Damian Wayne ha vuelto, Robin vive de nuevo, pero tiene que expiar muchos pecados, los que cometió a las órdenes de su abuelo, y es Patrick Gleason el autor encargado de contárnoslo en una serie con un dibujo alucinante.
Robin, Hijo de Batman 1
Edición original: Robin: Son of Batman núms. 1 a 6 USA
Guión: Patric Gleason
Dibujo: Patrick Gleason
Tinta: Mick Gray, Tom Nguyen
Color: Jeremy Cox, John Kalish
Formato: Libro rústica, 160 págs. color.
Creado en 2006, Damian Wayne no tardó en convertirse en uno de los personajes más carismáticos de DC Comics. Tras su papel estelar en la etapa de Grant Morrison al frente del Caballero Oscuro y en la serie regular Batman y Robin, ahora protagoniza su propia serie en solitario, con Patrick Gleason como autor completo.
Patrick Gleason es uno de los dibujantes más destacables de DC Cómics, uno que, poco a poco, se ha ido labrando su camino a base de trabajo y más trabajo. Su trabajo en Green Lantern Corps ya denotaba la calidad que atesoraban sus lápices, aunque me puedo permitir el lujo de decir que yo lo “descubrí” (junto a otros miles de lectores) en H.E.R.O. una serie diferente que, por desgracia, no perduró tanto como yo hubiese deseado. Ya puestos podría deciros que comenzó profesionalmente en un X-Men Unlimited y, años después, en Noble Causes, otra serie diferente que tampoco perduró como nos hubiese gustado. D de ahí pasó a Hawkman, JSA, Green Arrow, Aquaman, Green Lantern Corps… Se trabajó el reconocimiento que ahora tiene. Fue precisamente en estas dos series donde tuvo una estancia más prolongada. De hecho un par de años después cambiaría Aquaman por Robin, pero no Damian Wayne, sino Tim Drake. Y es que hay amores que vienen muy de lejos.
Finalmente tuvo que abandonar Robin porque en la franquicia de Green Lantern lo querían, ¡y cuánto! Fue uno de los dibujantes que participó en El Día Más Brillante… pero en la franquicia de Batman no parecían dispuestos a dejarlo escapar, lo que le llevó a dibujar Batman y Robin a la vez que trabajaba en Green Lantern Corps y en El Día Más Brillante.
¿Os resulta sorprendente verlo dibujando y guionizando Robin, hijo de Batman? ¿O creéis que en DC le pusieron un caramelito para que siguiese trabajando en exclusiva con ellos? Si mi paranoia aún no os ha convencido, echad un trabajo a las páginas de Robin, hijo de Batman, babear con su espectacular dibujo… y luego decidme que es sólo una “casualidad”. No, en DC Cómics no querían dejarlo escapar y le han regalado, posiblemente, uno de los títulos que más deseaba realizar: el del regreso de Robin tras su muerte. Por cierto, también es co-guionista de Superman: Rebirth…
¿Y de qué va este primer volumen de Robin, hijo de Batman? Bueno, pues de cómo Damian Wayne, asumido ya el legado de los Wayne y de Batman, decide “compensar”, en la medida de lo posible, los asesinatos que realizó para Ra’s Al Ghul durante 365 días (a, mínimo, un asesinato por día). Robin tiene mucho que expiar, por lo que, desde su base secreta, comienza a compensar a sus víctimas. Antes de conocer a su padre vivió su Año de Sangre y ahora decide vivir un Año de Expiación de sus crímenes.
La verdad es que no esperaba mucho de la faceta de guionista de Patrick Gleason, y está claro que tiene que pulir algunos defectos, pero este primer volumen de la serie de Robin, hijo de Batman me ha encantado, quizás por que estamos ante un Gleason desatado, quizás porque Nadie y Goliat demuestran ser dos añadidos espectaculares, quizás porque Damian Wayne es un diamante en bruto… no lo sé, el caso es que le perdono esos “detallitos” argumentales (la historia no transcurre tan fluidamente como debería) porque sus ideas para Damian me encanta y porque su dibujo enamora.
En cuanto a la edición, perfecta, no hay espacio para artículos, pero sí se incluyen las portadas y el tomo es de esos que ya te enamoran desde su portada.
En definitiva, puede que no esperase mucho de Robin, hijo de Batman, pero os puedo asegurar que me ha sorprendido y gustado a partes iguales. Habrá que ver qué sucede en el futuro, sobre todo con Rebirth por el medio, pero os aseguro que la serie merece la pena.
A ver, yo entiendo que estafa es cuando te quedas tú el dinero, no cuando el dinero es un donativo…