Yermo Ediciones continua con su política de ofrecernos grandes aventuras de ciencia-ficción, de buscar aventuras de género para contentar a sus lectores y, en esta ocasión, nos deslumbran con el trabajo de Olivier Vatine en “Niourk“, adaptación de la novela hómonina de Stefan Wul.
Niourk
Edición original: Niourk FRA
Guión: Olivier Vatine, Stefan Wul
Dibujo: Olivier Vatine
Color: A color
Formato: Libro rústica, 160 págs. color.
34€
Siglos después de que una catástrofe ecológica provocase que los océanos del mundo se secasen, la humanidad ha retrocedido hasta un estado primitivo; solo unas tribus sobreviven en un estado de salvaje. Una de ellas, la horda liderada por Thoz, cuenta en sus filas con un miembro unico, un niño de piel negra que los suyos repudian. El anuncio de que el anciano de la tribu visitará Santiag, la aldea de los dioses, sella el destino del niño, ya que, cuando vuelva, será sacrificado. Pero el anciano no vuelve nunca. El Niño Negro decide partir en su busca, sin saber que su periplo le llevará a redescubrir la civilización humana del pasado, la civilización del siglo XX…
En sus 3 años de existencia Yermo Ediciones (¿sólo 3 años y pico?) se ha caracterizado por ofrecer a sus lectores una cuidada atención a la BD y en especial a géneros “marginales” que, si no fuese por la decidida apuesta de Yermo, aún estarían no habrían visto la luz en castellano. El género histórico es un buen ejemplo de ello, con Yermo dando buena cuenta de lo variado y jugoso que es el menú del cómic europeo en ese aspecto. En España muchos no teníamos ni idea. El género fantástico también está viviendo un cierto auge de la mano de Yermo que nos ofrece algunas de las mejores historias a las que puede echar la mano y que, por ejemplo, recientemente anunciaron haber adquirido los derechos de Elfes para deleite de sus fans, gracias a Yermo nos han llegado títulos como Las Crónicas de Excalibur I, El Bosque de las Vírgenes,Cruzadas, Elric de Melniboné El trono de Rubí y Tormentosa, etc .
Pero Yermo también ha extendido sus tentáculos hacia un género por el que siento especial predilección, el de la ci-fi, y, poco a poco, nos ha ido seduciendo con títulos tan variados como Steampunk BattleStar Galactica 1880 o Khaal. Crónicas de un emperador galáctico, y recientemente anunciaron la publicación de un título muy añorado por los lectores de la BD, (o eso me aseguraba Noren entre sollozos de emoción cuando se anunció que lo iban a publicar), Aquablue. Una serie que Planeta comenzó a publicar hace muchos años, cuando parecía que se iba a atrever con el cómic europeo sólo para cerrar la línea y dejar a los lectores tirados. El caso es que años después Yermo ha comenzado a publicarla y, casi de refilón, han apostado por publicar más material de Olivier Vatine, el autor de Aquablue, y he aquí que diciembre nos trajo, además de Aquablue, la publicación de Niourk, un integral que recoge 3 álbums en los que Vatine adapta la novela de Stefan Wul seudónimo por el que era conocido Pierre Pairault, un cirujano dental cuya pasión era la ci-fi y que llegó a escribir 12 novelas, aunque no es demasiado conocido fuera de Francia.
Olivier Vatine, autor conocido en España por la anteriormente mencionada Aquable, por su trabajo en Cixi de Troy y por su trabajo en la adaptación de Star Wars: Herederos del Imperio, no es un autor excesivamente prolífico, al menos no tanto como sus fans quisieran, pero resulta llamativo que se decidiese por adaptar la segunda novela escrita por un autor que fuera de Francia casi nadie conoce… pero en Francia… bueno, digamos que no es por nada que Ankama Editions tenga una colección dedicada a adaptar las obras de Stefan Wul y que, por el momento, ya cuente con las adaptaciones de La Peur Géante, Niourk, Piège sur Zarkass, Le Temple du Passé, Rayons pour Sidar, Les Univers de Stefan Wul, Oms en Série y Retour à Zéro, podéis ver el listado de álbums en este enlace pero ya podéis ver que Wul no es un escritor cualquiera.
