Bueno,… claro,… siempre que aún tengas los cinco dedos en la mano o que algún lamentable accidente no te haya dejado sin. Y es que, aunque no lo parezca, son muchos quienes tienen que remplazar su extremidad perdida por algún tipo de protesis o artilugio sustitutivo.

Las películas están repletas de personajes que pierden sus manos en un accidente, o en un combate con sables láser, o que arman sus manos con afiladas cuchillas para poder matar con mayor efectividad. Y desde 1964 hasta ahora Scott Beale de Laughing Squid ha contado casi una docena. Posiblemente se debe dejar alguna en el tintero, pero es un buen resumen de los más trascendentes.

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