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Se suele decir que la mejor secuencia de persecuciones de coches de la historia del cine es la que nos ofreció el director británico Peter Yates en “Bullitt“, con el Ford Mustang GT-390 conducido por Steve McQueen, en uno de sus papeles más icónicos, tras el Dodge Charger R/T de los sicarios por los sube y baja de las calles de San Francisco. Estoy totalmente de acuerdo.

Tras el éxito de “El gran robo” (1967), en la que se narra el asalto a un tren en Glasgow, Peter Yates saltó a Hollywood, donde comenzó con un golpe de suerte: “Bullitt”, un film en la que Steve McQueen encarnaba al detective Frank Bullitt, y cuyas trepidantes escenas de persecuciones de coches al ritmo de la música de Lalo Schifrin le concedió a la película el Oscar al mejor montaje para Frank P. Keller y cuatro Globos de Oro, entre ellos el de mejor director para Yates.

Protagonizada por Steve McQueen, Robert Vaughn, Jacqueline Bisset, Don Gordon, Robert Duvall, Simon Oakland y Vic Tayback, entre otros, “Bullitt” nos contaba como Johnny Ross, un maleante al que persiguen su hermano Pete y los miembros de la banda a los que ha estafado varios millones, huye de Chicago a San Francisco, donde le espera Walter Chalmers, un ambicioso político que le ha prometido protección si, a cambio, se ofrece como testigo protegido en una investigación contra las actividades criminales. Un tipo que guarda un asombroso parecido con Johnny se hará pasar con él, mientras que el capitán Bennet de la policía de San Francisco asigna al detective Frank Bullitt que proteja al falso Johnny Ross, pero será asesinado. A partir de ahí, Bullitt saldrá en busca de caza y captura del criminal que mató a su testigo.

El guion de Alan R. Trustman y Harry Kleiner se basó en la novela “Mute Witness“, de Robert L. Fish, escrita bajo el seudónimo de Robert L. Pike y publicada en 1963, pero el libro jamás hubiera sido capaz de narrar una escena como la persecución de automóviles. Casi once minutos de carreras a más de 110 millas por hora (177 km/h) por el centro de la ciudad que han pasado a la historia, y ha sido repetidamente homenajeada y también parodiada. De hecho, tal y como se puede comprobar en “Fast and Furious“, el género de las películas con olor a gasolina y neumático quemado no ha cambiado tanto desde los años setenta: un héroe masculino, muchas curvas femeninas para dar lustre, vehículos de colores brillantes y potentes motores,… ¡y a correr!

En el año 2018, para conmemorar el quincuagésimo aniversario de la película, la compañía automovilística Ford Motor Company lanzó la edición Bullitt Ford Mustang, equipado con un motor V8 5.0 litros de 464 CV, por más de 50.000 dólares.

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