“El Espía del César” (Jean-Pierre Pécau y Fafner, cARTEm Cómics)

La venganza mueve montañas, aunque la montaña de la que hablamos es un forzudo y decidido guerrero galo, que decide ponerse a las órdenes del mismo César, como veremos en la trilogía de álbumes recopilada en un lujoso volumen con el título “El Espía del César“, que publica cARTEm Cómics.

“El Espía de César” narra la historia de Coax, un guerrero galo, quien movido por una sed de venganza, decide convertirse en el espía del emperador romano, Julio César, en la Roma de los últimos días de la República.

Tierra de los helvecios, 694 del calendario romano. Un grupo reducido está a punto de ser atacado por violentos guerreros germanos. Peor de la nada surge un rudo guerrero de larga melena que, armado con un mazo y una espada, logra aniquilar a los saqueadores. Se trata del galo Coax y gracias a su gesta se une a la partida encabezada la misteriosa Divico Sanian. Tras el festejo por haber salvado sus vidas y una noche de sueño reparador, Coax rememora sucesos acaecidos quince años atrás, cuando durante un asalto a su galera, conoció al divino Julio César.

Así arranca el primer álbum titulado “Memento Mori” en donde encontraremos conoceremos al protagonista absoluto de esta epopeya, el galo de gran parecido con Conan el Bárbaro. En realidad son dos los protagonistas, ya que César tiene un papel relevante y toma a Coax bajo sus órdenes en calidad de espía. Estas aventuras acontecen durante los últimos días de la República Romana, donde el guerrero galo se ve impulsado por una sed de venganza y decide unir su destino al poderoso Pontifex Maximus, Julio César, convirtiéndose en su intrépido espía, sin importar las consecuencias que ello conlleve y aunque, en cierta manera, traicione a los suyos.

Este tapiz donde se desarrolla la acción tiene varios frentes abiertos: la guerra civil entre los seguidores de Pompeyo y los partidarios de César consume a Roma. En medio de asesinatos y caos, Coax tiene una deuda pendiente con un guerrero suizo cuyo padre fue asesinado por él. Mientras tanto, César se prepara para cruzar el río Rubicón al frente de sus tropas y poner fin a su disputa con Pompeyo, lo que marcará el trágico desenlace de la República romana y, tal vez, también el destino de Coax.

La intriga no se detiene al concluir el primer álbum, cuyo final abierto nos traslada a los otros dos, titulados “La perra del Hades” y “El Rubicón“. Con su alma maldita y ardiente, Coax emprende un viaje hacia Roma como un agente encubierto, dispuesto a desentrañar los misterios que lo conducirán hacia el corazón del inframundo, la “Loba” o más bien, la feroz perra del Hades. Mientras tanto, en la ciudad eterna, la desesperación se apodera de sus habitantes, quienes sufren una grave escasez de trigo desde hace meses. Julio César decide enviar a su leal espía galo, Coax, en una misión para descubrir la verdad. A pesar de su obsesión por la venganza, Coax parte rumbo a Roma en busca de los oscuros secretos que yacen detrás de la política, enfrentándose así a un viejo enemigo en aquel laberinto de intrigas y traiciones.

“El Espía del César” apareció originalmente en álbumes unitarios publicados por la editorial gala Delcourt de 2020 a 2022. Jean-Pierre Pécau, un prolífico guionista conocido por su serie “D-Day” (coescrita junto a Fred Duval), demuestra su gusto por escribir ficción histórica ya sea para traer otra perspectiva o torcerlas a su antojo. El escritor se inspira en algunos hechos reales, como el secuestro de César por los piratas, y toda la parte que tarta de la guerra civil en Roma. Envuelve estos sucesos en pura y emocionante aventura enfrentando las personalidades de la pareja protagonista. Coax tiene poco que ver con galos como Astérix, si acaso su infalibilidad en combate. Su parecido con el bárbaro cimerio va más allá de su aspecto, ya que en batalla es un feroz guerrero que siempre se alza con la victoria. César es inteligente y calculador, todo un estratega.

La narrativa combina acción, intriga política y venganza personal en una trama llena de giros sorprendentes. El dibujante Max von Fafner, con formación artística clásica, realiza un atmosférico dibujo, recreando la Roma antigua hasta el mínimo detalle transportan al lector a este período histórico. Los personajes están dibujados con expresiones realistas y dinámicas, lo que les confiere una presencia impactante en cada viñeta. Su trabajo mejora tomo a tomo. El único pero que se le puede achacar es el uso excesivo de herramientas informáticas para modelar a los personajes femeninos, a los que falta algo de naturalidad. Otro detalle que no me convence es el uso de bocadillos cuadrados para un texto con una fuente de letra no muy acertada.