Hace unas semanas leímos y reseñamos aquí mismo “La Gran Historia de los Videojuegos“, una obra magna de Steven L. Kent sobre el ocio digital que, es una lástima, no daba respuesta a la premisa de ‘todo lo que siempre quisiste saber y no te atreviste a preguntar‘. Curiosamente, poco tiempo después, ha llegado otro libro sobre videojuegos que nos da esas respuestas que nos faltaban.
Si tu primer amigo fue un Commodore 64, si veías el mundo en 8 bits, si por las noches soñabas con piezas geométricas cayendo del cielo, si tú eras de Ken y tus amigos de Ryu, entonces seguro que jugaste a videojuegos en los 80. Perteneces a aquella generación que tuvo que pelearse por el único mando de la consola con tres personas más, que reservaba la siguiente partida con una moneda de cinco duros, y que merendaba un bocata de nocilla mientras cargaba un juego en casete en su Spectrum. Aquella generación que cada noche prometía a sus padres «Una partida más y me acuesto».
La lectura de “La Gran Historia de los Videojuegos” de Steven L. Kent nos dejó con un sabor agridulce en los labios. Por un lado, una obra abrumadora repleta de datos y, por el otro, ausencias destacadas para los ‘gamers’ españoles nacidos a principios de los años setenta: ¡Maniac Mansion! ¡The Great Escape! ¡La industría en España con Erbe o Opera Soft a la cabeza! ¡Las revistas de videojuegos de los años ochenta y noventa! ¡LucasArts! ¡The Day of the Tentacle! ¡el Spectrum 48k de Clive Sinclair! ¡Manic Miner! ¡las aventuras gráficas! ¡las portadas de Alfonso Azpiri!… Demasiados huecos en un libro de historia que presumía de ser ‘the ultimate history‘ y que, en realidad, ponía su foco de atención exclusivamente en la industria del sector en los EE.UU. y Japón.
Para llenar el vacío, para endulzar los labios y satisfacer a los ‘gamers’ más nostálgicos de la ‘generación EGB’, el sello Timun Mas del grupo editorial Planeta nos ha sorprendido en septiembre con “Una partida más y me acuesto” de Guillermo Tato Reig, exactamente el libro indispensable para la generación de las recreativas que costaban 25 pesetas la partida, para los que pasaron horas de diversión con los pocos píxeles del “Sir Fred”, para los jugadores que cargaban sus juegos en un casette y estaban acostumbrados a largas esperas para que el juego se pudiera abrir, para aquella generación que tuvo que pelearse por el único joystick con sus otros dos hermanos o amigos que esperaban turno impacientes, para los aficionados que se dejaron seducir por las portadas del ilustrador madrileño Alfonso Azpiri o para esos ‘gamers’ que aseguran que no hay mejores juegos en la historia que “Day of the tentacle” y “The secret of Monkey Island“. Una mirada nostálgica a los videojuegos de nuestra vida. Sí, este es el libro que nos hará recordar una y otra vez aquellas largas tardes de sábado encerrados en la habitación frente a la pantalla en las que nos convertimos en luchadores callejeros, pilotos de naves espaciales o guerreros en universos de fantasía. De hecho, el subtítulo del libro de Tato Reig lo dice todo: “Los videojuegos de nuestras vidas: casetes, recreativas, joysticks y mucha nocilla“.
En resumen, que “Una partida más y me acuesto” no es un libro sobre la historia de los videojuegos sino un libro sobre nuestra historia con los videojuegos. En concreto sobre la relación de nuestro país con los videojuegos y con la industria de los videojuegos, sobre los dorados años ochenta, sus creadores y sus jugadores. En conclusión, el complemento perfecto para “La Gran Historia de los Videojuegos” de Steven L. Kent, donde uno pone los datos y el otro, las emociones.
Guionista de las dos últimas entregas de la saga cinematográfica “REC“, “Retornados”, “Sweet Home” y “Summer Camp” o de series de éxito como “Polseres vermelles” (Pulseras rojas) de Pau Freixas, el escritor alicantino afincado en Barcelona Guillermo Tato Reig nos ofrece aquí un libro de más de 200 páginas en un formato de lujo, ordenado por plataformas, y de forma cronológica: recreativas, ordenadores, consolas de sobremesa y consolas portátiles. Y cada capítulo cuenta con sus correspondientes sub-capítulos donde el autor profundiza en detalles y aspectos esenciales de cada una de las plataformas, incluyendo los títulos más destacados, el formato, la resolución, los periféricos, las revistas, los géneros (incluyendo los shoot ’em up, las aventuras gráficas, los RTS,…), todas las curiosidades y numerosos secretos. Aquí no falta ni el PcFútbol, ni la revista Micromanía (en sus dos formatos, el pequeño y el gigante), ni las portadas del maestro Azpiri, ni la Gameboy, ni el primer FIFA, ni los fatalities de “Mortal Kombat“, ni los juegos de Dinamic Software, Opera Soft o Topo Soft, ni el Tetris, ni los Lemmings, ni el inigualable “La Abadía del Crimen” de Paco Menéndez y Juan Delcán, ni la recreativa de “Altered Beast“, ni el SCUMM… Ni siquiera el “Fernando Martin Basket Master“. ¿Ausencias? Inevitables. Me falta por ahí el “Knightlore” con perspectiva isométrica 3D o el “Atic Atac” con visión cenital, por ejemplo, y un análisis más profundo sobre ese Spectrum de Sinclair, accesible, muy fácil de programar y fácil de usar, del que se vendieron más de cinco millones de unidades.
Cada capítulo, tal y como reclamábamos para el libro de Steven L. Kent, viene acompañado con pantallazos de los videojuegos a los que hace referencia, con anuncios ‘vintage’ de la época, con las portadas de las revistas a las que menciona, numerosas fotografías,… Eso lo convierte en una lectura mucho más amigable que “La Gran Historia de los Videojuegos“, que era un trabajo divulgativo excelente pero que carecía de un formato de lectura tan agradable como éste. Y, por el contrario, “Una partida más y me acuesto” está escrito desde un punto de vista más nostálgico, apelando a la nostalgia de quienes fueron niños y adolescentes en los años setenta y ochenta, y dejando de lado los aspectos más divulgativos.
“Una partida más y me acuesto” es un libro magnífico y es, también, esa frase con la que muchas veces pedíamos un poco más de tiempo a nuestros padres, esa última prórroga antes de irse a dormir y apagar el juego que nos tenía enganchados. Un libro que es, sobretodo, nostalgia pero también un intento para explicar a la llamada ‘generación Youtube’ cómo era aquello de merendar un bocadillo de Nocilla mientras se iba cargando el juego del casete en tu Spectrum, o tu Commodore, o tu Amstrad.
Así, como conclusión, merece la pena aplaudir la manera como el autor ha sabido ahondar en la época dorada del software español, allá entre mediados de los años ochenta y principios de los noventa, cuando la producción de videojuegos para las máquinas de 8 bits en nuestro país se convirtió en una industria enorme (¡la segunda más grande de Europa!). Unos años dulces que merecían un libro como éste.
Una partida más y me acuesto.
Autor: Guillermo Tato Reig
ISBN: 978-84-450-0394-7
Formato: Cartoné. Color.
Páginas: 240
Precio: 24,95 euros
Pues yo recuerdo está película con mucho cariño. Quizás no llegue al nivel de Toy Story o Gremlins pero... ¿qué…