La colección Nova me sorprendió hace unos añitos cuando publicó “Ready Player One” de Ernest Cline, un libro que, no me duelen prendas en admitirlo, compré por su ochentera portada y que he releído ya dos o tres veces. El segundo libro de Cline, “Armada“, acaba de salir a la venta y me ha dejado un saborcillo agridulce.
Armada
Ernest Cline
Traducción David Tejera Expósito
Nova
ISBN: 9788466658935
432 páginas
Rústica con solapas
21.00 €
El esperado regreso del autor de Ready Player One, el best seller geek en que se basará la próxima película dirigida por Steven Spielberg.
Zack Lightman se ha pasado la vida soñando. Soñando con que el mundo real se pareciera un poco más al sinfín de libros, películas y videojuegos de ciencia ficción que lo han acompañado desde siempre. Soñando con el día en que un acontecimiento increíble y capaz de cambiar el mundo hiciera añicos la monotonía de su aburrida existencia y lo embarcara en una gran aventura en los confines del espacio.
Pero un poco de escapismo no viene mal de vez en cuando, ¿verdad? Después de todo, Zack no deja de repetirse que sabe dónde está el límite entre lo real y lo imaginario. Que sabe que en el mundo real nadie elige para salvar el universo a un adolescente con problemas para controlar su ira, aficionado a los videojuegos y que no sabe qué hacer con su vida. Y entonces Zack ve un platillo volante.
Para colmo, la nave alienígena es igual a las del videojuego al que se pasa enganchado todas las noches, un juego multijugador de naves muy popular llamado Armada en el que los jugadores tienen que proteger la Tierra de unos invasores extraterrestres. No, Zack no se ha vuelto loco. Aunque parezca imposible, aquello es muy real. Y van a ser necesarias sus habilidades y las de millones de jugadores de todo el mundo para salvar la Tierra de lo que está por venir.
Han pasado un par de años desde que Nova nos presentase a Ernest Cline y su novela Ready Player One, un par de años en los que Steven Spielberg anunció que dirigiría la adaptación de la novela a la gran pantalla, un par de años (en realidad cuatro) que Cline le ha dedicado a escribir su segunda novela: Armada, otro canto a la añoranza de los años 80 y de lo mejor de las décadas anteriores e incluso posteriores, en los que el protagonista vuelve a ser un chaval que domina a la perfección toda la jerga de los 80, conoce todos los videojuegos y es capaz de citar cualquier película con una precisión milimétrica que, para colmo, vio cómo su ex le dejaba por un chico de un instituto cercano. Si a esto le sumáis que su madre murió en una explosión en una planta de tratamiento de vertidos residuales pues os podréis imaginar que Zack Ulysses Lightman, muy cuerdo, no está. Así que cuando ve cómo una de las naves de su videojuego online favorito, Armada, aparece volando delante de su instituto y sólo él la ve… comenzará a dudar de su cordura.
Pero “poco” después (nada, las primeras 125 páginas) descubrirá que Armada es un programa de adoctrinamiento de la población mundial, una forma de reclutar a los mejores entre los mejores (y Zack es el 6º en el ranking mundial de Armada) y de ir preparando a la Humanidad para la invasión extraterrestre que se avecina. Es la oportunidad de Zack de demostrar lo que vale.
Naturalmente, y si habéis leído Ready Player One lo entenderéis, Ernest Cline no iba a dejar pasar la oportunidad de llenar el libro de referencias a los 80, especialmente a los 80, pero sin dejar de lado cualquier oportunidad de atraer cualquier película, tebeo, libro o videojuego friki a la vorágine que es Armada.
No me entendáis mal, me he divertido muchísimo leyendo Armada, a fin de cuentas me encantó El Juego de Ender y me encantó, en su día, Starfighter: La aventura comienza (The Last Starfighter, 1984) que no dejan de ser los dos sitios de donde Cline ha tomado sus principales ideas para Armada.
