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Años 50’s del siglo XX, en la Polonia bajo dominación comunista Wictor, músico introvertido que recluta artistas para un espectáculo itinerante, conoce a la volcánica Zula. Su relación romántica con vaivenes e idas y venidas está marcada por un contexto que de alguna forma oprime su libertad de elección. El director cuenta su relación a lo largo de varios años haciendo uso constante de la elipsis y reflejando aquella Europa de postguerra triste y gris con un blanco y negro y unos encuadres muy trabajados, muy significativos, repletos de significado. Se trata de una película que cuenta algo que hemos visto muchas veces pero nunca de esta manera, con una sensibilidad, sutileza y profundidad muy especiales. No sólo invita a conocer el desgarro de un amor complejo sino también una época, un ambiente, un trasfondo marcados por una tristeza que lo empapa todo y que convierten el visionado en una experiencia arrebatadora y muy seductora.