Hay días en los que acudes a un concierto algo perezoso, con ganas de terminar la experiencia cuanto antes y de regresar a casa a descansar de una semana particularmente dura en la que el calor y las tormentas han pesado a casi partes iguales. Pero también hay días en los que a pesar de todo esto acudes al concierto con la esperanza de ver algo especial, conscientes de que delante vas a tener una banda como Texas y que eso puede ser grande, muy grande.

El sábado los escoceses Texas, liderados por Sharleen Spiteri dieron  una espectacular lección de música en la que demostraron que la veteranía sobre los escenarios permite ofrecer un concierto intenso, emotivo y en el que Spiteri se metió al público en el bolsillo en apenas 2 minutos en su primer concierto de la gira Jump on Board en Zaragoza.

Lo cierto es que Texas comenzó con fuerza su concierto, con Conversation y Summer nos da una muestra de un hit del pasado y uno de sus últimos singles que tan fuertemente han calado entre sus fans. Una forma excelente de comenzar con energías y enganchando al público. A partir de ese momento Spiteri comenzó a hablar con el público, a hacer los típicos gestos hacia la ciudad (eso de ponerse el cachirulo nos llegó a todos los maños de la sala) y los españoles con los que nos hizo aullar y babear de la emoción mientras iba desgranando temazos de Texas como Everyday now, Thrill has gone, Let’s work it out, When we are togheter o Lifetime con un público totalmente entregado que no cesó de jalear y cantar todas sus canciones.

El concierto no dejó de ser una delicia para los fans de Texas que seguíamos a pies juntillas las indicaciones y comentarios de Sharleen mientras interpretaba Tell that girl, Tired os being along, So called friend , Midnight, In demand, Lover, Black eyed boy, Say what you want… con las que pareció acabar el concierto pero que aún reservaba dos temas especiales: Inner smile y la versión de Suspicious minds con la que cerraron el concierto ante un público totalmente entregado que, en mi caso, me dejó con ganas de repetir en el próximo concierto que darán en Zaragoza en unos pocos días.

Por cierto, Sharleen sufrió un accidente hace un mes y tras el concierto llevaba el brazo en cabestrillo, nada de esto influyó en su entrega en el escenario tocando en varias ocasiones la guitarra, aunque seguro que eso le provocaba dolor, demostrando su gran profesionalidad.

La nota negativa fue el increíble calor que hubo en el Teatro de las Esquinas donde sólo al final del concierto se notó el aire acondicionado (por no decir que no se encendió hasta entonces, o esa impresión nos dio) en una sala abarrotada y que colgó el cartel de entradas agotadas.