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Coproducción de 20th Century Fox con Francia que ejemplifica la típica película de grandes estudios en la que se pone los mejores medios al servicio de un director eficaz y logra hacer exactamente lo que le han pedido. Un título convencional, apto para todos los públicos, con una factura impecable, con un buen guión, dos grandes actores cuya química te atrapa por completo y una historia que te pega literalmente a tu butaca por dos horas y media y en la que hay cabida para todo. Basada en hechos reales tiene interés por lo que sucedió en su dimensión deportiva, pero también por su trasfondo familiar y personal y sobretodo porque muestra como pocas películas que hayamos visto el contraste entre el trabajador de a pie y la empresa, entre el mundo laboral y el mundo de los negocios, entre la genialidad del individuo y el fatuo e interesado universo de apariencias de los directivos. Además ofrece carreras apasionantes y una fascinante historia de amistad y lealtad. Obtuvo cuatro nominaciones en los óscars (entre ellas mejor película y mejor sonido) y ganó los relativos a mejor montaje y efectos de sonido. Para mí uno de mis títulos preferidos del año, quizás no el mejor, pero esa película que no me cansaría nunca de ver.