Este es el año de Diana. El año de Diana de Themyscira, Diana Prince, la Mujer Maravilla,… Wonder Woman, vamos. La película de Patty Jenkins, el primer acierto del universo cinematográfico de DC Comics y Warner Bros. tras muchísimos y sonoros fracasos, ha colocado a la amazona más popular del mundo del cómic en boca de todos. Sin la menor duda es el momento ideal para publicar el origen del personaje que imaginó la escritora e ilustradora Jill Thompson en “Wonder Woman: La verdadera amazona“.

En este original y singular acercamiento a los orígenes de Wonder Woman, la escritora e ilustradora Jill Thompson nos muestra a la princesa Diana como nunca antes la habíamos visto. De niña, la malcrían y le permiten hacer y deshacer a su voluntad sin ninguna restricción, hasta que su egoísmo tiene trágicas consecuencias. Antes de poder convertirse en heroína, primero tendrá que buscar redención. La leyenda cobra vida de una manera que solo podía reflejar esta ilustradora, ganadora de varios premios Eisner.

Con “Wonder Woman: La verdadera amazona” (“Wonder Woman: The True Amazon“) Jill Thompson reimaginó en 2016 un nuevo origen para un personaje icónico, modificando substancialmente aquello que nos habían contado con anterioridad de la princesa guerrera de las amazonas. En DC Comics a ésto lo llaman los “Año Uno“.

El primero de todos los “Año Uno” fue el “Batman: Año Uno” de Frank Miller y David Mazzucchelli, en el año 1987, una historia que relataba los inicios de la carrera de James Gordon con el Departamento de Policía de Gotham City y que coincidía con la aparición de un vigilante enmascarado llamado Batman en las calles de la ciudad, también crearon un nuevo formato de cómic que estaba destinado a convertirse en un modelo de referencia e imitación: reimaginar el origen del mito. Y siguiendo la senda establecida por la obra maestra de Miller y Mazzucchelli DC Comics ha dado forma a numerosos “Año Uno”, como los dedicados a Robin, Green Arrow, Batgirl o la JLA.

La primera Wonder Woman apareció en las páginas de “All Star Comics” en diciembre de 1941, en la llamada Edad de Oro, de la mano del guionista William Moulton Marston y los dibujos de Harry G. Peter, para contarnos que era una joven princesa que vivía en una isla secreta, pero que dejó atrás su tierra natal para acompañar de vuelta a la tierra de los hombres al capitán Steve Trevor. Una vez en los EE.UU., y habiendo tomado prestado el nombre de una enfermera llamada Diana Prince para ocultar su verdadera identidad, Wonder Woman no regresó a su paraíso protegido sino que se convirtió en la protectora de todo el planeta frente a los ejércitos nazis durante la Segunda Guerra Mundial, o villanos tan terribles como Circe, Ares o Cheetah.

Según “Los Nuevos 52” de DC Comics del año 2011, el origen de la Mujer Maravilla era distinto: es la hija bastarda y semidiosa surgida de la relación entre Hipólita y Zeus, el rey de los dioses griegos. Además, durante su infancia, Diana estuvo bajo la tutela de Ares, el dios de la guerra. Pequeños matices, pero una nueva demostración que DC no tenía muy claro el origen de una de sus superheroínas más importantes y seguía buscando un cánon para sus raíces.

En la reciente película de Patty Jenkins, y según el guión de Allan Heinberg, Diana es una joven guerrera, hija de Zeus y hermana de Ares, criada como princesa guerrera de las amazonas que también ve sacudida su existencia por la llegada de un aviador a las playas de su isla secreta. En esta ocasión Steve Trevor está combatiendo en la Primera Guerra Mundial pero, sea como sea, de la misma forma que en la primera historia de Wonder Woman, Diana abandona su hogar para involucrase en la Gran Guerra y detener a Ares, el Dios de la Guerra.

