La etapa del guionista Jason Aaron en la colección de Thor empezó de forma insuperable, con el arco que le enfrentó a Gorr, el Carnicero de Dioses, y con el enorme talento del dibujante croata Esad Ribic como escudero de lujo. Descubre con este volumen que los dioses, aunque no lo creas, sí que pueden morir…

A lo largo de los siglos, los dioses han estado desapareciendo, lo que condena al caos a sus adoradores. Ahora, Thor sigue el rastro de sangre que amenaza con consumir su pasado, presente y futuro.

La llegada de Jason Aaron en 2012 como responsable de la nueva serie de “Thor: God of Thunder” empezó con el arco “The God Butcher” y su continuación “God Bomb“, que nos contaba la historia de un villano, furibundo asesino de dioses, que se enfrentaba al hijo de Odin durante tres etapas de su vida: Pasado, Presente y Futuro. En su juventud como alocado héroe en busca de aventuras todavía indigno de empuñar el martillo, en el presente como portador del Mjolnir y en su solitario futuro, al fin de los tiempos, como rey de Asgard.

Es oportuno recordar aquí al filosofo alemán Friedrich Nietzsche y su frase “Dios ha muerto. Dios sigue muerto. Y nosotros lo hemos matado” en su célebre “Die fröhliche Wissenschaft“. La filosofia se ha preguntado constantemente qué significaba realmente esta frase de Nietzsche, aunque su significado es evidente que no era textual. Algunas de las teorías acerca esta frase apuntan a que Nietzsche, aunque era ateo, no decía que existía un Dios y había muerto sino, de forma metafórica, que los valores morales y el orden eran una posesión del hombre racional y moderno, y no de los dioses.
Gorr, el Carnicero de Dioses, el Redentor, portador de la necroespada negra (una versión Marvel de la Stormbringer de Elric de Melniboné), no es un ateo convencional, puesto que en su universo Marvel existen los Dioses, miles de ellos, sinó que Gorr es un ser ahogado en el rencor que empuña como arma vengativa las palabras de Nietzsche: los dioses viven en sus reinos envueltos de oro, belleza, festines abundantes y ambrosía, felicidad y poder, mientras aquellos que les adoran malviven, mueren, sufren, lloran y se ahogan en su infelicidad. Los dioses deben morir, puesto que ya no son necesarios. En un mundo de racionalidad, lógica y conocimiento, los dioses no tienen lugar. Gorr odia a los dioses, y gracias a un objeto de inmenso poder que encontró en su inhóspito planeta de origen comenzará su misión… ¿divina? Y es que cuando el malvado Gorr, consumido por su ira, empiece a asesinar a los dioses sin compansión, de forma sangrienta y macabra, a lo largo del espacio y el tiempo, se acercará peligrosamente a aquello que ha jurado destruir.

Thor: El Carnicero de Dioses” es un arco de doce entregas enmarcado dentro del relanzamiento editorial “Marvel Now! ¡Un nuevo comienzo!” con el que el guionista norteamericano Jason Aaron y el dibujante croata Esad Ribic se ponían al frente del destino del Dios del Trueno en el año 2012, por decisión del nuevo ‘editor-in-chiefAxel Alonso. Aaron era ya un guionista conocido por los lectores gracias a series como “Wolverine: Weapon X”, “The Incredible Hulk”, “Wolverine & The X-Men” y “Ghost Rider” y Ribic llegó con sus espectaculares pinceles y su estilo realista a petición del mismo Aaron. El color de Dean White e Ive Svorcina, por cierto, tampoco merece olvidarse, como tampoco el nombre de Butch Guice, breve sustituto de Ribic ‘el lento’ en la sexta entrega del arco.

La historia, cargada de épica, se narra alternando escenas en el presente, el pasado y el futuro, flashbacks y flashforwards, que nos explican los motivos de Gorr para emprender su sangrienta cruzada, nos desvela sus planes en cuentagotas, y permite a Aaron presentarnos las diferentes encarnaciones de Thor enfrentándose a lo largo de los tiempos al Carnicero de Dioses: a un joven guerrero, inexperto, bebedor y mujeriego, que se enfrenta por primera vez a Gorr, a un adulto Thor que investiga la desaparición de varios dioses anónimos, y a un viejo, manco y tuerto Thor como Padre de Todos sentado en el trono de Asgard, solo y derrotado, sometido a un encierro eterno por su enemigo y sus huestes.
Cierto es que presentar un antagonista que asesina dioses no es algo nuevo (Desak the God Slayer, creado por Dan Jurgens y Tom Grummett en 2001), y que algunas cosas chirrían un poco y pueden echar para atrás a algunos lectores (¿un Thor joven en el siglo VIII? ¿una bomba para matar a los dioses?), los detalles no pueden ni deben empañar una historia enorme, por grande, por ambiciosa, por valiente, por épica y por entretenida… y por rompedora. Y es que después de la etapa de Matt Fraction, con el personaje muy vinculado al universo Marvel tradicional y a los superhéroes, “Thor: El Carnicero de Dioses” pone su atención en la mitología y los personajes, en la fantasía heróica, en un nuevo villano sólido y los panteones divinos, lejos de lugares comunes y personajes conocidos, y aquí Aaron acierta de pleno.

Es necesario señalar que hay una breve aparición final de Jane Foster, ya enferma de cáncer de mama, que nos empieza a preparar para la llegada del nuevo Thor femenino, aunque antes de eso Aaron enfrentará a Thor con Malekith (en el arco “El Maldito“), a Galactus y Roxxon (en el arco “Los últimos días de Midgard“, dibujado por Das Pastoras) o a su hermana Angela (en el arco “El Décimo Reino“), y a las macrosagas de “Pecado Original” y “Secret Wars“, aunque las semillas de la gran etapa de Jane Foster como la Diosa del Trueno ya estaban plantadas en terreno fértil.
Hoy, con perspectiva, podemos afirmar que la etapa de Aaron ha sido, además de prolífica, espléndida, y ha tenido la suerte de contar con artistas de gran nivel como Ribic, Das Pastoras, Russell Dauterman, Rafa Garrés, Chris Sprouse o Olivier Coipel, entre otros. Para muchos, el Thor de Aaron es la mejor serie de Marvel Comics de la última década.

Thor: El Carnicero de Dioses.
Autores: Jason Aaron, Nic Klein, Esad Ribic y Butch Guice
Edición original: “Thor: God Of Thunder” núm. 1 a 12
Fecha de publicación: Abril de 2018
Tamaño: 17x26cm. Cartoné. Color
Páginas: 304
Precio: 28,95 euros