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En 1984 se estrenó la primera secuela de “En busca del arca perdida” que, en realidad, era una precuela. Y no fue recibida con la misma unanimidad que acogió la llegada de la primera película de Indiana Jones, quizás por su tono más oscuro, algunas escenas con muchos bichos, una historia menos redonda y unos compañeros algo pesados. El paso del tiempo la ha puesto en el lugar que merecía.

Ambientada en 1935, un año antes de que Indiana Jones escapara de una gigantesca piedra rodante en un templo de la jungla peruana, “Indiana Jones y el templo maldito” nos contaba como el carismático arqueólogo y profesor universitario Indiana Jones escapaba del mafioso Lao Che y sus hombres, tras una espectacular pelea y un intento de envenenamiento en el elegante Obi Wan Night Club de Shanghai, acompañado de la gritona cantante Willie Scott y su pequeño amigo Tapón. El trío llega hasta la India, donde son acompañados por un anciano hasta un yermo poblado al que le han robado su piedra sagrada y le han secuestrado a los niños. Indy se propone ayudar a los habitantes del pueblo a restituir la prosperidad encontrando y devolviendo a su legítimo santuario la piedra sagrada robada y para ello viaja hasta el palacio de Pankot, donde se esconde un culto sangriento que el mundo creía haber extinguido.

Dirigida de nuevo por Steven Spielberg a partir de un guión firmado por Willard Huyck y Gloria Katz, protagonizada por Harrison Ford, Kate Capshaw (esposa de Steven Spielberg), Ke Huy Quan (reciente ganador del Oscar 2023 a mejor actor de reparto por “Todo a la vez en todas partes“), Amrish Puri y Roshan Seth, entre otros, “Indiana Jones y el templo maldito” (“Indiana Jones and the Temple of Doom“) quizás no es la película mayoritariamente preferida por los aficionados y seguidores de las aventuras de Indiana Jones, pero sin duda contiene algunas de las escenas más emblemáticas y divertidas de la historia del cine, como la frenética huída en vagonetas por las minas, la cena en el palacio (anguila con sorpresa, sopa de ojos, sorbete de sesos de mono,…) o la escena final en el puente colgante. Como hemos comentado, los sentimientos con esta película son encontrados: hay defensores acérrimos y críticos furibundos. Quentin Tarantino, por ejemplo, la considera su película favorita de Steven Spielberg por detrás de “Tiburón” y la mejor de todas las entregas de la franquicia. La taquilla no le dio la espalda, aunque fue la película de la saga con menores ingresos: 333 millones de dólares.

Harrison Ford volvía a dar vida en “Indiana Jones y el templo maldito” a este encantador arqueólogo, aventurero y héroe, buscador de reliquias, cuya misión es evitar que algunos de los tesoros más valiosos de la historia de la humanidad caigan en malas manos. El mito ya estaba afianzado, a la espera de tres películas más (“Indiana Jones y la última cruzada”, “Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal” e “Indiana Jones y el dial del destino”), y el intrépido Indiana Jones ya había pasado a formar parte de la cultura popular con su látigo y su inseparable sombrero Fedora.

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Where to watch Indiana Jones y el templo maldito