Llevamos unos años en los que el mundo parece que se está volviendo gilipollas e intransigente a marchas forzadas, de repente nos encontramos con polémicas absurdas en las que lo único que cuenta es el hecho de atacar cualquier política o acción que sea defendible desde la izquierda. Donald Trump inauguró esta nueva era derechista y parece que hay mucha gente deseosa de sumarse a ella, gente como los fachas, los nazis, los “añorantes” de una realidad que nunca existió y cuyas políticas intentan meternos a la fuerza desde los medios de comunicación a ver si a fuerza de repetición logran normalizarlo. Como buena prueba de ello tenemos el estreno de la última película de Pixar, Disney, estrenada en la gran pantalla: Lightyear, parte de la saga de Toy Story, y que se centra en Buzz Lightyear, el explorador interplanetario que se nos presentó en la primera película de la saga y que, rápidamente, conquistó nuestros corazones. Pues bien, en Lightyear Pixar ha incluido un beso entre dos mujeres. ¡Indignante! ¿Verdad?
En Lightyear dos personajes femeninos se dan un beso en pantalla, pero, ¡ojo!, que ni siquiera es que sean dos mujeres que se acaban de conocer y vayan directas al lío, no, no, una mujer besa a su esposa en pantalla. Es algo terriblemente “adoctrinador”, como ya vienen denunciando muchos señoros en Twitter y en cualquier otra red social donde se permita a estos miserables seguir vomitando su discurso de odio hacia la normalización del colectivo LGTBQ+. ¿Cómo van a entender ese beso los niños? Pues seguramente mejor que sus padres, mucho mejor.
Y no nos engañemos, como bien explican en El País la propia Disney consideró censurar esa escena hasta que se le rebelaron los empleados de Pixar que les dijeron pocas cosas lindas a los directivos de Disney. Concretamente:
“Nosotros en Pixar hemos sido testigos de cómo bellas historias, llenas de personajes diversos, regresan de la verificación corporativa de Disney en una versión reducida a las migajas de lo que fueron”

No vayáis a CinePlanet
Esto decía el texto dirigido a Bob Chapek, consejero delegado de Disney, que parece que recapacitó y al final lograron que la casa propietaria de las mayores franquicias del negocio audiovisual reculara y enarbolara, por una vez, un discurso que acoge a todo el público en vez de seguir siendo los voceros del conservadurismo y los políticos que, como los de Florida, pretendían limitar los derechos de las parejas LGTBQ+.
Tampoco conviene olvidar que, puestos a buscar “adoctrinamiento” en Disney tenemos cientos de escenas en donde se ha defendido durante décadas a la familia tradicional, al hombre sobre la mujer, a la burla hacia los colectivos LGTBQ+, etc, me parece estupendo que ahora se suban al carro de la normalización de las relaciones LGTBQ+ pero no olvidemos que su primera intención fue censurarlo y continuar con la política seguida hasta la fecha, que es el motivo por el que esperaré a ver la película en Disney + (comparto suscripción anual con 3 personas más, pago mucho menos al mes por la suscripción de lo que pagaría yendo al cine a ver la película).
Como colofón diré que todos aquellos que están en contra de normalizar relaciones diferentes a la tradicional sin duda estarán encantados de saber que los países en los que se piensa como ellos son Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Arabia Saudita, Egipto, Kuwait, Omán, Qatar, Malasia, Indonesia, Jordania, Líbano… y seguramente China. Estos son vuestros aliados, estos son los países “avanzados” que piensan como vosotros.
Pero no tenemos que irnos tan lejos, y es que en la cadena de cines CinePlanet tienen la imperiosa necesidad de poner el cartel que acompaña estas líneas que en la película Lightyear hay “escenas de ideología de género”… y no, señoros, no, no hay escenas de ideología de género, hay una escena de una mujer besando a su esposa. No hay ideología ahí, hay una realidad que puede que les escueza, pero, en ese caso NO PROYECTEN LA PELÍCULA y NO INGRESEN DINERO POR ELLA. ¡Retrógrados!
Las personas LGBTIQ+ existen, son personas reales que están a nuestro alrededor, y por tanto deben estar también en la ficción. Defender que no se las muestre, que se las oculte, que se las ignore, que no formen parte de una película, de un libro o de una obra de teatro, es homofobia.