La pregunta era lógica: ¿qué podía encontrar yo, poco aficionado a los cómics de superhéroes y menos aún al universo de DC Comics, en “Liga de la Justicia de América: El Clavo” publicado por ECC Ediciones? Pues la respuesta es tan lógica como la pregunta: el guionista y dibujante británico Alan Davis.

image1Formada por los mayores héroes del mundo, la Liga de la Justicia de América destaca como el grupo de protectores más poderoso que la tierra puede ofrecer. desde su fundación, un héroe se ha alzado sobre los demás como su inspiración, guía y referencia moral: Superman.
Ahora imagina un mundo sin el Hombre de Acero.

Creo que descubrí a Alan Davis a finales de los años ochenta, cuando adquirí el primer número de ese mítico e inigualado “Excalibur” editado en castellano por Forum, quizás la mejor etapa del mejor cómic nunca producido por la Casa de las Ideas. Aunque su participación fue discontinua, con algunas interrupciones (dejó la serie en el número 24, para volver en el número 42, esta vez también como guionista), el talento de Davis alcanzaba la excelencia en los diecisiete primeros números de la serie protagonizada por el grupo de superhéroes con sede en Gran Bretaña liderado por el Capitán Britannia, y con los ex-Hombres X Rondador Nocturno, Kitty Pride y Rachel Summers entre sus integrantes, personajes que habían quedado descolgados del grupo principal de hombres-X tras los acontecimientos de la Masacre Mutante, además del hada mística Meggan. La saga de las Dimensiones Alternativas, los enfrentamientos con la Banda Loca, Rompepuertas, Arcade, los Lobos de Guerra o Saturnina mezclaban humor, acción a raudales, guiones ingeniosos del maestro Claremont y alocados viajes interdimensionales. ¿Quién necesitaba a los Centinelas o a Magneto?

Siguiendo el esquema de los “What If…?” de Marvel Comics, DC Comics dispone de ‘Elseworlds’, los Otrosmundos, un sello de la editorial que presenta historias que tienen lugar fuera de la continuidad general, en tiempos y lugares diferentes, creado específicamente para que los creadores pudieran utilizar a los personajes de DC en situaciones radicalmente distintas. A diferencia de su homólogo en Marvel, las historias de este sello de DC tienen lugar en continuidades completamente autónomas y desvinculadas de la raíz principal. Aquí podemos encontrar “Gotham by Gaslight” de Brian Augustyn y Mike Mignola con el Hombre Murciélago en el siglo XIX, el “Kingdom Come” de Mark Waid y Alex Ross en un futuro que ningún héroe querría vivir, o el “Superman: Red Son” de Mark Millar, Dave Johnson y Kilian Plunkett con la nave espacial en la que viajaba el Hombre de Hierro aterrizando en una granja colectiva de Ucrania en lugar de Kansas. Y “LJA: El Clavo” (“JLA: The Nail”).

“Liga de la Justicia de América: El Clavo” es una miniserie de tres números publicada originalmente entre agosto y noviembre del año 1998 que presenta una base argumental similar a la de “Superman: Hijo Rojo”: ¿y si la nave originaria de Krypton en la que viajaba el pequeño Kal-El que aterrizó en los campos de cereales de Kansas, cerca de la localidad de Smallville, no hubiese sido encontrada por Jonathan Kent y Martha Kent? ¿Y si un clavo, un pequeño e insignificante clavo, hubiese pinchado el neumático de la camioneta de la pareja y nunca hubiesen salido de casa esa mañana concreta en la que se encontraron al niño con poderes sobrehumanos? Un fascinante relato que recurre al efecto mariposa, un concepto de la teoría del caos (“el aleteo de una mariposa en Hong Kong puede desatar una tormenta en Nueva York”) que se ejemplifica en un clavo, que desencadena pequeños accidentes que desembocan en desastres catastróficos, y crea un mundo que jamás conoció a Superman, con una Liga de la Justicia a punto de enfrentarse a su mayor prueba de poder y moralidad.

