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Si me dicen que era episodio piloto de una serie  me lo creería y de hecho el final cierra las líneas argumentales que propone, que se circunscriben a un año, pero deja con ganas de más y dan pie a más. Básicamente cuenta como una pequeña “bruja” buena marcha volando con su escoba a una ciudad costera, luminosa, llena de detalles para abrirse camino en el oficio y cómo interactúa con las personas que allí conoce tratando de ayudar a todas ellas. Un argumento sencillo, de poca enjundia pero cargado de la magia visual de Miyazaki y que te transporta a una realidad en la que la fantasía irrumpe para que los más pequeños de la casa se familiaricen con ella, aunque también gustará a los adultos porque es ideal para desconectar en un universo más afectuoso. Aviso que nunca un título engañó tanto como el que tiene en español porque el contenido no puede ser más cándido, amable y apto, perfecto para evadirse de problemas o dejar volar la imaginación ya que en Nicky todo es bondad y su historia habla de independencia, de abrirse camino en el mundo, de compromiso y de amistad.