Tras la traicionera orden 66, aplastados los Jedi y desaparecida su luz, con el senado galáctico reducido a un mero títere sin poder en manos del Emperador, la galaxia vive unos tiempos oscuros y turbulentos. El Imperio domina la antigua república con puño de hierro y pocos se atreven a cuestionar el nuevo status quo. Al frente del nuevo orden establecido destacan tres figuras aterradoras: el Emperador Palpatine, el lord oscuro del sith Darth Vader y el implacable Grand Moff Wilhuff Tarkin.

starwars_tarkin_portadaTarkin, el que fuera aliado de la Orden Jedi, ahora escala posiciones a través de las filas imperiales, apadrinado por el Emperador. Impondrá por doquier su autoridad sin piedad… y perseguirá celosamente su destino como el arquitecto de dominio absoluto.

Quedan menos de cien días para el estreno de “Rogue One: Una Historia de Star Wars” (“Rogue One: A Star Wars Story“), el spin-off de “Star Wars” dirigido por el británico Gareth Edwards que llegará a los cines a finales de este año y que narra la historia de unos héroes improbables que se unen para robar los planos de la Estrella de la Muerte, y uno de los rumores que suenan con más fuerza acerca de esta película es que, quizás, el Grand Moff Tarkin, el personaje interpretado por Peter Cushing en “La Guerra de las Galaxias“, podría ser recreado a través de CGI para la película. Es decir, que podría resucitar visualmente como una recreación digital, como sucedió en “Gladiator” de Ridley Scott con Oliver Reed, quien falleció cuando aún se estaba rodando la película y se le añadió digitalmente en postproducción.
El actor británico Peter Cushing, emblemático actor de numerosas películas emblemáticas del género de terror como “La maldición de Frankenstein” y “Drácula”, falleció el 11 de agosto de 1994 a la edad de 81 años, y su papel en la primera entrega de “Star Wars” como el comandante de la Estrella de la Muerte que se hunde con su barco está rodeado de leyendas, anécdotas y curiosidades: que si en realidad le habían ofrecido el papel de Obi-Wan Kenobi y no el de Tarkin, que si rodó sus escenas en zapatillas porqué las botas militares le hacían daño en los pies… Pero, ¿quién era en realidad el Grand Moff Wilhuff Tarkin a quien Cushing cedió el rostro? ¿Que hombre se escondía tras esa faz arisca, tallada en piedra, de mandíbulas marcadas y ojos de zorro? ¿Dónde nació, dónde se crió, dónde se convirtió en el militar sin alma ni consciencia que destruyó Alderaan ante los ojos de la princesa Leia Organa?

Una de las (muchas) críticas que se suelen verter sobre el trabajo de George Lucas en la saga de “La Guerra de las Galaxias” es haber dotado a sus villanos, personajes impregnados de maldad en el sentido más puro de la palabra, con causas, motivos y justificaciones para su actitud desviada de los preceptos morales. En concreto se habla de Darth Vader, el antagonista principal de “Star Wars IV: Una nueva esperanza” que terminó por convertirse en el protagonista de un drama shakespeariano de ascenso, caída, culpa y redención a lo largo de las seis películas, pero Wilhuff Tarkin es un personaje más sombrío y sin matices. El más inclemente de los gobernadores del Imperio Galáctico en Eriadu, al servicio de la República durante las Guerras Clon pero fiel aliado de Palpatine tras la caída de los Jedi y durante la Gran Purga, fiscal del juicio contra la padawan jedi Ahsoka Tano acusada de un ataque al Templo Jedi y el asesinato de Letta Turmond, y comandante de la primera Estrella de la Muerte, que murió por culpa de su propia obstinación, cuando decidió permanecer hasta el último momento a bordo de la gigantesca estación espacial durante la batalla de Yavin. Todo esto ya lo sabíamos gracias a la película “Star Wars IV: Una nueva esperanza” y también a las series de televisión “Star Wars: The Clone Wars” y “Star Wars: Rebels“, pero su vida hasta entonces tenía muchos huecos para los aficionados y seguidores de la franquicia galáctica creada por George Lucas, demasiados espacios vacíos pendientes de rellenar y muchas preguntas por responder.

