La saga ambientada en el mundo fantástico de Malaz creado por el escritor, arqueólogo y antropólogo Steven Erikson regresó a las librerías de nuestro país de la mano del sello Nova hace cuatro años, con una nueva edición de lujo, tras varios años descatalogada. Una vez recuperada la obra original ahora se anuncia la primera secuela directa.

Malaz: El Libro de los Caídos” es una serie de fantasía épica de diez volúmenes del escritor Steven Erikson, y el primero de ellos es “Los jardines de la Luna“, publicado originalmente en 1999. Este primer libro, más de setecientas páginas que Erikson escribió entre los años 1991 y 1992, tomaba como base las ideas de Steven Erikson e Ian Cameron Esslemont para su mundo imaginario de juegos de rol. La obra estuvo guardada casi diez años en un cajón, hasta que a finales de los años noventa el sello Transworld de la editorial Random House la publicó, y le pidió a Erikson que escribiera nuevos libros para la serie. Aprovechando la historia del mundo de Malaz que había creado con su amigo Esslemont, Steven Erikson planeó nueve novelas más, que se publicaron en doce años, entre 1999 y 2011: “Las puertas de la casa de la muerte“, “Memorias del hielo“, “La casa de cadenas“, “Mareas de medianoche“, “Los Cazahuesos“, “La tempestad del Segador“, “Doblan por los mastines“, “Polvo de sueños” y “El Dios tullido“. La serie se dio por finalizada con la publicación del décimo tomo, en febrero de 2011.

Y diez años, para la alegría de los fieles seguidores de la obra de Steven Erikson, después del fin de la decalogía se anuncia “Un dios inclemente“, el emocionante inicio de una nueva serie de fantasía épica del autor de “Malaz: El Libro de los Caídos” que se presenta como la primera secuela directa de la saga. Desde hoy mismo está a la venta.

Han pasado muchos años desde que los guerreros teblor desataron el caos y la masacre en Lago de Plata. Ahora las tribus septentrionales ya no hacen incursiones en las tierras del sur. La ciudad se ha recuperado, pero el legado perdura. De hecho, Karsa Orlong, uno de los tres, es ahora reverenciado como un dios, aunque como un dios indiferente. En realidad, a lo largo y ancho del mundo de Malaz han surgido adeptos a varias religiones. Están los adoradores de Coltaine, el Dios de las Alas negras, y entre la soldadesca imperial abunda el culto de Iskar Jarak, el Guardián de los Muertos.

En respuesta a los informes sobre la creciente inquietud de las tribus de más allá de la frontera, una legión de infantería malazana marcha hacia Lago de Plata. No saben con qué van a verse las caras, pero, a pesar de que el ejército malazano ha evolucionado, hay algo que no ha cambiado: están dispuestos a enfrentarse a lo que sea. O a morir en el intento. En lo alto de las montañas, un nuevo caudillo está al mando de los teblor. Marcado por las hazañas de Karsa Orlong, pretende enfrentarse a su dios aunque para ello tenga que atravesar el Imperio malazano dejando un reguero de sangre. Pero más al norte se cierne una nueva amenaza, y ahora parece que son los teblor quienes se quedan sin tiempo. Otra migración, largamente temida, está a punto de empezar. Esta vez son decenas de miles y se disponen a marchar hacia el sur. En su camino, tan solo una compañía de infantería de marina malazana. Parece que en Lago de Plata va a repetirse el pasado, y eso nunca es bueno.