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El cine de género fantástico de los años ochenta, el terror y la ciencia-ficción, se construyó sobre los hombros de Wes Craven, John Carpenter y David Cronenberg. Ellos forman el grupo de directores conocidos como ‘Las tres C’s del terror‘, por la gran influencia que tuvieron sobre el género. Resumiendo al máximo, John Carpenter y su “Halloween” como padre del ‘slasher’, David Cronenberg y su cine perturbador de ‘La Nueva Carne’ y el ‘Body Horror’, y Wes Craven por su capacidad de hibridar géneros y la exploración del metacine.

El prolífico guionista y director Wes Craven en concreto, que nos dejó en 2015 a los 76 años, marcó el renacimiento del género slasher en dos momentos míticos: en los ochenta con su icónica “Pesadilla en Elm Street” y su eterno villano de cuchillas afiladas Freddy Krueger y en los noventa con la saga de “Scream“. Pero, claro, Wes Craven es mucho más que dos películas. Es el responsable de una colección de películas de género, terror, fantasía y ciencia-ficción que te harán descubrir a un cineasta único, pionero en mezclar comedia y terror, y una filmografía obligada.

Shocker, 100.000 voltios de terror” es, quizás, una de sus películas más desconocidas. Craven ya tenía a sus espaldas títulos legendarios como “La última casa a la izquierda” (1972), “Las colinas tienen ojos” (1977), “Pesadilla en Elm Street” (1984) y “La serpiente y el arco iris” (1988), que son las que le encumbraron y las que todo el mundo recuerda. Está ahí, escondida entre “La serpiente y el arco iris” (1988) y “El sótano del miedo” (1991). Estrenada en 1989, protagonizada por Michael Murphy, Mitch Pileggi, Camille Cooper, Peter Berg, Richard Brooks, Sam Scarber y Ted Raimi, entre otros, “Shocker” nos contaba como el despiadado asesino en masa Horace Pinker es ejecutado en la silla eléctrica por sus horribles crímenes, pero un pacto con el diablo le transforma en algo incluso más aterrador: un espíritu de pura electricidad capaz de poseer el cuerpo y la mente de los demás para continuar con sus asesinatos… y está decidido a seguir con su escalada de violencia.

No, “Shocker” no es una de las mejores películas de Wes Craven, pero tiene todo aquello que hizo grande al cine del director de Cleveland: terror, sentido del humor negro, un villano carismático y un héroe sencillo. Sí, con Horace Pinker el director nos quería presentar a un nuevo Freddy Krueger, su personaje más popular, aunque en lugar de un psicópata que regresaba de la muerte a través de los sueños de sus víctimas nos presentaba a un psicópata condenado a la silla eléctrica que regresaba de la muerte a través de la electricidad. La cosa no le salió bien y no hubo nuevas entregas de “Shocker“. Tampoco se convirtió en una película de culto, pero al menos sí que se convirtió en un clásico de las estanterías de los vídeoclubs.

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