¿De qué va “Roma”? Hasta el título despista si no estás bien informado, porque no se sitúa en Italia, sino en México. Roma es un barrio de Ciudad de México y la película trata sobre Cleo, una sirvienta de ascendencia indígena que trabaja y vive con una familia acomodada en ese barrio durante los primeros años 70’s. Sin más.
¿Cómo convencer a quien sólo ve cine para entretenerse o pasar el rato que merece la pena si está filmada en blanco y negro, si no sale ningún actor o actriz de renombre, si el argumento es tan simple que se puede resumir en una frase, si no se sigue la estructura clásica de presentación-nudo-desenlace sino que simplemente nos sumergimos en una situación y un contexto por cierto tiempo, si no salen superhéroes ni hay acción, si dura más de dos horas y muchas veces la cámara se toma su tiempo para describir situaciones y describir ambientes, si para verla no te queda más remedio que abonarte a Netflix? Parece que la hubieran hecho a contrapelo de modas, tendencias y gustos del público, pero es que así es. Se trata de cine de autor, de cine para espectadores que aman el cine. La principal razón para verla es saber que la dirige Alfonso Cuarón y que es un proyecto muy personal porque habla de su infancia, de su México natal y porque con ella homenajea a Liboria Rodríguez, la mujer que le cuidó siendo niño. Y desde luego tienes que ser consciente de quién es Alfonso Cuarón, de su trascendencia como director, vamos que probablemente tengas que ser un bicho raro de los que vemos cine por algo más que únicamente un rato de evasión.
De entrada debo decir que Alfonso Cuarón me parece uno de los mejores directores de la actualidad y a su filmografía me remito con títulos magníficos como “Y tu mamá también” (2001), “Harry Potter y el prisionero de Azkabán” (2004), “Hijos de los hombres” (2006) o “Gravity (2013). Su cine es de una pericia técnica enorme, muy variado en temáticas y géneros, agradecido siempre para el que sabe disfrutar no sólo de lo que se cuenta sino también de cómo se cuenta. En este caso él es la referencia fundamental, el ingrediente que hace apetecible el visionado por lo que sí, quizás uno deba formar parte del sector “frikie” del público que elegir ver una película por su director, por sus planos generales, por sus travellings, por sus planos secuencia, por la composición de cada escena, por cómo coloca la cámara, por cómo retrata ambientes y estados de ánimo, por la extraordinaria profundidad y detalle de todas las tomas, por cómo juega con el fuera de campo, por cómo usa el blanco y negro, por cómo transmite nostalgia, por cómo conmueve con sus actores….
Me gustaría poder convencer a todos los que estéis leyendo, que aunque no veáis cine si no es para entreteneros, hay veces que merece la pena hacer un esfuerzo para ver algo distinto a lo habitual (quizás funcione la magia que a veces tiene el cine y os guste, lo cual os haría replantearos qué véis desbloqueando potencialmente un sinfín de títulos magníficos) y esta película puede brindaros una de esas ocasiones. Sé que es difícil convencer cuando hay tantas voces que opinan lo contrario y hablan de una película aburrida e intrascendente, sé que es difícil asimilar un argumento meramente costumbrista que gira en torno a un personaje modesto sin mucha relevancia y que permanece en segundísimo plano no sólo con todo lo que le rodea fuera de su casa (un México por momentos convulso) sino dentro de su propia vivienda (aunque descubriréis si le dais una oportunidad que no es realmente así), sé que es complicado encontrar el disfrute en escenas costumbristas, paseos por las calles, diálogos, silencios, miradas cómplices, situaciones absurdas…El cine de autor es exigente, sí; pero no sólo estamos sólo ante un despliegue de alardes fílmicos, lo que cuenta es un homenaje a las personas sin fama ni renombre ni trascendencia social que día a día hacen funcionar al mundo con su esfuerzo, un homenaje a tu padre, a tu madre, a tus hermanos o hermanas, a tus abuelos, a tus tíos,…a todos aquellos que conoces y permaneciendo en un segundo plano han hecho mejor tu vida y la de los suyos.
Mis únicos argumentos para convencerte de que veas la película es que nos hagas caso al puñado de frikies cinéfilos que hablamos bien de ella y a los académicos de Hollywood que la han encumbrado con 10 nominaciones en los óscars (película, director, actriz principal, actriz secundaria, película de habla no inglesa, guión original, fotografía, diseño de producción, sonido, efectos sonoros). Puede que todo eso no te diga nada y que el argumento ya te eche para atrás, pero te pido una oportunidad. Es posible que después decidas no volver a hacerme caso cuando te pida otra, pero si merece la pena arriesgarse alguna vez, ésta es la ocasión. Te aseguro que si la película te engancha (y lo va haciendo poco a poco) disfrutarás de una de las experiencias más memorables del cine reciente. Yo no sé si es o no la mejor película del año (no he visto todas), pero sí sé que está muy bien hecha, que conmueve, que llega, que emociona de una manera íntima y la acabas viviendo de una forma especial si su propuesta te engancha (también puede no hacerlo, ahí radica el riesgo a asumir).
Y aviso, Netflix se ha hecho con los derechos seguramente porque ha participado en la producción, pero no es una película para ver en casa sometido a mil distracciones. Te exige concentración, meterte en la historia, seguir los pasos de la protagonista y ponerte en su lugar, entender cómo es su situación, valorar lo que le ocurre, requiere un disfrute personal, quizás en solitario, en un momento tranquilo del día, preferentemente de noche, en calma y reposo, sumergiéndote en el lugar y la época (cosa que Cuarón logra gracias a su forma de rodar).
En cuanto al argumento es muy injusto decir que sólo trata de una sirvienta que recoge cacas de perro y cuida de una casa y unos niños porque es mucho más que eso, habla de la soledad en compañía, de diferencias sociales, de paraísos perdidos, de la nostalgia de un pasado muy distinto del presente, del papel de la mujer en la sociedad, de la maternidad, de relaciones personales, del amor y el matrimonio, de sentimientos reprimidos, de responsabilidad, de la educación de los niños, de lo íntimo frente a lo social, de cómo el mundo que nos rodea no tiene nada que ver con nuestro mundo personal…..Y todo esto Cuarón lo cuenta con un argumento en apariencia sencillo, pero con imágenes y escenas muy trabajadas, muy pensadas, cargadas de emociones y claves que poco a poco nos van conectando con la protagonista y nos hacen entender su importancia, su papel en el mundo. Su objetivo es muy claro, que llegues al final de la película profundamente conmovido, conocedor de excepción gracias a la perspectiva que te da el cine de lo que significa esa mujer que pasa por la vida sin pena ni gloria, que es una más en el cine, en las calles, en la seguridad social y en su propia vivienda, que ni si quiera es suya.
En cuanto a mi experiencia personal la protagonista y su circunstancia me fue atrapando poco a poco hasta ganarme por completo y acabé el visionado completamente atrapado, sumergido en ese México de los 70’s y en esa casa llena de gente pero en la que Cleo a veces se siente tan sola. Garantizo que hay al menos dos escenas (son muchas más, pero sobretodo dos y en especial la de la playa) que merecen cuantos premios concedan a esta película por su significado, por cómo están rodadas, por cómo te impactan, por cómo te conmueven……Sólo por ello ver “Roma” merece la pena.
Yo me quedé a falta de 2 libros, creo, así que en algún momento tendré que ponerme al día. No…