Ni Una Ni Grande Ni Libre. La Dictadura Franquista es la enésima publicación sobre el franquismo, inagotable fuente de inspiración para generaciones de historiadores, propios y extraños. Aunque, esta vez algo diferente….
Ni Una Ni Grande Ni Libre. La Dictadura Franquista
Autor: Nicolás Sesma
Nº de páginas: 760
Editorial: Crítica
Año de edición: 2024
Precio: 25 euros
Nada ha marcado tanto nuestra historia reciente como la dictadura franquista. Ni una, ni grande, ni libre nos ofrece un análisis completo y actualizado de la misma, pensado tanto para quienes vivieron aquellos años como para quienes quieran redescubrir y entender aquel episodio decisivo. Nos encontramos ante una historia de la dictadura cuyo protagonismo ya no recae exclusivamente en el general Francisco Franco, sino en el conjunto de los españoles y que, ante todo, pone definitivamente en cuestión el mito de una España singularmente diferente.
Nicolás Sesma, profesor de la Universidad Grenoble Alpes, recoge las mejores aportaciones de la historiografía nacional e internacional para ponerlas al servicio de una reinterpretación ambiciosa y multidimensional. Así, se incluyen referencias a toda la geografía nacional y a todos los sectores sociales –algunos de ellos presentes por primera vez en una historia global del régimen– . Además, merecen igual atención la inmediata posguerra y la década de los setenta, los desfiles de la victoria y los XXV Años de Paz, la autarquía y el desarrollismo, la clase política y la oposición antifranquista. Todo ello acompañado de referencias e hitos culturales –desde la literatura y el cine hasta la nóvela gráfica y el arte pop–, que acompañan a una narración divulgativa y brillante, enmarcada en un contexto interpretativo internacional.
Se nos ofrece así una lectura de la dictadura franquista a través del prisma del siglo XXI, para recordarnos que, durante aquellos cuarenta años, España no fue Ni una, ni grande, ni libre.
Lo que hace diferente esta síntesis de la dictadura franquista de Nicolás Sesma son sus continuas referencias al ideario colectivo actual. “Un cuñado para gobernarlos a todos”, inequívoca alusión al Señor de los Anillos, al hablar de Serrano Suñer. Series como The Crown o Juego de Tronos también tienen su hueco en la narración. Música variada, desde La Mandrágora (Krahe, Sabina y Pérez) que en mis tiempos mozos no dejaba de sonar en el giradiscos de mi madre, hasta Rage Againts the Machine. No podían faltar las referencias a la literatura nacional e internacional: Ramón J. Sender, Carmen Laforet, Almudena Grandes, George Orwel, Gerald Brenan, etc. Alusiones al mundo del cómic (Carlos Giménez, Ivá, Paco Roca); incluso al deporte: “…tiempo de descuento.”, “…Marcelino de cabeza marcándole a Rusia un gol…”. Todo ello, a mi juicio, encaja bastante bien dentro del texto. Con esto, el autor pretende llegar a las nuevas generaciones, lo que hace más amena su lectura, sin olvidar el rigor histórico necesario en una obra como ésta. Si consigue su objetivo, deberán decirlo los lectores más jóvenes.
“Nadie gobierna solo. Y todavía menos durante casi cuarenta años”. Las diferentes “cuadrillas” del régimen (falangistas, militares, católicos, monárquicos, etc.) aparecen retratadas de forma precisa. La larga duración de la dictadura y el contexto internacional hicieron que cada facción tuviera su cuota de protagonismo, delimitado por el líder supremo y las necesidades de la política exterior. Ninguna fue eliminada, todas convivieron y evolucionaron al igual que el propio régimen para poder sobrevivir y mantener el poder. Si algo no cambió, fue la represión con puño de hierro durante todo el período.
Lejos de ser simplemente el opio del pueblo, el fútbol era un vehículo perfecto para la reconstrucción de identidades nacionales alternativas, caso de Cataluña y de Euskadi, así como un escaparate privilegiado para la expresión del disenso. Así lo entendieron en septiembre de 1975 el Athletic de Bilbao capitaneado por José Ángel Iribar y dos jugadores del Racing de Santander. Aitor Aguirre y Sergio Manzanera, cuando saltaron al campo de Los Cármenes (Granada) y al Sardinero con brazaletes y cordones negros para mostrar su rechazo por los últimos fusilamientos de la dictadura. Y exactamente lo mismo ocurría con el mundo de la música. De hecho, en la citada edición de 1968, el representante de España en Eurovisión iba a ser Joan Manuel Serrat, pero su insistencia en cantar en catalán fue considerada por TVE como un intento intolerable de dar “sentido político” a su actuación, por lo que se decidió sustituirlo por Massiel. Todo un anticipo de la significación antifranquista que iban a alcanzar los intérpretes de la “nova cançó” y otros muchos artistas, como Paco Ibáñez, capaz de abarrotar el Olympia de París en diciembre de 1969.
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Casualmente, uno de los directivos de la Dirección General de Radiodifusión y Televisión (a la que pertenecía TVE) que vio un “sentido político” intolerable en el empecinamiento de Serrat de cantar en catalán, fue Adolfo Suárez, Presidente del Gobierno entre 1976 y 1981, ya dentro de la llamada “transición pactada”. Hombre del régimen desde su juventud, ocupó diversos cargos de relevancia antes de la llegada de la democracia, formado dentro del Movimiento Nacional, hoy se blanquea su figura como uno de los artífices del cambio político, incluso el aeropuerto de Barajas lleva actualmente su nombre. En fin, “Puedo prometer y prometo…” que este país no tiene remedio; y que todo quedo “atado y bien atado” después de la muerte de Franco. Seguimos sufriendo las consecuencias…
Volviendo a lo de llegar a las nuevas generaciones del siglo XXI, no sé si la brumadora utilización por parte del autor de siglas, acrónimos y abreviaturas (IEE, BPS, AI, INC, LPMN, LRP, etc.) servirá para una mejor compresión de la dictadura franquista por parte de estos lectores. Espero que no les pase como a mí y tengan que acudir al final al índice analítico en cada párrafo. Ya es tedioso hacerlo con cada nota.
El Fregadero
Curioso porque justo ahora ando enganchado a la trilogía de los Arquitectos... y en cuanto acabe con ella iré a…