“La cabaña en el bosque” (“The cabin in the woods“) fue el debut como director de Drew Goddard, un colaborador habitual de Joss Whedon en las series de televisión “Buffy cazavampiros” y “Angel”, y de J.J. Abrams en “Alias” y “Perdidos”, y guionista de “Monstruoso” y “Guerra Mundial Z”, aunque la película llegó a los cines con el nombre de Joss Whedon en negrita y mayúsculas y el de Drew Goddard en minúsculas, en cursiva, y en un rincón del cartel.
Y es que la historia de esta película fue ideada por el director primerizo junto a Joss Whedon, acreditado como guionista y productor, pero que acababa de dar el salto a la primera división con el bombazo de “Los Vengadores” y estaba preparando su secuela, “Los Vengadores 2: La Era de Ultrón“. Por lo tanto, el nombre de Whedon era garantía de que, por lo menos, la película no pasaría desapercibida.
“La cabaña en el bosque” es una película de terror, una caja de sorpresas cinematográfica, un cubo de Rubik del celuloide, que ofrece los tópicos habituales del género pero con una modernización propia del sello Whedon que tanto engancha, y referencias películas clásicas del género como, por ejemplo, la “Posesión Infernal” de Sam Raimi. Es tanto una demostración de conocimiento profundo del género como de un amor incondicional por éste.
La historia, aparentemente convencional, arrastra a cinco jóvenes universitarios hasta una cabaña en medio del bosque, donde numerosas cámaras de televisión seguiran con detalle todo lo que allí sucede. Hasta aquí, crees que conoces la historia. Como decía el eslogan de la película: Piénsala de nuevo y espera lo inesperado…
De hecho el propio Whedon hacía un llamamiento para que los espectadores no vieran ni el trailer antes de entrar en las salas, para disfrutar más de la sorpresa.
Protagonizada por Kristen Connolly, Chris Hemsworth, Anna Hutchison, Fran Kranz, Jesse Williams, y los veteranos Richard Jenkins y Bradley Whitford, “La cabaña en el bosque” es una película más entretenida que acongojante, más ingeniosa que brillante, más tópica que innovadora. No es un tributo al terror teen, tampoco una parodia, y mucho menos una reinvención del género, pero es entretenida, tiene un final sorprendente y merece recuperarse del baúl de los recuerdos. Quizá el paso del tiempo la catalogue como un film de culto, pero aún no.
A ver, la de abogados cristianos (me la agarras con la mano) me parece tan estúpido... en fin, además ahora,…