Aunque la punta de lanza económica del mundo del cómic pueda considerarse aquella qué proviene del mundo del entretenimiento (genéricamente hablando me refiero al cómic de superhéroes o al manga posiblemente los dos géneros más populares) no es menos cierto que siempre existe un género del cómic crítico con la sociedad y que nos obliga a realizarnos algunas de las grandes preguntas existenciales. ¿Qué tiene todo esto que ver con “Las crónicas del León Melquíades“? Pues la verdad es que mucho y es que Marc Russell aprovecha las potencialidades del personaje de Hanna Barbera para analizar la propia sociedad estadounidense centrándose en los años cincuenta pero de una manera que lo hace completamente extrapolable a lo que la mayoría de democracias están sufriendo actualmente: el auge de la extrema derecha.
¡Drama! ¡Comedia! ¡Tragedia! Para Melquíades, el famoso dramaturgo sureño, estos son los ingredientes que le han convertido en una estrella del teatro neoyorquino y del brillante mundo que lo rodea. Pero estamos en el año 1953, y detrás de todas esas luces brillantes, la oscuridad está al acecho.
Mientras Melquíades prepara su próximo éxito, alguien le ha colocado ya una diana en la espalda. La Amenaza Roja no descansa, y el Comité de Actividades Antiestadounidenses intenta dar caza hasta el último subversivo que hay en el mundo del espectáculo. Hasta ahora, Melquíades ha conseguido mantenerse fuera de su foco de atención.
Pero Melquíades es gay… y sus enemigos están decididos a destruirle por eso.
Todos sus amigos han sido incluidos en una lista negra, desde leyendas como Lillian Hellman y Dorothy Parker hasta colegas de profesión como el caballero sureño Huckleberry Hound. ¿Podrá sobrevivir la reputación de Melquíades a la furia de la derecha el tiempo suficiente como para llegar a estrenar su próxima obra maestra? Una cosa es segura: ¡el espectáculo debe continuar!
En los años cincuenta, Estados Unidos acaba de salir de la Segunda Guerra mundial como una de las grandes potencias mundiales, sino la más, pero se encuentra con la férrea oposición de la Unión Soviética que, gracias al espionaje, también disponía de los secretos de la bomba de hidrógeno. El Enemigo había robado el secreto del arma más poderosa del mundo a los Estados Unidos de América, y aunque ya de por sí los sistemas económicos y sociales de ambas potencias estaban enfrentados, el robo la bomba de hidrógeno fue la excusa que tuvo el senador Ronald McCarthy para desencadenar una caza de brujas en su propio país, entre su propia gente, que no solo aterrorizó a medio país sino que persiguió al colectivo LGTB, demonizandolo y utilizando pruebas de esas relaciones para chantajear a miembros la sociedad. Aunque todo empezó en la esfera política pronto pasaría también a afectar al mundo de la cultura estadounidense. Y es precisamente aquí donde comienza nuestra historia.
Melquíades ha obtenido un gran éxito, es considerado el mejor dramaturgo del país, pero ha sido citado por el comité de prácticas antiamericanas a declarar. Engreído y confiado, Melquíades no se toma en serio al comité y los pone en ridículo sin saber que eso provocará que sea perseguido con más ahínco. Y, no nos engañemos,Melquíades tiene mucho que perder, es una figura pública y, aunque para la opinión estadounidense vive felizmente casado, su matrimonio es en realidad una farsa que oculta su relación homosexual con un cubano. Además, y para complicar la existencia de Melquíades, es extremadamente crítico con los Estados Unidos desde una perspectiva de izquierdas, y no deja de criticar a su país buscando que éste afronte sus errores y los supere. La posición que Melquíades cree tan segura y sólida pronto demostrara tener unos pies de barro que nos permitirán profundizar en las penurias que muchos tuvieron que pasar en aquella época solo por ser diferentes.
Cualquiera pensaría que el guionista Mark Russell podría haberse quedado aquí, puesto que ofrecernos una historia ambientada en los años cincuenta y en plena caza de brujas en Hollywood ya sería un plato capaz de saciarnos, pero el escritor no se conforma con esto y nos obliga a reflexionar sobre cómo pudo suceder aquella vergonzosa cacería, pero también sobre cómo estamos viviendo una situación muy parecida, algo que podemos comprobar, por ejemplo, con el fenómeno de las fake news, que están contribuyendo a radicalizar a la sociedad de hoy en día.
Pero es que además también está muy presente en la trama la lucha que el mundo LGTB iniciaría para reclamar unos derechos que hasta el momento estaban completamente orillados, y tampoco habría que obviar cómo Mark Russell entreteje realidad y ficción, haciendo que su protagonista se relacione con algunas de las figuras más importantes el mundo de Hollywood de los años cincuenta, a la vez que otros personajes de Hanna Barbera cobran vida en esta miniserie de seis números.
Confieso que estoy totalmente impresionado por el trabajo de Mark Russell, pero es que después de haber leído sus Picapiedra me he convertido en fiel seguidor suyo y, desde luego, este Melquíades ha sobrepasado todas mis expectativas con lo que creo que es una pequeña obra maestra que cobra pleno sentido una vez leída y disfrutada.
El magistral trabajo de guión pone el umbral excesivamente alto para su dibujante, Mike Freehan, que aunque ofrece un buen nivel no alcanza el de su compañero escritor. Aún así Freehan se esfuerza por hacernos creíble un mundo en el que humanos y criaturas cómo Melquíades, híbridos de humanos y distintos animales, pudieran convivir hasta ese nivel. La mayor pega que le puedo poner es que los personajes híbridos, cuya expresividad ha trabajado magníficamente, no resultan tan creíbles cuando los vemos en planos de cuerpo entero. Por otra parte los personajes reales que aparecen como Marilyn Monroe, Joe DiMaggio, Nixon o Arthur Miller, son fácilmente reconocibles incluso para nosotros, foráneos de los Estados Unidos.
Normalmente el tamaño en el que se ha publicado Melquíades no me supone demasiado problema, si esta es la manera en la que podemos esperar clásicos como Aquaman o reediciones como la de Lucifer. Es un precio que estoy dispuesto a pagar pero creo que no es lo mismo en este caso tanto los Picapiedra cómo Melquíades deberían haber sido publicados en su tamaño original. Y si hay justicia pronto veremos una edición qué dignifique estos dos trabajos, pequeñas obras maestras. Sí es muy agradecer la guía histórica final incluida en el volumen. Un pequeño gran detalle.
En definitiva, y dejando el tamaño aparte, “Huyamos por la izquierda: las crónicas del León Melquíades” es posiblemente el mejor tebeo que leeré en este año 2020 y si aún no lo habéis leído os espera una más que grata sorpresa.
Huyamos por la izquierda: las crónicas del León Melquíades.
Guión: Mark Russell
Dibujo: Mike Feehan
Edición original: “Exit Stage Left: The Snagglepuss Chronicles” núms. 1 a 6, “Suicide Squad/Banana Splits Special” (Extracto)
Fecha de publicación: Septiembre de 2019
ISBN: 978-84-17960-07-0
Formato: Cartoné. Color.
Páginas: 168
Precio: 17,95 euros
Curioso porque justo ahora ando enganchado a la trilogía de los Arquitectos... y en cuanto acabe con ella iré a…