Interesante reparto, drama sobre la maternidad a caballo entre presente y pasado y mujer madura que en unas vacaciones conoce a una madre y su hija en situación tan peculiar que, cual magdalena de Proust, le hacen revivir sinsabores del pasado. A priori una película prometedora, adaptación de la novela de Elena Ferrante y más leyendo a la crítica. Sin embargo, y aunque se aprecia el intento de Maggie Gyllenhaal en la dirección a la hora de mostrar las contradicciones de ser madre por aquello de que cuando están tus hijos pueden saturarte y privarte de libertad y cuando no están los echarás profundamente de menos así como el tono de suspense que crea, no me terminó de convencer. Llegados a un puto de la narración la historia comienza a dar vueltas sobre sí misma sin rumbo y a mí me perdió, cosa que no necesariamente tiene que pasar a todo el mundo. En cualquier caso una película de las que se denominan “de autor”, con cadencia lenta, que busca atmósfera y explorar los motivos de una frustración. Consiguió tres nominaciones en los óscars (mejor guión adaptado, mejor actriz (Colman) y mejor actriz secundaria (Buckley).
Pues yo recuerdo está película con mucho cariño. Quizás no llegue al nivel de Toy Story o Gremlins pero... ¿qué…