No hay duda alguna de que la publicación, en inglés o castellano, de Vientos de invierno, de George R.R. Martin, es lo más esperado para muchos fans de fantasÃa que, gracias a Canción de Hielo y Fuego, descubrieron una nueva fantasÃa que les deslumbró. El fenómeno, que ya estaba en auge, se afianzó y expandió gracias a la serie de televisión Juego de Tronos y ahora mismo es algo imparable superando récords de venta de fantasÃa mes tras mes.
Tras la publicación de Danza de dragones en castellano, allá por el 2012, los fans nos hacÃamos cábalas pensando que George R.R. Martin publicarÃa Vientos de invierno con relativa rapidez… y estamos en 2016. ¿Ha quedado claro?
Paciencia porque a este ritmo alguno se encontrará antes con un hijo esperándolo en casa antes que con su ejemplar en castellano de Vientos de invierno. ¿Os parece que exagero? Preguntadle a Zangol, a él le han caÃdo dos niños en estos años, como George R.R. Martin tarde un poco más igual se produce el milagro y me toca a mi descubrir la paternidad.
De momento toca conformarse con este adelanto de 36 páginas de Vientos de invierno que estará disponible para su descarga a través de Lektu.com a partir de mañana lunes 8 de agosto y que lleva por nombre Arianne.
A continuación tenéis el texto promocional de este avance, uno de los ocho que George R.R. Martin ha ido distribuyendo a lo largo de estos años para demostrar a los fans que sÃ, que realmente estaba escribiendo Vientos de invierno.
«Arianne Martell, heredera de Dorne, acaba de atracar en las Tierras de la Tormenta. Su padre le ha encomendado una misión, y parte en busca de lord Connington y el prÃncipe Aegon para llevarla a buen puerto. Acompañada por Elia Arena, Daemon Arena y otros leales dornienses, se mueve con sigilo e ingenio, pero, cuando se vea al frente de la misión, deberá elegir entre adoptar la prudencia de su padre o seguir los pasos de su tÃo Oberyn. En este capÃtulo que George R. R. Martin nos adelanta de Vientos de invierno, se trazan nuevas pinceladas del mapa siempre cambiante de Poniente y vemos fraguarse el escenario de los pactos y batallas venideros.»
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