Pasará a la historia por ser la primera película de habla no inglesa que gana el óscar a mejor película y, al margen de premios (también consiguió la Palma de oro en Cannes), se convirtió en uno de los grandes acontecimientos de 2019. Cuenta como una familia con pocos recursos va logrando entrar a trabajar en la casa de un millonario, pero lo importante no es eso sino su capacidad para ironizar sobre la vida moderna y los contrastes sociales, su habilidad para saltar de género a género y su impactante y exótica puesta en escena. Un soplo de aire fresco en un panorama mundial cinematográfico que ofrece pocas propuestas tan interesantes.

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Título original: Gisaengchung
Nacionalidad: Corea del Sur
Duración: 132 minutos
Guión: Bong Joon-ho, Jin Won Han
Música: Jaeil Jung
Fotografía: Kyung-Pyo Hong
Reparto: Song Kang-ho, Lee Seon-gyun, Jang Hye-jin, Cho Yeo-jeong, Choi Woo-sik, Park So-dam, Park Seo-joon, Lee Jeong-eun, Park Keun-rok, Hyun Seung-Min

 

En esta ocasión hice mis “deberes” tarde. Año a año me autoimpongo el indescriptible placer de ir viendo las películas más destacadas que se van estrenando, guiándome entre otras cosas por críticas, premios y nominaciones a los óscars, pero hay ocasiones en que no se dispone de tiempo suficiente sobretodo con niños pequeños a los que cuidar, así que por una u otra razón “Parásitos” fue quedando en el mi lista de películas por ver hasta que, contra pronóstico, ganó cuatro óscars y entre ellos el de mejor película, cosa que nunca había ocurrido con una película no rodada en inglés.

No es lo mismo ver una película después de que haya ganado premios y menos aún si ha conseguido el premio gordo del Óscar porque todos tendemos a relativizar y bajar de su pedestal a los que triunfan si nos los imponen otros y más en España, así que ahora no estoy muy seguro de si mi valoración de “Parásitos” están condicionada por eso o no. El caso es que, admitiendo que tiene gran calidad, interés y una enorme capacidad para descolocarte como espectador, me parece un premio “político” y me explico. Si las comparo con otros títulos nominados como “1917”, “Joker”, “El irlandés” o “Érase una vez en Hollywood” me parece inferior y si escarbo en las posibles motivaciones de los votantes me “huele” a castigo contra los grandes estudios. En un año en el que no ha habido un favorito claro, “Parásitos” era la propuesta exótica y simpática, la película que nos ha sorprendido a todos, que nos ha descolocado a los que la hemos visto y, además (y esto es muy importante a mi juicio) premiarla viene a ser algo así como darle un revés a los productores de Hollywood y a las nuevas plataformas televisivas como Netflix, empeñados los primeros en amasar dinero con poco riesgo artístico y amenazantes las segundas para una industria que o se reinventa con productos interesantes para el público adulto o acabará derrotada por la televisión (ya lo está).

Dicho lo dicho e insistiendo en que pienso que “Parásitos” no es la mejor película del año (o para mí no lo es), sí he de decir que virtudes tiene muchas, que merece la pena verla y que un profesional como su director y guionista, Bong Joon-ho, merece que pongamos la vista tanto en lo que ha hecho hasta ahora como en lo que esté por venir porque, sin duda, es una de las personalidades más interesantes del panorama cinematográfico actual. Hasta la fecha atesoraba un puñado de películas como mínimo peculiares, siendo quizás su seña de identidad más reseñable su capacidad para mezclar géneros muy diversos y sorprender siempre con argumentos que no sólo entretienen gracias a su capacidad para descolocarte sino que además tienen un trasfondo interesante que invita al debate. Así me lo parecen “The host” (2006), “Snowpiercer” (2013) y “Okja” (2017). Tengo pendientes por ver sobretodo “Memories of murder” (2003) y “Mother” (2009) de las que la crítica habla muy bien.

