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El dibujante y guionista veneciano Hugo Pratt (1927-1995) estableció que su personaje más conocido, el aventurero y marinero Corto Maltés, naciese un 10 de Julio de 1887 en La Valeta (Il-Belt Valletta), en la isla mediterránea de Malta. Así que ayer fue su cumpleaños. Su primera aparición está fechada en 1967, en las primeras páginas de una historia titulada “Una Ballata del Mare Salato” para la revista “Sgt. Kirk“.

Corto Maltés es un marino apátrida y aventurero, hijo mestizo de un marino británico y una prostituta zíngara llamada ‘La Niña de Gibraltar’, siempre a caballo entre la ficción y la realidad de la belicosa y emocionante primera mitad del siglo XX. No hay lugar misterioso o legendario que no haya visitado este trotamundos ensimismado y complejo, y en el año 1974 su creador decidió llevarlo hasta las heladas estepas rusas, justo entre los ajetreados años 1918 y 1920 aproximadamente, en las páginas de “Corto Maltés en Siberia“.

La acción de este álbum nos traslada a la frontera entre China y Rusia, una Rusia sacudida por las convulsiones del proceso revolucionario que está acabando con el imperio de los zares, un tiempo confuso y caótico de guerra civil que está preparando la llegada del comunismo. En ese contexto, Corto Maltés y su amigo (y en ocasiones némesis) Rasputín, a las órdenes de una organización clandestina china llamada Linternas Rojas, se ven envueltos en la búsqueda desesperada de un tren blindado cargado de oro que perteneció al zar Nicolás II al que todos los bandos desean poner las manos encima. La acción transcurre entre China, Manchuria, Mongolia y Siberia, y en el camino de Corto se cruzarán ejércitos, guerrilleros, revolucionarios, mujeres de armas tomar como la duquesa Marina Seminova o la Linterna Roja Shanghai Li, y personajes históricos como el barón Roman von Ungern-Sternberg.

Corto Maltés es un personaje estrechamente relacionado con la historia de los treinta primeros años del siglo XX, desde 1913 en “La balada del mar salado” hasta 1925 en “Mu“, que aporta una reflexión y una visión muy personal de determinados acontecimientos históricos que cambiaron el mundo. Los caminos de este aventurero singular le llevaron por todos los rincones y acontecimientos relevantes del mundo conocido, desde Etiopía hasta Sudamérica, pasando por Manchuria, Venecia o Buenos Aires, desde la Revolución Rusa hasta la Primera Guerra Mundial, para terminar su periplo en el continente perdido de Mu y luchando con las Brigadas Internacionales en la Guerra Civil Española, donde se le pierde la pista. ¿Falleció allí? Uno de los mejores estudiosos de Hugo Pratt y su obra, Dominique Petitfaux, afirmaba que no, que un Corto anciano se retiró a vivir su vejez con Pandora y allí, en paz, finalizó sus días.

De hecho las aventuras de Corto siguen caminos que su autor, Hugo Pratt, ya había recorrido y vivido durante su ajetreada vida,, desde la ciudad de los canales hasta Abisinia, actual Etiopía, acompañando a su padre, en África como intérprete del ejército británico durante toda la Segunda Guerra Mundial, hasta Buenos Aires donde estaría más de una década,… “Mi vida ha sido un paseo interesante” explicaba el mismo Pratt, narrador, divulgador, erudito, creador de mitos y leyendas, sobre su periplo vital.

Las aventuras de Corto Maltés han sido traducidas a una decena de idiomas y las ventas de sus álbumes alcanzan cifras millonarias en todo el mundo. Sólo en Francia, el país donde más seguidores tiene, cada una de sus aventuras editadas alcanzaba el medio millón de ejemplares. En nuestro país la edición en castellano corresponde a Norma Editorial, y jamás está descatalogado: siempre hay y siempre hay demanda de reediciones de las aventuras de Corto Maltés.

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