Suelo tener un problema con los Premios Minotauro, y es que no suelo coincidir con el criterio de los jueces y no me deslumbran sus galardonados. Este año el libro ganador es “Los Últimos Años de la Magia” de José Antonio Fideu, en una dinámica historia de fantasía ambientada en el Londres victoriano.
Los Últimos Años de la Magia – Premio Minotauro 2016
José Antonio Fideu
Minotauro
ISBN: 9788445004005
448 páginas
Tapa dura con sobrecubierta
21.00 €
Los últimos años de la magia es una novela compleja y rica, con toques de steampunk, en la que el autor nos descubre un mundo muy creíble y que nos absorberá completamente. Un mundo en el que la magia es real y verdadera, pero está perseguida por los poderosos. El resultado es una historia emocionante que conjuga también el sentido de viaje y aventura, tal y como lo entendió Julio Verne, y en la que veremos a personajes muy conocidos de nuestras leyendas, totalmente reinterpretados.
Los Últimos Años de la Magia viene precedido de la etiqueta que le acompañará siempre: ser el libro ganador del Premio Minotauro 2016, una pesada etiqueta que le ofrece una campaña promocional sin igual gracias al trabajo de Minotauro/Planeta a la hora de promocionar este galardón y al escenario que supone la entrega en el Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya. Con ambos ingredientes es de imaginar que José Antonio Fideu estará encantado. Primero por ser el ganador del Premio Minotauro de este año, segundo por el importe económico que trae aparejado el premio y tercero porque gracias al galardón su libro va a ocupar un espacio en casi todos los medios (bueno, ya sabemos que la televisión siempre va aparte, no son muy de leer).
Lo primero de lo que quiero hablar es de la edición de Minotauro, que no sólo me resulta impecable, con una preciosa sobrecubierta de estética clásica propia de finales del XIX y que, al retirarla, muestra unos grabados preciosos en las tapas del libro. No hay erratas a la vista y el conjunto del libro es tan ligero que se agradece a la hora de dejarse llevar por la narración.
José Antonio Fideu opta por ambientar Los Últimos Años de la Magia en Londres para, después, ofrecernos una vuelta al mundo muy curiosa. Personalmente hubiese disfrutado más si la ambientación se hubiese dado en Barcelona o Madrid, pero entiendo que para gozar de la etiqueta de “toques de steampunk” es necesario que el libro se ambiente en la época victoriana y mucho mejor si es en Londres. No obstante ese es todo el “toque” steampunk que podéis esperar en el libro, ya que no hay invención alguna que se desvíe del canon.
¿Y de qué va Los Últimos Años de la Magia? Pues es una novela en la que se nos narra cómo el joven Aurelius Wyllt descubre y se enamora de la magia gracias al espectáculo del Gran Houdin (no, este Houdin es precursor de Harry Houdini) y sueña con dejar de trabajar en la posada familiar para aprender magia bajo las órdenes de tan ilustre mago. Pero el destino le tiene preparados muchos sufrimientos a Aurelius y es que el Cazador de Hadas, un sanguinario asesino que persigue a magos y seres mágicos desde hace miles de años, asesina al Gran Houdin cambiando así el pasado de Aurelius y de todo el mundo (algo que no me llega a quedar claro porqué y, desde mi punto de vista, es algo que afea el libro) por lo que Aurelius, único humano que recuerda al Gran Houdin, decide perserverar por su cuenta y riesgo hasta que maese Calibán y Gabrielle llegan a la posada familiar y de nuevo las puertas de la magia se abren para él.
Tengo algún que otro problema con Los Últimos Años de la Magia, esperaba encontrarme con un libro a medio caballo entre Harry Dresden y Tim Powers (si no conocéis al personaje de Dresden o la obra de Powers tenéis mucho delito) pero ambientado en el Londres victoriano con ingenios voladores y unos magos fuera de la ley o algo por el estilo. Sin embargo me he encontrado con un libro que cuenta con un narrador omnisciente y que recrea y reinventa a la época y personajes que más le interesa a Fideu destacar para ofrecernos una trama que se vuelve liosa con el dichoso detalle de los cambios temporales tras el asesinato de un mago. Hubiese sido mucho más fácil que, sencillamente, nadie recordase a los magos fallecidos, mucho más sencillo que el que toda la realidad y el espacio-tiempo se alteren a la muerte/asesinato de cada mago, algo a lo que no le veo demasiado sentido, la verdad.
El caso es que me he encontrado un libro que me recuerda mucho más a Jonathan Strange y el señor Norrell, salvando las distancias y con mis respetos al maravilloso trabajo de Susanna Clarke, que a lo que me esperaba. Esto no hace de Los Últimos Años de la Magia un mal libro, sencillamente es un libro distinto en el que lo importante es la acción, despreciando el viaje, el camino que recorren los personajes, y el mostrar las reinvenciones/homenajes que Fideu hace al dramatis personae y que, en algunos casos, se explican en las últimas páginas del libro.
En definitiva, y como siempre, esperaba algo más de un Premio Minotauro, pero debo reconocer que Los Últimos Años de la Magia funciona muy bien como recreación de una época y personajes y que sabe rescatar el sentido de la magia y la maravilla de la época victoriana aunque cojea en detalles que podrían haber mejorado aún más la calidad del libro.
Curioso porque justo ahora ando enganchado a la trilogía de los Arquitectos... y en cuanto acabe con ella iré a…