Con el señor oscuro de los sith Darth Vader al frente de los agentes imperiales encargados de la caza y exterminio de los Jedi, el Emperador Palpatine asentando su poder absoluto en Coruscant y el régimen opresor en toda la galaxia, y el Grand Moff Tarkin liderando la construcción de la nueva arma definitiva e invencible (en apariencia) del Imperio Galáctico para someter a los rebeldes y convencer a los dubitativos, en “Star Wars: Tarkin” nos situamos entre los episodios III y IV pero el autor, en forma de flashbacks, retrocede hasta la infancia y la juventud de Tarkin en el hostil planeta de Eriadu, del sector Seswenna en el Borde Exterior de la galaxia, y así podremos conocer su familia de clase alta e ideas conservadoras, racistas y fascistas, o su severa educación en manos de su tío donde aprendió la importancia del respeto, la disciplina y la obediencia. Todo ello, en el marco de una historia sobre un complot de los primeros rebeldes descontentos con el Imperio Galáctico para robar la nave de Tarkin y usarla para causar el caos y el desorden en el Borde Exterior, y que aprovecha para profundizar en la relación entre el Grand Moff Wilhuff Tarkin, frío y calculador, y el sicario del Emperador Darth Vader, que habíamos podido ver en “Star Wars IV: Una nueva esperanza“.

El escritor James Luceno es un habitual de las novelas esta saga esencial de la ciencia-ficción, un clásico de la franquicia de “Star Wars” desde el año 2000. En el curriculum del norteamericano Luceno se pueden contar más de una docena de novelas relacionadas con el universo creado por George Lucas (“Dark Lord: The Rise of Darth Vader”, “Cloak of Decepcion, Labyrint of Evil”, “La Nueva Orden Jedi”, “New Jedi Order Agents of Caos: Hero’s Trial”, “New Jedi Order Agents of Caos: Jedi Eclipse”, “The Unifying Force”, “Darth Maul: Saboteur”, “Star Wars: Guía Visual de Planetas y Escenarios”, “Darth Plagueis”, “Star Wars: Halcón Milenario“,…), además de libros de referencia de DK Publishing y LucasArts o novelizaciones de Robotech (con Brian Daley). Su trabajo es sobrio y poco efectista, aunque de lectura amena. Además, su gran conocimiento de la saga se refleja en este “Star Wars: Tarkin“, que abunda en detalles y datos que haran las delicias de los aficionados, y como está escrita con el Lucasfilm Story Group se considera parte del cánon del nuevo ‘Universo Expandido’.

Como conclusión, y como habitual reflexión final en las reseñas de libros de “Star Wars“, señalaremos que la toda colección de novelas de “Star Wars” que publica Planeta Cómic es recomendable principalmente, por no decir exclusivamente, para los aficionados y seguidores de la saga cinematográfica, de la trilogía original, de las tres precuelas y de los recién llegados a “Star Wars VII: El despertar de la Fuerza“. Dicho esto, “Star Wars: Tarkin” es una lectura entretenida y poco más, una ‘buddy movie‘ con Wilhuff Tarkin y Darth Vader a la caza y captura de un grupo de rebeldes, una versión de ciencia-ficción de la extraña pareja de Jack Lemmon y Walter Matthau, que centra su atención en los orígenes de un personaje secundario de la primera película de la franquicia, y que no sobrevivió a ésta, pero que estaba interpretado por uno de los actores más emblemáticos de la historia del cine, y uno de los más destacados del género del terror. Quizás solamente por la potencia del rostro cincelado en piedra de Peter Cushing ya merece la pena la lectura de esta biografía imaginaria.

Star Wars: Tarkin.
Autor: James Luceno
Traductor: Albert Agut Iglesias
Portada: David Smit
Colección: Star Wars Novelas
Fecha de publicación: Septiembre de 2016
Edición original: Noviembre de 2014 (Del Rey Books)
ISBN: 978-84-16401-68-0
Formato: 14×22,5cm. Rústica con solapas
Páginas: 320
Precio: 20,00 euros