***

Tras la magnífica e hipnótica primera entrega de John McTiernan que habré visto ya un porrón de veces y cada vez que me la topo delante no puedo dejar de ver, todo lo que se ha hecho después de la saga “Predator” ha sido flojo, malo o sonrojante. Tenemos aquí una excepción que sin hacer remontar a la franquicia como merecería sí que tiene al menos su interés como título de evasión. La acción gira en torno a una chica india cuya intuición la convierte en mejor superviviente que sus compañeros (bien justificado para acomodarse al empoderamiento femenino que se busca) frente al Depredador llegado de otro mundo. Retrotraerse trescientos años y situar los acontecimientos en las praderas norteamericanas le da un plus a la película  porque a parte de la acción y el suspense propios de la saga los paisajes aseguran también cierto deleite visual y de paso nos sumergimos en el ambiente indio. Nada es sobresaliente, el guión sólo correcto,  pero el conjunto funciona como entretenimiento (cortito y al grano), las dosis de emoción, acción y terror están bien dosificadas y el regusto final es positivo, no se pide mucho más.