Lo mejor que me ha pasado en la vida es conducir.” Once años después de su creación el Premio Nacional de Comic ha sido otorgado a una mujer, Ana Penyas, por “Estamos todas bien“, publicado por Salamandra Graphic.

Cuando le dije a mi abuela Maruja que iba a hacer un cómic basado en su vida, me respondió que mejor escribiera una historia de amor. Cuando le dije lo mismo a mi abuela Herminia, se alegró mucho y me dijo “sí, claro, nena”. Así que, grabadora en mano, me fui a ver a mi abuela Maruja para que me explicara,por ejemplo, lo que escondía ese cuadro de flores y el porqué de su obsesión por la cocina. Después visité a mi abuela Herminia y descubrí la importancia de su abuela Hermenegilda y las causas de ese aire bohemio tan peculiar. Las mujeres de su generación, a quienes no solemos cuidar como ellas nos cuidaron, siempre han sido personajes secundarios de otras vidas: la esposa de, la madre de, o la abuela de. Como Maruja y Herminia. Sus anécdotas, sus ideas y su mundo están aquí, en este libro, un pequeño homenaje que quiere convertirlas en protagonistas.

El criterio para la concesión del Premio Nacional de Comic ha sido desde sus inicios indiscutible en cuanto a la calidad de los premiados así que las perspectivas eran buenas. Una vez leído y releído el acierto del jurado es indiscutible.

Lo que se narra en “Estamos todas bien” es la historia de Maruja y Hermana, abuelas de la autora, mujeres de la posguerra y resistentes en una época de invisibilización absoluta. Una resistencia de esas que no tiene tintes heroicos, silenciosa y tremendamente solitaria, que todas las mujeres tuvieron que librar contra el machismo de la dictadura franquista.

Maruja, de familia pobre, sus padres la dejaron al cuidado de su tía, trabajó en el bar hasta que se caso con el médico. Herminia, cuyo padre regentaba un teatro y su madre los abandonó antes de la guerra. Herminia tuvo acceso, quizás como dice la autora, a un ambiente menso represivo, pero el resultado para las dos es el mismo: ser madres de familia en una época en la que no había previstos otros escenarios para la mitad de la población mas allá la maternidad.

Hay (para mí) un momento determinante que define a la perfección el papel social al que se veían relegadas nuestras abuelas en la posguerra. Después de varios días ninguneada por su marido y la hermana de éste (que vive con ellos temporalmente), Maruja se planta y se reivindica: “La señora de la casa soy yo”.

Mañana pondré yo las lentejas” como aspiración social, como victoria triste, la única victoria permitida por el fascismo a las mujeres.

En una primera lectura eché de menos una mayor profundidad en la historia de las protagonistas, tenía (y tengo) verdadero interés en conocer más a fondo la vida. Pero, en realidad, esas ganas de saber mas no es más que la muestra del buen hacer de Ana Penyas. El objetivo es claro: la vida de los hombres, la historia a través de nuestros ojos ya la conocemos, vamos a por la otra mitad.

Me han fascinado los pequeños detalles que hacen tan cercana y real el tebeo de Penyas: los juanetes de Maruja, las camisetas de Lady 23 en el tendedero, la propina a escondidas, “gane tiempo para ocuparse de los suyos”, “te dejo que voy a ver el programa”, el móvil con funda con la llamada entrante “Abu Maruja”, el recuerdo de las mujeres lavando en el río, la página dedicada en exclusiva a detallar el desayuno de Herminia y sus amigas… Detalles que nos revelan que la historia de Maruja y Herminia es la historia de todas, la que damos por sabida y creemos que no merece la pena escuchar

Excelente grafismo, único, propio e individual de Penyas. Un trabajo tremendo para crear un estilo muy propio y distinguible, mas de alabar siendo el primer comic de la autora.

Una labor inmensa que se nota en el detalle de cada viñeta, el cuidado y la sutil elección de colores para narrar las historias de Maruja y Herminia, los grises y negros omnipresentes, el trazo sucio de lápiz. Una maravilla.

Ana Penyas logra cumplir a la perfección con la necesidad de visibilizar a nuestras abuelas, la historia de esas mujeres que lo dieron todo, lo hicieron todo, lo sufrieron todo con el único horizonte de una vida sencilla: “Entre todos me casaron… Yo al principio no quería, él era mucho mayor que yo, pero al final pensé… Mira, me caso con el médico y así me saco del bar”.

Estamos todas bien.
Autora: Ana Penyas
ISBN: 978-84-16131-34-1
Formato: Cartoné
Páginas: 112
Precio: 17,00 euros