialmente por el sprint final de la temporada, cuando los guionistas y actores han comenzado a cogerle el pulso al drama y donde todos, unos más y mejor que otros, empiezan a moverse en su salsa. Mención aparte merece las apariciones, breves, de Ken Kercheval (Cliff Barnes) que darán mucho juego para la segunda temporada.

En el punto negativo pondría a Jordana Brewster (Elena Ramos) , y eso que me encantó en The Faculty, que aquí está tan mal como Josh Henderson (J.R. III) y como Jesse Metcalfe (Christopher Ewing), supongo que es lo que pasa por escoger actores modelo Keanu Reeves, suerte que tienen a Julie Gonzalo (Rebecca Sutter Ewing) para darle vidilla a la trama con un personaje que me recuerda, poderosamente, al de Emily Thorne en Revenge y que me hace confiar en que algo bueno, muy bueno, puede salir de este regreso de Dallas.

De momento la TNT ha renovado la serie por una segunda temporada de 15 capítulos que, me temo, nos van a ser escasos, muy escasos. Dallas ha vuelto y el futuro promete estar muy complicado para aquellos que se quieran enfrentar con J.R., su hijo incluido, y a nosotros que nos encanta la fuerza de este villano capaz de resucitar 21 años después.

Por cierto, aquí tenéis un vídeo resumen de los momentos más interesantes de la Dallas clásica. Eso sí, está en inglés.

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