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Hay un tipo de cine que, como poco, se podría calificar de arriesgado puesto que sus autores voluntariamente excluyen de su propuesta a gran parte de los espectadores potenciales que asisten a las salas de cine. Son las películas no aptas para estómagos sensibles, de las que cuesta ver sin apartar la vista de la pantalla, y que a más de uno le provocaran arcadas, mareos y vómitos. Son películas que dan asco, que revuelven los intestinos con su provocación, a menudo demasiado explícita, repleta de sexo, violencia, coprofagia, tortura y sadismo. Y en la cima de todas ellas, “The Human Centipede” de Tom Six, quizás la película más repugnante y asquerosa de toda la historia del cine. Sorprendente y arriesgada, pero asquerosa.

The Human Centipede” nos contaba como dos turistas americanas eran secuestradas durante sus vacaciones en Alemania por un maléfico cirujano retirado, especializa en la separación de siameses, que quiere llevar a cabo una idea tan retorcida como repugnante: quiere conectar a tres infelices como si fuesen un ‘ciempiés humano’, uno detrás del otro, la boca del segundo en el recto del primero, la boca del tercero en el recto del segundo, haciendo que el sistema digestivo de uno alimente a otro. Repulsivo, aunque medicamente posible.

La película de Tom Six, que fue realizador la edición holandesa del reality Gran Hermano, provocó un gran impacto allí donde se estrenó, y la reacción de la crítica cinematográfica especializada ya os la podéis imaginar: más de un monóculo se cayó dentro de la copa de champagne del sobresalto. Es lo mismo que sucedió con otras películas de este subgénero que se ha llamado ‘torture porn‘ y que ha encumbrado propuestas tan repugnantes como ésta, por ejemplo “Hostel” de Eli Roth o “Martyrs” de Pascal Laugier. Y el éxito de la propuesta dio lugar a dos secuelas más, tan horripilantes como la primera… aunque solo para algunos espectadores. Para otros es, simplemente, una comedia oscura. Y como decía el director: “si no te gusta, no la veas“.

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