Tras la agotadora gira por los Estados Unidos, nuestro grupo musical favorito debe afrontar nuevos retos, como la grabación de un single que le catapulte a la fama en Japón. Todo esto y más lo veremos en el octavo tomo de “BECK“, el alucinante manga creado por Harold Sakuishi.
BECK 8Tras finalizar con éxito su gira por Estados Unidos, Koyuki y la banda regresan a Japón y deciden que es el momento para la producción de un nuevo miniálbum. Sin embargo, gracias a las artimañas de su archienemigo en la industria, Ran, ninguna discografía quiere firmar con la banda… Por suerte, Sato consigue un contrato con un pequeño sello independiente, pero, debido a un proceso de grabación desastroso, el sencillo debut de BECK, Human Fly, no logra alcanzar el objetivo de ventas. Aun así, Kawakubo les ofrece un contrato para un segundo sencillo y esta vez se asegurarán de que se mantenga fiel a su sonido. ¿Podrá BECK aprovechar esta oportunidad para volver a triunfar?

Llega el octavo libro de “BECK“, un manga que no baja el nivel de interés desde que su primer capítulo. En este nuevo tomo vemos a los muchachos de la banda afrontar nuevos retos, igual de complicados que los anteriores. La primera escena, a modo de paréntesis, transcurre en Nueva York, lugar a donde Ryusuke ha acudido tras acompañar al resto de los “Mongolian Chop Squad” (el nombre de BECK fuera de su país). Es buen momento para recapacitar sobre lo sucedido . ¿Debe regresar con la banda? Claro que sí.

Mientras, Koyuki mata su tiempo en Japón. Se siente como si la gira se hubiera producido en un pasado remoto. Apenas unas páginas después, los chicos de BECK descubrirán que Ryosuke está allí con ilusiones renovadas: deben componer un álbum nuevo. La promotora les presenta a Kawakubo, un productor musical que se encargará de la grabación de ese álbum, pero no en un primer momento, ya que cuesta convencerle para ello.

Producir un álbum no es barato. Koyuki y los otros miembros tienen que conseguir el dinero necesario. para ello se aplicarán duramente en sus trabajos. Otro hilo argumental nos desarrolla la relación de Koyuki con Maho. Se hacen novios, pero ese idilio es más complicado de lo que pensaban, al chocar las personalidades de ambos. Entre esta trama y la del CD, nos encontramos un tomo muy completo, divertido y lleno de interés, como va siendo la serie entera.

En “BECK #8” pasan muchas cosas repletas de interés. Todas derivan en la creación del CD Human Fly, que se pone a la venta en tiendas seleccionadas. Pero las condiciones que impone el productor son muy complicadas de cumplir ya que han de vender un mínimo de unidades. Afortunadamente, BECK tiene flor y todo lo que en un principio resulta una utopía por las razones que sean, acaba con un final más que feliz. El segundo single, Tabasco, lo petará. Solo hay que recordar lo que pasó en su concierto en el Grateful Sound, que vimos en el quinto tomo de la colección.

Harold Sakuishi nos ha enganchado y no nos suelta. Él mismo confesó que alargó la trama de este manga de lo cómodo que se sentía trabajando en él. Así pues, el recorrido de “BECK” en la industria se antoja de larga duración. El mangaka creó esta ficción en las páginas de la revista “Monthly Shōnen Magazine” de la editorial japonesa Kodansha entre 1999 y 2008, finalizando con un total de 103 capítulos que al poco fueron recopilados en 34 volúmenes en formato tankōbonDistrito Manga lleva casi la mitad de la serie (son diecisiete tomos) en formato kanzenban.

Como en anteriores tomos, encontramos unos extras muy jugosos, especialmente dirigidos a los melómanos. En esta ocasión el maestro Harold Sakuishi comenta con detalle los títulos interpretados en el manga. Títulos de artistas de empaque como Led Zeppelin, Jimi Hendricks y The Beatles entre muchos otros. Aparecen como easter eggs a lo largo de toda la obra y suponen rica e interesante información adicional. Anima a ir corriendo a Spotify a escuchar las citadas melodías.

BECK #8
Autor: Harold Sakuishi
Fecha de publicación: Febrero de 2024
Formato: Rústica. Blanco y negro.
Páginas: 416
Precio: 17,95 euros