Ayer mismo terminé la lectura de “El Aliento de los Dioses“, la que, hasta la fecha, es la novela más “normalita” de Brandon Sanderson, uno de los autores de fantasía más de moda y al que sigo con más devoción desde que lo conocí a través de su primera novela publicada en España: Elantris.

El Aliento de los Dioses
Brandon Sanderson
Ediciones B/Nova
686 páginas
Rustica con solapas
21.00 €
Hace años, el rey de Idris firmó un tratado con el reino de Hallandren. El rey Dedelin enviaría a su hija mayor, Vivenna, para casarse con Susebron, el rey-dios de Hallandren. Vivenna ha sido entrenada durante toda su vida para ser una novia adecuada para Susebron y así cumplir con su deber y ayudar a forjar una paz estable entre Hallandren e Idris. Ese era el plan hasta que el rey de Idris envía a su hija Siri, desobediente e independiente, en lugar de Vivenna. Siri intenta encontrar su lugar en la corte de Susebron, pero mientras lo intenta descubre la verdad oculta sobre el reydios.

En Idris, su hermana Vivenna está preocupada y teme que Siri no esté preparada para esa nueva vida, por lo que decide viajar a Hallandren. Allí se reúne con la gente de Idris que trabaja en la capital, T’Telir, y comienza una nueva vida de espionaje y sabotaje. El plan de Vivenna es rescatar a Siri, aunque tal vez ni necesite ni desee ser salvada.

Cuando Ediciones B publicó Elantris debo reconocer que quedé extasiado con la maravillosa historia que Sandederson nos proponía y seguramente eso sea lo que salva un poco a El Aliento de los Dioses: la similitud con Elantris, porque es cuando se aleja de esas similitudes cuando el libro se vuelve algo más confuso. Vayamos por partes.

Me gusta la idea de la magia en este mundo, una magia basada en el aliento vital y en los colores, es superoriginal y, desgraciadamente, no anda muy bien explicada en el libro. Una lástima porque, sin duda, Sanderson es más que capaz de sorprendernos con nuevos sistemas de magia, como ya demostró en Elantris y en la trilogía del Imperio Final.

No me gusta que haya tanta confusión en torno a quién es el protagonista del libro, que si las princesas, que si Sondeluz, que si Denth… todo para que, al final, el trasunto de Elric de Melniboné, Vasher, se erija en el personaje más interesante… al que casi no se presta atención. La falta de una voz con “peso” en el libro le resta mucho, tanto que vamos dando vaivenes de un personaje a otro sin encontrar la voz del libro. Creo que a Sanderson le pasó algo parecido, ya que acaba el libro sin aclarar el destino de los, en teoría, dos grandes protagonistas… aunque, claro, con la masacre final no es de extrañar que se omita el destino de algún personaje, pero no es de recibo que el destino de varios personajes importantes quede tan en el aire (y eso por no hablar del rey de Idris y padre de las princesitas, que ni siquiera vuelve a aparecer). Sanderson se ciega con ese final abierto y cinematográfico y nos roba unas cuantas explicaciones sobre lo que queremos saber, ¿tal vez pensó en escribir una continuación? Pues ni la ha escrito aún ni el final me resulta satisfactorio.

En cuanto a la novela en sí, pues bueno, lo cierto es que he tardado varias semanas en leerla (y eso es muy raro en mi, siendo un libro de Brandon Sanderson), no me interesaban los protagonistas que el autor había establecido al comienzo del libro y tan sólo tres  personajes me llamaban la atención (mata a dos de ellos), se explican muchas cosas sobre los Retornados para, finalmente, dejarlo todo en el aire y salvar, de un plumazo, detalles ciertamente interesantes.

No niego que conforme avanza el libro Sanderson es capaz de meterte en la trama con interés, que buscas adivinar los motivos y quién está detrás de todo, que me gusta mucho la ambientación y el sistema de gobierno esbozado y que la evolución de los personajes es notable, aún así quedo muy decepcionado con el final, sinceramente porque esperaba más, mucho más, de un autor que ha demostrado que es mucho más capaz de lo visto en este libro.

Así que tengo que concluir diciendo que la lectura de El Aliento de los Dioses me ha resultado decepcionante… porque esperaba demasiado. No es un mal libro, es entretenido de leer, pero no está al nivel de lo que le pido a este escritor, culpa suya, por haberme acostumbrado a libros TAN buenos.