Un mundo sin Superman es un mundo con un admirado Lex Luthor reelegido como alcalde de Metrópolis, con Jimmy Olsen como su colaborador más fiel y cercano, con Perry White desglosando todas sus virtudes y elogiándolo por televisión, con los metahumanos repudiados y acusados de ser una avanzadilla de alienígenas invasores, con una Liga de la Justicia formada por Batman, Flash, Wonder Woman, Aquaman, Hawkwoman, Green Lantern, Átomo y el Detective Marciano que no tienen ni el apoyo ni respeto de la sociedad a la que defienden, con un Hawkman muerto y un Green Arrow inválido y trastornado, entre muchos otros cambios substanciales respecto a la continuidad canónica de DC Comics.
Mientras la Liga debe hacer frente al espiral de odio creciente contra los metahumanos, otros acontecimientos se entrecruzan, tejiendo un espeso tapiz de traiciones y engaños como parte de un complejo plan elaborado por un villano misterioso: un levantamiento en el asilo Arkham liderado por el Joker, una fuerza misteriosa que deja al planeta Tierra encerrado y aislado, el ataque expeditivo contra grupos de superhéroes como la Patrulla Condenada o los Outsiders, así como a Metamorfo o J’onn, la desaparición de numerosos malechores y supervillanos que reducen la criminalidad a niveles mínimos, el asalto a la Casa Blanca,… Y al final, el mundo en caos por la ausencia del héroe más emblemático de la Tierra.

Lo que convierte a “El Clavo” en un cómic indispensable, tanto por su original historia como por su dibujo, de trazo limpio y elegante como pocos, es el autor inglés Alan Davis, conocido principalmente por su trabajo en las series de Marvel Comics y DC Comics, acompañado en esta ocasión por Mark Farmer, uno de sus entintadores habituales. Un genio. Un dibujante único, el mejor entre los que dibujan cómics de superhéroes… mal que les pese a Jim Lee, a David Aja, a John Cassaday, a Chris Bachalo o a Jimmy Cheung, dignos aspirantes al podio. 
Para conocer a Davis debemos rontarnos a 1981, cuando tomó las riendas del renovado Capitán Britania en “The Mighty World of Marvel”, con guiones de Dave Thorpe, Alan Moore y Jamie Delano. De allí, pasando por “2000 AD”, “Miracleman” junto a Moore y sustituyendo a Garry Leach, y a partir de 1985 da el salto al cómic USA con “Batman y los Outsiders” con guiones de Mike W. Barr y tinta de su compatriota Paul Neary, y en 1987 a Marvel Comics, empezando con “Los Nuevos Mutantes”, “Uncanny X-Men” y “Excalibur”, que como hemos comentado fue uno de los títulos más aclamados de la década. Después fue alternando títulos, pasando por “Los Vengadores”, “X-Men”, “Clandestine”, “Killraven”, “Uncanny X-Men”, “Los 4 Fantásticos: El Fin”,… Su talento, inmenso, no tiene límites y el universo de los superhéroes no le hace justicia a su estilo, limpio y fluido, dinámico y ágil. 
En la miniserie de tres números “El Clavo”, además, este respetado e influyente artista se atreve con un lenguaje muy directo, sin textos de apoyo ni globos de pensamiento, pensado para un público de todas las edades… pese a que la muerte y la violencia son elementos muy presentes en esta sórdida visión del futuro del universo DC que recuerda, en ocasiones, al oscuro mundo de “El viejo Logan”, con giros argumentales sorprendentes, un enemigo misterioso que no se desvela hasta el final.

En conclusión, “El Clavo” es un homenaje a los héroes clásicos de la Edad de Plata de DC Comics por parte uno de los mejores dibujantes del género, sino el mejor. Para ello Davis, con el doble papel de dibujante y guionista, nos regala una distopía ciertamente original donde, en un ejercicio arriesgado y con algo de trampa, prescinde de un elemento vertebrador, esencial, de todo el universo DC: Superman. 
Y además la aventura que nos presenta es ajena a la continuidad del universo de los superhéroes de la editorial, cosa que permite disfrutar de “El Clavo” sin la necesidad de ser un lector asiduo de DC, conocedor de sus secretos, sus claves o su cronología, ni tener la menor idea de quienes son Linterna Verde, la Mujer Maravilla, Flash, Aquaman, J’onn J’onzz, Átomo, Batman o la Mujer Halcón.

Por falta de un clavo se perdió la herradura,
por falta de herradura se perdió el caballo,
por falta de caballo se perdió el caballero,
por falta de caballero se perdió la batalla.
Y así se perdió todo un reino:
todo por falta de un clavo.
(“Jacula Prudentum”, George Herbert)

El Clavo.
Autor: Alan Davis
Entintado: Mark Farmer
Color: Patricia Mulvihill
Edición original: “JLA: The Nail” núms.1 a 3 (USA)
Fecha de publicación: Octubre de 2013 (ECC Ediciones)
Formato: Rústica. Color.
Páginas: 160
Precio: 14,95 euros