Y, finalmente, la Diana de “Wonder Woman: La verdadera amazona” de Jill Thompson es hija de las lágrimas de los dioses del Olimpo, que se conmueven ante la tristeza de la reina amazona Hipólita. La niña crece en Themyscira mimada y protegida por todas las habitantes de la isla. Es el centro de atención de todas ellas, y eso la convierte en una niña malcriada, egoista, consentida, insoportable y rencorosa. Y cuando sea mayor, su egoísmo tendrá trágicas consecuencias para las amazonas y para ella misma, de manera que para poder purgar sus pecados, compensar sus culpas y merecer el perdón de sus compañeras amazonas primero tendrá que buscar redención y demostrar que ha aprendido de sus errores.

Wonder Woman: La verdadera amazona” de Thompson llega a las librerías en el momento ideal. La película de “Wonder Woman” enmarcada en el universo cinematográfico de DC Comics y Warner Bros., con un presupuesto de casi 150 millones de dólares, ha sido el mejor estreno de la historia para una película dirigida por una mujer: Patty Jenkins recaudó más de doscientos millones de dólares, superando los 93 millones de San Taylor-Johnson con “50 sombras de Grey“. Los datos del primer fin de semana de su estreno ya hablaban de más de 100 millones de dólares en la taquilla de Estados Unidos y más de 120 en el extranjero, y esta semana ya se habla de un monante superior a los 700 millones a nivel mundial. Es, por lo tanto, la película del DC Extended Universe que más ha recaudado.

Al mismo tiempo que en ECC Ediciones estan recuperando las mejores historias de la Mujer Maravilla en la línea “Grandes Autores de Wonder Woman” y publican en formato cartoné la etapa de Brian Azzarello y Cliff Chiang en la serie regular del personaje, la editorial que publica en castellano los cómics de DC Comics tiene claro que este es el año de Diana, y por eso ha puesto a disposición de sus lectores diferentes relatos protagonizados por uno de los iconos por excelencia del Universo DC, interpretado en la gran pantalla por la bellísima actriz israelí Gal Gadot. La ocasión lo merece, por la película y porqué estamos hablando del personaje que se considera, junto con Batman y Superman, como integrante de la “Trinidad” de DC Comics, los tres superhéroes más importantes de esta editorial.

Sí, la versión de los orígenes de Wonder Woman que nos propone Jill Thompson, una autora completa formidable forjada en la escuela de Vertigo, esposa del guionista Brian Azzarello y ganadora de varios Premios Eisner, es un precioso cuento que podría, perfectamente, enmarcarse entre los relatos, mitos y leyendas de la mitología griega clásica. Tendría un hueco entre los viajes de Ulises y los trabajos de Hércules, entre la lucha de Jason y los Argonautas por recuperar el Vellocino de Oro de la mítica tierra de Cólquida, las estratagemas de Teseo y Ariadna para salir del laberinto y derrotar al Minotauro, el relato de como Prometeo roba el fuego a los dioses, y las vidas y aventuras de una amplia variedad de dioses, héroes y otras criaturas míticas. Tiene épica, aventura, emociones, y lecciones de humildad y humanidad, historias de amor y de castigo. Sí, aunque nos lo disfracen de otra cosa, “Wonder Woman: La verdadera amazona” tiene una bella historia de amor, lésbico y casto (malditos prejuicios norteamericanos), de Diana por Alethea, la encargada de los caballos de la reina, que no cede ante las ofertas de la princesa por conquistar su corazón. Esperemos que la siguiente versión de los orígenes de Diana de Themyscira sea un poco más valiente y se atreva a llamar las cosas por su nombre…

Con Jill Thompson, la leyenda cobra vida. Un nuevo origen, que promete un presente y un futuro frente a la heroína que debe servir de modelo y referencia, símbolo de libertad y poder femenino, a todas las niñas que quieren romper cadenas, tradiciones enquistadas, roles primitivos, que quieran convertirse en mujeres sin miedo, proactivas, y que creen en sí mismas, capaces de hacer lo que se propongan. Sin la armadura de Alethea, sin el cinturón dorado de Hipólita, sin los brazaletes metálicos, ni el Cuerno de Serpiente Plateada, ni siquiera la corona encantada pero todas ellas, si quieren, pueden.

Wonder Woman: La verdadera amazona
Autora: Jill Thompson
Título original: Wonder Woman: The True Amazon
Fecha de publicación: Marzo de 2017
ISBN: 978-84-16998-35-7
Formato: Cartoné. Color.
Páginas: 136
Precio: 15,95 euros