¿Y de qué trata Niour? Bueno, como la sinopsis ya os ha podido dejar claro estamos en un mundo post-apocalíptico, tiempo habrá de explicar qué ha sucedido en la Tierra en esos siglos, y conocemos a ”Niño negro”, miembro de una tribu de recolectores/cazadores que basan su vida en los designios dictados por el Anciano quien, antes de partir a la ciudad de los dioses anuncia que Niño negro morirá a su vuelta. Su color de piel lo convierte en una carga para la tribu que le culpa de todo infortunio que viven, desesperado por su futuro Niño negro seguirá al Anciano sólo para descubrir que la ciudad de los dioses está en ruinas y que que los antiguos dioses eran muy parecidos a los humanos, cuando regresa a su tribu descubre que éstos han partido, tras un incendio de la sábana, lo que le llevará a seguirlos en compañía de su nueva “mascota”, un oso descomunal.
Poco a poco Niño negro va descubriendo más y más sobre el mundo en el que vive, y sobre los restos que la Humanidad dejó antes de las catástrofes que la condenaron, así como de ese nuevo dios que se ha cruzado en su camino, mientras tanto su intelecto se irá demostrando superior a lo que se podría esperar de un “primitivo” que, enseguida, comienza a comprender los extraños objetos y seres que se cruzan en su camino sin abandonar por ello su perspectiva de cazador-protector-recolector..
Hay que reconocer que la adaptación (por todo lo que he leído en artículos, ya que no he leído Niourk, de Stefan Wul) huele a ser muy fidedigna, con un Olivier Vatine que se esfuerza por reflejar los pensamientos y acciones de Niño negro a través de monólogos internos mientras éste deambula por las ruinas de lo que fueron los Estados Unidos, lo que le da la oportunidad de conseguir unas páginas espectaculares que mezclan la alegre inocencia de un niño… y el drama de vivir en un mundo tan ajeno y enemigo de los humanos como parece ser esta Tierra del futuro.
Por supuesto hay más que espacio para explorar lo que llegó a ser la Humanidad en su momento de esplendor en la Tierra, y Vatine bien que se encarga de sacar partido a todos los escenarios que la novela permite explorar, desde bellas y salvajes escenas de la Naturaleza a una Nueva York futurista e invadida por la vegetación. Niourk resulta en una maravillosa mezcla entre lo salvaje y lo tecnológico, lo científico y lo mitológico, con un final que, seguramente, encontraréis excesivamente breve en su complejidad y atrayente en su belleza. No diré más, por no avanzar la trama, pero es curioso que la historia acabe cuando parecía abrirse a un nuevo comienzo (eso o es que yo no quería que acabase la historia, algo muy probable también).
Como he comentado el dibujo de Olivier Vatine en Niourk es absolutamente espectacular, si queréis un ejemplo de la calidad que podéis esperar de este cómic os basta con mirar la portada para ver la fuerza y la belleza de su trabajo, es todo de esa calidad o incluso superior, como ya estaréis pudiendo comprobar en las páginas que acompañan a esta reseña… maldita sea, ahora estoy deseando poner mis manos encima de Aquableu y de Cixi de Troy.
En cuanto a la edición de Yermo… en fin, impecable se queda corto, estamos hablando de una edición preciosa, al nivel del propio cómic, un formato “extendido”, de mayor tamaño, y un resultado francamente bueno, espectacular, de hecho es un formato que invita a colocarlo de forma visible en la estantería para disfrutar de una portada tan bella.
En definitiva, los amantes del género de ci-fi tienen una ocasión para disfrutar con la adaptación de la novela de Sefan Wul y los fans de Olivier Vatine tienen, maldición, tenemos, un nuevo trabajo suyo con el que disfrutar, sea como sea todos salimos ganando.
Pues yo la disfruté, no me pareció tan absurda porque, bueno, ya se veía que algo raro iba a pasar.…