Bueno, pues ya me he leído la maravillosa Los Combates Cotidianos 3 y tengo que coincidir en que seguramente sea la obra que ganará en los premios del Salón del Comic de Barcelona, más que nada porque poca gente se atreverá a decir que NO le ha gustado, y mira que es aburrida…

Lleva uno leyendo desde hace unos meses cosas como que “Los Combates Cotidianos 3. Lo que de verdad cuenta” es el mejor comic del 2006, que si es un comic ante al que “hacer reverencia con genuflexión incluida”, etc. Total que uno harto de tanta gran reseña se decide a leerlo, que no comprarlo porque 16 eurillos se me hacían muy cuesta arriba en el presupuesto de este mes, en el caso de que coincidiese con tanta gran critica siempre podía rectificar esta situación. Total que contacté con una amiga gafapasta (sí, es útil tener alguno que otro cerca para estos casos) y le pedí que me lo dejase.

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Después de 2 horas más de genuflexiones y “mejor album del 2006” pude, por fin, llegar a mi casa a leerlo y… estoooo, ¿no estaríamos hablando de otro comic? Porque la verdad es que… es un poco pesadito de leer, ¿no? Y además tampoco pasa mucho en él, prácticamente el resumen completo del album es que se le ha muerto el padre al prota y que éste flipa con el diario de su padre, ¡ah!, sí y que le van a publicar un libro que no comprará nadie. Aparte de eso… bufff, que pesado de leer se me hizo.

Supongo que Manu Larcenet pretendía profundizar y mostrarnos… algo, no sé, quizás se murió su padre y este es el album que “le salió”, pero eso no quiere decir que sea un buen album. Busca la emotividad de una forma TAN descarada que… chirría, los espacios muertos… en fin, TODO el comic está lleno de espacios muertos. Psss!, Manu!, “quillo”, que eso funciona mejor en el cine aquí es CARGANTE, aburrido, soporifero.

Que sí, que sí, que algunos babean ante la miradita de la lechuza y el abuelo, las fotos del taller del padre de Marco, de las instantaneas que capturan con emotividad los sentimientos de Marco (y los de los que le rodean que se quedan callados en incontables ocasiones supongo que pensando “ya se irá el chapas este y me dejará en paz de una vez”), pero… jolín, que largo se me hizo.

Menos mal que, para compensar, Manu Larcenet cuela alguna que otra coña por ahí, pocas, muy pocas, con los supongo que intenta hacer que este dramón de telenovela sudamericana sea más digestible. No lo consigue, pero al menos… al menos la lectura se hace un poco menos incómoda.

Yo, con sinceridad, me quedé con mejor gusto en los dos anteriores volumenes (que sí tengo en propiedad), con este tercero tengo que concluir que se ha vencido hacia el costumbrismo más gafapasteril y que si bien a la mayoría de gente que leo le ha gustado horrores a mi me ha aburrido un montón. Porque es un coñazo. No se, aún en el caso de que se le hubiese muerto el padre a Manu Larcenet y esto fuese una catarsis… ¿por qué obligarnos a leerla? es que algunas grandes obras se han escrito como proceso de catarsis (cómo las Coplas a la muerte de su padre de Jorge Manrique) pero Los Combates Cotidianos 3 me ha parecido algo facilón, un drama que no aporta nada (salvo tiempos muertos) y una lectura aburrida a la que dos gracias no salvan de su letargo. Creo que se le puede exigir más, mucho más.

En fin, creo que al final no me compraré “Los Combates Cotidianos 3. Lo que de verdad cue$ta“, más que nada porque zzzZZZZ!!!!