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El cine animado fotograma a fotograma es el cine primigenio, el más sencillo de todos y, a su vez, el más complejo. Es el más sencillo porqué es el principio de todo, como “El caballo en movimiento” del fotógrafo Eadweard Muybridge, un experimento visual realizado entre 1872 y 1878 que fue esencial para la invención del cinematógrafo de los hermanos Lumière. Y el más complejo porqué en el siglo XXI este tipo de películas requieren de un trabajo laborioso y artesanal que el cine casi ha olvidado, engullido por la tecnología.

Kubo y las dos cuerdas mágicas” fue la única película que le pudo discutir el Oscar a la mejor película de animación del año 2016 a “Zootrópolis“. De hecho es muy discutible que ambas películas compitiesen en la misma categoría, pues una dejaba el ordenador a un lado y apostaba por un formato tan tradicional como la animación en stop-motion, con apoyo de herramientas digitales, mientras que la otra era un excelente trabajo de animación por ordenador. Sea como sea, “Zootrópolis” se llevó el gato al agua y el Oscar a casa.

Kubo y las dos cuerdas mágicas” (“Kubo and the Two Strings“) es una película dirigida por Travis Knight, CEO del estudio de animación Laika que debutó como director con esta película, con las voces de Charlize Theron, Matthew McConaughey y Rooney Mara, que nos contaba como, en un Japón mítico repleto de dioses, monstruos y yokais, el joven cuentacuentos de gran corazón Kubo ve trastocada su pacífica vida al convocar por accidente a un espíritu del pasado que ha regresado decidido a llevar a cabo una venganza milenaria. Kubo no tiene más remedio que huir y unirse a Mona y a Escarabajo para encontrar una armadura mágica, para proteger a su madre y resolver el misterio que rodea a su deshonrado padre, el más grande de todos los samuráis que jamás ha existido.

Kubo y las dos cuerdas mágicas” fue la cuarta producción del estudio de animación Laika, cuyas películas mezclan la animación digital y la técnica de stop-motion, como ya hicieran con éxito en “Los Mundos de Coraline” (2009), “El alucinante mundo de Norman” (2012) y “Los Boxtrolls” (2014), y repetirían después con la fallida “Mr. Link. El origen perdido” (2019). Su sello de calidad, su estilo caracterizado por la orfebrería visual y una minuciosidad que parece imposible, el mimo con el que trabajan,… los han convertido en maestros del género. Las cifras de la producción dan vértigo: 1.359 tomas, 133.096 fotogramas animados, 23.187 caras diferentes para Kubo, 80 decorados distintos, 881 piezas para la Bestia Luna,… Un esfuerzo titánico de 94 semanas (solamente rodar la secuencia del barco y la Gran Ola llevó 19 meses). Una película extraordinaria. Pero, ¿lo que hace Laika es animación o es, simplemente, cine? No hay la menor duda. Es cine en mayúsculas.

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