Decepcionante final de etapa de Adam Glass e interesante bienvenida a un Ales Kot que parece que tenía mucho que contar en la serie a tenor del resultado de su trabajo aquí. Desigual nivel en este volumen, con una mayor calidad hacia el final del tomo que no acaba de compensar el baile de dibujantes.
Escuadrón suicida: Disciplina y castigo
Edición original: Suicide Squad núms. 16 a 23 USA
Guión: Adam Glass, Ales Kot
Dibujo: Rick Leonardi, Patrick Zircher, Cliff Richards, Henrik Jonsson
Tinta: Sandu Florea, Andy Owens, Patrick Zircher, Cliff Richards
Color: Matt Yackey, Brad Anderson, Jason Keith
Formato: Libro rústica, 184 págs. a color
16,95€
Todos tenemos una familia. A veces, esa familia alimenta al monstruo que llevas dentro. A veces, el monstruo que llevas dentro se alimenta de ella.
Escuadrón Suicida, una de las colecciones más potentes y con menos tapujos del Universo DC, está lista para disparar una nueva andanada de balas. Y son explosivas. Deadshot está rodeado por una vorágine de locura que amenaza con matarlo, en cuyo epicentro se encuentra Harley Quinn… Pero Amanda Waller no está dispuesta a que una nimiedad como la muerte le arrebate a uno de sus hombres. Aunque quizá lo sustituya por alguien aún más peligroso.
Y el Escuadrón Suicida está a punto de contar con un nuevo miembro. Alguien que conseguirá poneros -y ponerles- los pelos de punta
Tras los dos volúmenes publicados por ECC Ediciones, Escuadrón Suicida: El origen de Harley Quinn y Escuadrón Suicida: La muerte de la familia, empecé a notarme poco interesado por los eventos del siguiente volumen, tanto giro drámatico y traicionero, la irrupción del cross-over de “Una muerte en la familia” (que resultó bastante molesto) y el baile alocado de dibujantes empezaban a hacerme mella. Sí, me gustó mucho el primer volumen y toleré con paciencia el segundo, pero leerme “Disciplina y castigo” ha tenido más de lo segundo que de lo primero, me costó horrores acabarlo y desde entonces estoy pensando en cómo hacer la reseña de un tomo que me ha gustado tan poco. Creo que, finalmente, lo mejor será brutalmente sincero: me aburrí, no por los guiones, sino por el baile de dibujantes (cuatro) y entintadores (¿seis? WTF!!??) que consiguen que la sensación al leer este volumen, como ya sucedía con el de “La muerte en la familia” fuese tan, tan caótica que lograse sacarme de la lectura por completo.
Y es una lástima, porque se ve que Adam Glass tenía ideas interesantes, pero también que con este baile de dibujantes, entintadores, cross-overs, etc, pues uno acaba por dejar de estar interesado en contar una historia que la editorial te fastidia cambiando al dibujante o llevándose a un personaje, etc… y es que por muchas maquinaciones o dobles traiciones que se puedan imaginar al final resulta bastante obvio que Glass debía de sospechar que le iban a dar la patada en el culo para poner a Ales Kot un guionista checo que lo debe estar petando en Image (Zero, Change, Wild Children), lo que le sirvió para hacerse con Secret Avengers tras un breve paso por DC. Eso sí, a medio camino entre Glass y Kot tenemos la aparición de dos personajes de peso para la serie que bien aprovechados podrían dar mucho de sí; El Soldado Desconocido y James Gordon Junior, lo curioso es que el primero aparece en las últimas páginas del número 19 (último número de Glass) y el segundo en las últimas del primer número de de Kot, parece que ambos autores sentían que debían meter algún golpe de efecto en la serie y cada uno optó por un personaje impactante. Mientras el primero nos traía a el Soldado Desconocido el segundo se decantó por el hijo del comisario Gordon… y lo cierto es que a partir de la llegada de Kot la serie ha mejorado muchísimo, tanto que debería matizar que sus episodios son de lo más interesante visto hasta ahora, y vuelve a ser más interesante (como lo fue en la etapa de John Ostrander en los años 80) más interesante lo que sucede entre los personajes que la propia acción. Glass se perdió por el camino, pero Ales Kot ha acabado por dar de pleno con la fórmula… ¿demasiado tarde? Eso es algo que habría que juzgar desde 0, ya que en el próximo arco argumental toca nuevo guionista y, francamente, viendo lo poco en serio que DC se ha tomado esta serie (a tenor del baile de dibujantes y entintadores) y aunque el encargado de llevar el barco será el prometedor Matt Kindt, su etapa tampoco durará más allá del número 29 USA (justo lo que queda de serie). Aunque después de él vendrán Sean Ryan y Thomas Derenick en la nueva serie titulada, cómo no, “Nuevo Escuadrón Suicida”.
Por cierto, no puedo dejar de mencionar el trabajo de Patrick Zircher y el de Rick Leonardi, posiblemente los mejores dibujantes que ha tenido esta serie y que han coincido con el final de la etapa de Glass y el comienzo de la de un Kot que sale muy beneficiado por la calidad gráfica que ofrecen los lápices de Leonardi no hablemos ya de su capacidad narrativa, a años luz del resto de dibujantes. El resto de dibujantes del tomo… vamos a ser generosos y decir que “cumplen” (con el caos y la locura, claro).
En cuanto a la edición, bueno, la serie ha sido cancelada hasta en los USA (para ser relanzada de nuevo) así que el mérito de ECC de animarse a publicarla hasta el final es digno de reconocimiento, sobre todo porque no han recurrido a trucos de aumentar el precio “para llegar a publicarlo todo” y han mantenido la calidad de cada tomo como el primer día.
En definitiva, si hubiese visto continuar a Ales Kot (y a Rick Leonardi) me hubiese planteado acabar la serie, pero sabiendo que llega otro nuevo guionista (para 6 números) y que a lo largo de esos 6 números habrá 8 guionistas… pues casi que me quedo con las ganas de saber qué pasa con Deadshot, Harley Quinn, Amanda Waller o James Gordon Junior… salvo que alguien me diga lo contrario, claro, habiendo llegado hasta aquí…
A ver, yo entiendo que estafa es cuando te quedas tú el dinero, no cuando el dinero es un donativo…