Si hay algo malo de tener hijos es la dificultad para poder ir al cine a menudo, o al menos tan a menudo como solías hacerlo antes de ser padre, y si hay algo bueno de tener hijos es que cuando llegan los Oscars ya hemos visto todas las películas nominadas a mejor película de animación. O casi: “Kubo and the Two Strings“, “Moana“, “My Life as a Zucchini“, “The Red Turtle” y “Zootopia“. ¿Cuál ganará? Todas lo merecen, pero solamente una se llevará la estatuilla dorada a casa.

Kubo“, “Vaiana“, “La tortuga roja“, “La vida de Calabacín” y “Zootrópolis” son las cinco películas nominadas para el Oscar a la mejor película de animación (Academy Award for Best Animated Feature), un premio que ha ido ganando prestigio y reconocimiento con el paso de los años, a medida que las producciones de cine animado han ido recibiendo mayor atención mediática. E incluso alguna se ha colado entre las nominadas a Mejor Película. Pero, de hecho, la categoría existe solamente desde hace poco más de 15 años.
En 1938 se otorgó un premio especial a Walt Disney por su “Blancanieves y los siete enanitos“, por la innovación en el campo de los largometrajes que significó su película. En 1995 se concedió otro premio especial a John Lasseter y “Toy Story“, el primer largometraje creado completamente por ordenador. Y no fue hasta el año 2001 cuando se constituyó el premio Óscar a la Mejor Película de Animación, un galardón que se llevó “Shrek” por delante de “Jimmy Neutron” y “Monsters, Inc”.

En la edición del 2017 tenemos cinco películas muy diferentes que han hecho méritos para colarse entre las finalistas, dejando por el camino a otras candidatas como “Your Name.“, “Buscando a Dory“, “¡Canta!“, “Kung Fu Panda 3“, “Miss Hokusai“, “La Vida Secreta de tus Mascotas“, “La Fiesta de Salchichas“, o “Trolls“, entre muchas otras.

Zootrópolis“, de Byron HowardRich Moore, es la gran favorita. Ya se ha alzado con el premio a Mejor Película Animada en los Critics Choice Awards, en los Annie Awards, y en los Globos de Oro (la gran vencedora de la noche, con seis premios, incluyendo el de mejor película, mejor dirección y mejor guión). Además ha recaudado más de mil millones de dólares en todo el mundo, lo que la convierte en la segunda película original (osea, que no es ni una precuela, ni una secuela, ni una adaptación) más taquillera de la historia, solamente por detrás de “Avatar” de James Cameron. Si no sucede nada extraño, el Oscar ya tiene grabado el nombre de sus productores en la base.
Esta ‘buddy movie‘ de Walt Disney Animation Studios nos traslada hasta la populosa ciudad de Zootrópolis, una urbe única y singular donde todos los animales viven en paz, pero cuando la optimista Judy Hopps pone un pie en ella, descubre que ser una conejita en un cuerpo de policía lleno de temibles animales no es nada fácil. Decidida a demostrar su valía, se lanza a resolver un caso complicado, aunque ello implique trabajar con Nick Wilde, un zorro charlatán.

Kubo y las dos cuerdas mágicas” es, quizás, la única que puede discutir el premio a “Zootrópolis“. Al contrario que su rival, la película del director Travis Knight deja el ordenador a un lado y apuesta por un formato tan tradicional como la animación en stop motion, con apoyo de herramientas digitales. Y, además, se atreve a superar algunos de los esquemas convencionales de las películas infantiles en los que “Zootrópolis” insiste, aunque no es tan rompedora como “La tortuga roja“. Eso es, entre otros motivos, por el público al que se dirige, que es básicamente infantil.
Producida por Laika, y distribuida por Focus Features, nos traslada a un Japón mágico donde el inteligente y bondadoso Kubo se gana la vida como puede contando historias tan maravillosas como fantásticas a los habitantes de un pueblecito costero. Pero su tranquila existencia cambia de golpe cuando, accidentalmente, llama a un espíritu mítico que regresa de los cielos decidido a llevar a cabo una venganza milenaria. Kubo no tiene más remedio que huir y unirse a Mona y a Escarabajo para salvar a su familia y resolver el misterio que rodea a su deshonrado padre, el más grande de todos los samuráis que jamás ha existido.

La tortuga roja” es una película para público adulto más que una propuesta para los más pequeños de la casa, que se pueden aburrir un poco. Es lenta, muy lenta, aunque es delicada, dulce y de belleza minimalista. Su sencillez exquisita seduce tanto como puede asustar a un público, como el norteamericano, tan acostumbrado a la acción frenética y el ritmo vertiginoso y por ese motivo parece muy improbable que la estatuilla dorada acabe en manos de sus productores.
Esta coproducción de varias productoras francesas y Studio Ghibli, la primera producción del estudio de Hayao Miyazaki fuera de Japón, del animador holandés Michael Dudok de Wit (ganador del Oscar por su cortometraje “Father and Daughter“) nos muestra los ciclos en la vida de un ser humano mediante una historia muda sobre un náufrago en una isla tropical desierta, poblada de tortugas, cangrejos y aves, que adaptarse a la vida en la naturaleza más pura y salvaje. No lo consigue, y sus inútiles intentos por escapar de la isla le llevan a encontrarse con una misteriosa tortuga roja que hará que su vida cambie para siempre.

Vaiana“, la nueva película de Walt Disney Animation Studios, no es, ni mucho menos, la mejor película del estudio de animación del ratón Mickey. “Frozen” o “Enredados“, sin ir muy lejos, proponen la misma fórmula de siempre pero con mejores resultados. “Vaiana” arriesga poco: una princesa polinesia con carácter, que ni busca a su príncipe azul ni lo necesita, y que se labra su propio destino y su lugar en el mundo con valentía mientras que su ‘sidekick‘ es un machote descerebrado y egocéntrico, aunque de buen corazón. De hecho, el mejor mérito de “Vaiana” reside en su poderosísimo personaje femenino, seña de identidad del nuevo feminismo de Disney, pero no debería ser suficiente como para otorgarle el Oscar.
La película narra las andanzas de la joven Vaiana, hija de un jefe tribal de las islas de Oceanía que, contra la voluntad de su padre y con la ayuda del semidiós Maui, leva anclas y se lanza a la osada misión de salvar a su pueblo, devolviendo una joya de gran poder a su lugar de origen, allí de donde fue arrebatada.

¿Y “La vida de Calabacín“? Pues no he tenido ocasión de verla, puesto que no se estrenará en nuestro país hasta dentro de unas semanas. Las críticas han sido muy generosas con esta película suiza de animación stop-motion dirigida por Claude Barras, que nos cuenta una historia de superación, adaptación de la novela de Gilles ParisAutobiografía de Calabacín“, protagonizada por un niño que, después de perder a su madre, tiene que ingresar en un orfanato, que se esfuerza por encontrar su lugar en este nuevo medio hostil y extraño, y poco a poco irá haciendo nuevos amigos, encontrará el verdadero amor y una nueva familia… pero las posibilidades ante las otras cuatro candidatas son casi nulas.
Era también la candidata de Suiza como Mejor película de habla no inglesa, pero no pasó el corte.