“Parásitos” goza de las mejores virtudes de su cine. El punto de partida argumental a priori es simple, pero Bong Joon-Ho se las ingenia para lanzar ideas y reflexiones que van más allá de lo obvio por lo que estamos ante una película muy rica en segundas lecturas y a la que, estoy convencido ,que beneficiarán y mucho segundos y sucesivos visionados con los que apreciar detalles que se nos han podido escapar. Podríamos decir que el argumento cumple la función de entretener y los elementos puramente fílmicos (escenografía, guión, fotografía, montaje, etc) construyen elaboradas metáforas visuales con las que se nos invita a reflexionar. El trasfondo da mucho juego para el debate y para hablar sobre esta película y eso es algo que gusta mucho a la crítica y a los que nos gusta hablar de cine. Con “Parásitos” no sólo estamos ante un argumento que en cualquier momento puede dar un giro inesperado sino que además se lanza una sátira sobre la vida moderna, sobre la diferencia de clases, sobre la condición del ser humano, sobre la bondad y la maldad del individuo y sobre otras muchas cosas.

El desarrollo va in crescendo. Entras en la película con interés desde el principio al toparte con un punto de partida que no has visto nunca en el cine, una familia de Seúl que vive en un bajo, en condiciones deplorables, hacinados en habitaciones sin camas ni muebles, con una taza de wáter que ni siquiera está a ras de suelo, tratando de robar el wifi de los vecinos y con el único pasatiempo de una ventana a la calle que hace el papel que haría una televisión…Todos están sin trabajo y de pronto surge una oportunidad para uno de ellos. A partir de ese momento literalmente cualquier cosa puede ocurrir y si algo consigue Bong Joon-Ho es que el desarrollo sea imprevisible.

Con el argumento va introduciendo temáticas y giros interesantes: enfrenta clases sociales, trastoca los valores con los que tradicionalmente nos han mostrado a unos y a otros, juega con la mentira y el engaño, salta de géneros cinematográficos (comedia, drama, suspense, incluso unas pinceladas de terror…), cambia el tono (divertido, triste, epatante, conmovedor) y lleva la película poco a poco hacia un final absolutamente delirante que supera todas nuestras expectativas.

Por todas estas cosas es una película a valorar muy positivamente y eso es lo que han visto la crítica y la academia de Hollywood en ella. Eso y su condición de propuesta atípica y exótica con la que dar un sopapo a la industria ¿Qué es lo que no me termina de convencer? Fundamentalmente yo diría que, siendo una película muy intensa en lo emocional para los personajes, no logro conectar con ellos, no empatizo, lo veo todo como desde la distancia. ¡Ojo! Puede ser precisamente lo que quiere su director, que lo veamos desde la lejanía, con una cierta frialdad, deshumanizando relaciones y contexto; pero claro, como el cine es también cuestión de gustos en mi caso me pierde. Echo de menos una conexión más estrecha con esos personajes y me gustaría que lo que les pasa me impactara todavía más (quizás es una pretensión que no casa con lo que es “Parásitos” porque todos sus personajes tienen luces y sombras), pero caigo en comparaciones y no puedo evitar por ejemplo recordar lo que me transmiten los personajes de “1917” o de “Joker”, que son películas que nada tiene que ver con ésta, pero que comparten con ella el privilegio de haber sido nominadas también en el apartado de mejor película.

Sea como fuere y valorando “Parásitos” de forma aislada decir también que representa algo que sí me parece muy positivo para el cine y es el hecho de constatar que buenas películas se hacen en muchos países, que medios e ideas ya no son un privilegio de las industrias cinematográficas tradicionalmente más potentes (norteamericana, inglesa, francesa, etc) y que talento para contar historias distintas o contadas de forma originales y que dan que pensar sigue habiendo y habrá. Así pues un ¡¡Olé!!! para Bong Joon-Ho y el deseo de que pronto vuelva a estrenar algún nuevo título.