Starfighter: La aventura comienza (The Last Starfighter, 1984) una inspiración para Ernest Cline
El libro se lee rápido, es uno de esos libros devorapáginas, en los que empiezas a leer a las ocho de la tarde y a las doce de la noche tienes que dejarlo porque hay que trabajar… el problema es que Cline… está más interesado en la historia que en los personajes… bueno, en realidad sólo hay un personaje: Zack. Los demás son secundarios muy lejanos que están por allí porque Zack tiene que hablar con alguien y para crear supuestos momentos emocionantes pero a Cline no podrían importarle menos los personajes (por no hablar ya de los personajes femeninos a los que se quita de encima con una despreocupación que resulta un poquito machista en ocasiones, como en la escena de la Antártida, donde hace desaparecer a dos de los cinco pilotos que van a hacer uno de esos “ataques de fase final”… casualmente las únicas dos mujeres piloto), ni los diálogos entre ellos (es más sencillo citar frases de películas o libros, ¿qué? ¿tú no memorizas cada película y libro que lees? Pringao…), ni otra cosa que no sea demostrarnos lo mucho que mola Zack (lo siento, Cline, no mola tanto, el que mola es RojoTrinco, el piloto número 1 y verdadero protagonista). Hasta las escenas de acción resultan un poquito descafeinadas, podría haber hecho que cada vez que un dron cae el piloto sufra una jaqueca o algo… pero no, nada.
En mi caso hubo un momento en el que Armada, la novela, en la que me dije “hasta aquí, hasta aquí”, ese momento en el que dices “me estaba metiendo en la acción, pero con esto me has sacado, del todo”. Hasta ese momento no tenía problemas en jugar al juego de la añoranza, del recuperar la trama de Ender y de Alex (Starfighter) para darle un lavado de cara (“poner cera, pulir cera”, si no cita a Karate Kid tres veces, no lo hace ninguna) y trufarlo de referencias ochenteras que es lo que nos mola (no hay más que ver la cantidad de portadas alternativas de Armada que han aparecido en la Red) pero en ese momento me di cuenta de que a Cline se le habían ido de las manos las referencias, tanto que cuesta un poco seguir adelante, es duro que los personajes se sientan tan planos, que las explicaciones que Cline nos da no convenzan o que Zack no esté totalmente gafado (los que hayáis leído el final entenderéis porqué).
Sobre el trato a los personajes femeninos… en fin, podría citar el complejo de Edipo que el propio Zack dice parecer al tener una madre que “está tan buena”, pero eso ya os dará una idea de cómo enfoca Cline a las mujeres en Armada.
Eso sí, estoy bastante convencido de que Armada se puede convertir en una película buenísima, a poco que Universal Pictures se curre el guión y lo mejore (aunque Cline seguro que meterá mano al propio guión, como hace con el de Ready Player One para la Warner), hay material para que los que recordamos los años ochenta disfrutremos enormemente y el hecho de que los videojuegos Armada y Terra Firma recuerden tanto a los videojuegos actuales enganchará a la hornada de jóvenes adictos.
En cuanto a Armada, el libro, la verdad es que sí, es entretenido de leer, pero tiene unos cuantos fallos en las que Ernest Cline fuerza demasiado los límites de suspensión de la realidad que todo lector tiene (al menos eso me sucedió a mi) y otros en los que nos satura con las referencias, coñe, yo viví los ochenta y aún así me saturaban tantas referencias (igual si en Nova hubiesen llenado, pero “llenado” ocupando más texto en aclaraciones que con la propia novela en sí… aunque, lo dudo, ni aún así), que sí, que mola soltar alguna que otra frase de películas o libros clásicos… pero no el hacerlo constantemente.
Por otra parte reconozco que me voy a poner a ver Starfighter: La aventura comienza justo cuando publique esta reseña y alguna que otra película de las que cita Cline en Armada también caerá, pero me da rabia que Ernest se ahogue en sus propios cliché, que por repetir la fórmula de Ready Player One olvide las críticas que se vertieron sobre este libro (y que conste que soy fan de RPO) e incluso vaya más allá.
No puedo acabar esta reseña sin comentar que, una vez más, la edición de Armada por parte de la Colección Nova es una gozada, no sólo esa preciosa portada de geometría clásica me encanta, las escalas de colores… pero es que las “tripas” del libro están impecables, ni una falta, ni un error… así no tiene gracia buscarle errores a una edición, de verdad (jejeje).
En definitiva, Armada, de Ernest Cline, es un puro entretenimiento repleto de referencias frikies clásicas (y alguna que otra actual) y al que una revisión previa a su edición en los USA le hubiese sentado muy bien, hasta el punto de que podría haberse convertido en una obra maestra a poquito que Cline se hubiese trabajado más a los personajes o la trama. Aún así estamos ante un entretenido libro que, durante gran parte del mismo, os hará retroceder a los años 80, a los salones recreativos y a las películas VHS. Tampoco es que eso sea poco…
Otras reseñas:
Lecho de pulgas
El Rincón del Koreander
Curioso porque justo ahora ando enganchado a la trilogía de los Arquitectos... y en cuanto acabe con ella iré a…