Mil Abrazos y un Pellizco Largo” es un cuento que te narra a través de la voz de un niño los tipos de abrazos que da y recibe, los que le gusta y los que le han enseñado, pero sobre todo te dice cómo se siente.

Mil abrazos y un pellizco largo
Autor: Albert Arrayas
Edad recomendada: A partir de 3 años
Nº de páginas: 48
Tamaño: 24.6×28.6 cm
Encuadernación: Tapa dura
Año edición: 2019
Editorial: Lumen
ISBN: 9788448852894
Precio: 15,95 €

Hay mil tipos de abrazos: abrazos apretados, de costado, frenteros, abrazos de sorpresa, que se dan, que se quieren dar, que se pueden dar, abrazos de pie, de corazón… Pero todos tienen la capacidad de detener el tiempo, de resguardarnos del mundo que nos rodea y de unir corazones eternamente.

Encuéntralos todos en esta singular colección de abrazos.

En este libro tienes unos cuantos. Léelo y verás que también los abrazos son lugares en los que resguardarse, como los pequeños nidos de los mirlos en un largo invierno.

El título me atrajo desde el primer momento que lo leí y cuando lo recibí en casa ya me había creado muchas buenas expectativas sobre él que al final no cumplió; ya que la primera lectura me resulto extraña y larga como que había cosas que no me encajaban y luego el final, sorprende de cómo introduce el tema de la muerte pero para mí de una forma tosca y mal calculada ya que me dio la impresión de tenía muchas ganas de terminar el libro, por todo ello con la primera lectura me quedé con un sabor agridulce, así que espere unos días y le di otra oportunidad.

Pasaron los días y lo volví a leer y a destriparlo porque quería con todas mis fuerzas que me gustase. En la primera página parece que nos presenta a su familia: madre, padre, hermana y mascota, pero en las siguientes páginas parece que solo recibe abrazos de su padre, en una sola ocasión nombra a su madre pero a la hermana y mascota nunca más, por lo que me descuadra un poco porque no entiendo la razón. Esto me lleva a buscar al autor en Internet y descubro que es más ilustrador que escritor, aunque hace las dos cosas y bastante bien. Ha ilustrado libros que casualmente tengo y no los había relacionado. Esto es un punto positivo, bueno la verdad es que igual me fascina las personas que ilustran diferentes libros pero se ve claramente que es la misma persona como de repente descubrir que tengo varios libros de la misma persona ilustradora y que no los había relacionado unos con otros, me parece muy difícil de hacer esto último.

Las ilustraciones de este cuento son bonitas pero a veces no tienen que ver con el texto por lo que les tenía que buscar razón, a veces creo que se refería a un concepto del texto, otras a un sentimiento,… por lo que no se puede contar el cuento a través de ellos, e incluso de repente aparece una página que da la impresión que la ha dibujado una persona menor de 6 años,… que no entiendo su significado….

El libro me ha hecho pensar qué abrazos son los que más me gustan y me he dado cuenta que ya llevo bastante tiempo que prefiero los abrazos de mis sobrinos que besos que dan sin pensar,… pero los que más me gustan son los que duran más de 21 segundos, pero no se pueden dar siempre por el sitio o por la persona o por mi misma que ese momento no es el adecuado pero cuando das estos abrazos los sentimientos de una persona a otra se transmiten y llenan. Estos abrazos aparecen en el cuento de diferentes formas y creo que para el protagonista también son sus favoritos porque describe muy bien cómo se siente una persona con un largo y buen abrazo.

El final me sigue pareciendo muy rápido con lo bonito que es, es decir, que lo aprovecha poco el autor, toca el tema de la muerte por encima, de forma sutil y delicada y con cariño, aún así, para mi humilde opinión hubiera quitado alguna página del medio y la hubiera aprovechado para terminar bien el cuento porque me da la sensación de que me falta eso un final, un buen final para poderlo poner en la estantería de los cuentos necesarios en un hogar, así que lo pondré en el sitio de los cuentos para poder trabajar con la infancia el tema de la muerte de un ser querido pero solo de introducción para luego trabajar los buenos recuerdos de esa persona y saber cómo saborearlos dulcemente y con una sonrisa.

La letra no es mayúscula pero está lo bastante grande para que una vez que el niño o la niña se lo hayan leído con una persona adulta puedan leerlo en solitario.

Este libro después de leerlo varias veces le estoy cogiendo cariño o será que ¿yo también prefiero, como el protagonista, abrazos que dos simples besos que casi no rozan la piel ni están pensados?