Se vende alma (por no poder atender), la tercera novela de la detective paranormal Parabellum, que vuelve a firmar Sergio Morán, y que está a escasos días de cerrar su campaña está generando una gran campaña que no deja de batir un récord tras otro. Como ya os comenté la primera vez que os hablé de Se vende alma (por no poder atender) las primeras horas de campaña fueron brutales, con una recaudación que se incrementaba hasta provocar a Sergio Morán un leve caso de locura que llevó a ingresarlo mientras gritaba “¡cartas de tarot! ¡relatos! ¡zomnies!”… aunque se cree que, poco a poco va recuperando la cordura mientras las recompensas no dejan de aparecer para aquellos que participamos del micromecenazgo.

Ahora, pasados ya más de 30 días de campaña os podemos comentar cosas como que ya llevan recaudados más de 30.000 euros y que las siguientes recompensas están a disposición de los mecenas de Se vende alma (por no poder atender):

  • Carta del tarot
  • Portada de librojuego con solapas y brilli-brilli
  • Tres ilustraciones en el interior del libro
  • Una segunda carta de tarot
  • ¿Pero qué digo tres? ¡Seis ilustraciones en el interior!
  • Mejor ¡tres cartas de tarot!
  • ¡Mejor aún, cuatro cartas de tarot!
  • Nuevo relato de Doña Lola de María “Contra todo pronóstico”

Se vende alma

Quedan 8 días de campaña de Se vende alma (por no poder atender) y aún podemos alcancar una quinta carta del tarot, la de la Muerte que le sobrevendrá a Sergio tras tener que hacer más de 1.100 envíos (de momento ya hay 1.123 mecenas) aunque podrá enjuagar las lágrimas con los, por el momento, 30.448 euros que lleva recaudados.

Sin duda estamos ante un exitoso micromecenazgo al que aún le queda algo por contar en estos 8 días restantes en los que, espero, veamos caer alguna otra recompensa más. Mientras tanto os animo a participar en la campaña de Se vende alma, y es que El Dios asesinado en el servicio de caballeros y Los muertos no pagan IVA. Mientras tanto os invitamos a participar en un micromecenazgo que está dando mucho que hablar.

Micromecenazgo de Se vende alma (por no poder atender)