“Casino Royale” (Martin Campbell, 2006)

En noviembre de 2006 el actor Daniel Craig debutaba como James Bond. James Bond, con nombre código 007 y con licencia para matar, es un agente secreto británico creado por el novelista inglés Ian Fleming (1908-1964) en 1953, en la novela “Casino Royale“, que saltó a las pantallas de cine en 1962 con “Agente 007 contra el Dr. No“. Cincuenta y cuatro años después de esa primera película, se estrenó “Casino Royale“, la vigésimo primera película ‘oficial’ del agente al servicio de Su Majestad y la tercera adaptación de la novela seminal (la primera versión se estrenó en el año 1954 y la segunda en el año 1967).

James Bond ha lucido durante cinco décadas los rostros de Barry Nelson (en una única ocasión, para la versión de “Casino Royale” de 1954), Sean Connery, David Niven (también en una única ocasión, y también para “Casino Royale” en 1967), George Lazenby, Roger Moore, Timothy Dalton, Pierce Brosnan y Daniel Craig, que recientemente ha finalizado su periplo de quince años con “Sin tiempo para morir“. ¿Quién será el siguiente?

La trama de la película dirigida por el neozelandés Martin Campbell y protagonizada por Daniel Craig, Eva Green, Mads Mikkelsen, Judi Dench, Jeffrey Wright, Ivana Milicevic y Sebastien Foucan, entre otros, aborda los comienzos de James Bond como espía secreto, justo después de haber obtenido su licencia para matar. El novato agente emprende su primera misión que le llevará a primero a Madagascar, a las Bahamas y a Florida, antes de enfrentarse en un casino de Montenegro con Le Chiffre, un banquero que financia actividades terroristas y que tras un fiasco en el aeropuerto de Miami tras la intervención de Bond debe recuperar el dinero perdido. 007 deberá compartir misión con la atractiva Vesper Lynd, una enviada del Banco de Londres encargada de financiar la partida de póquer de Bond contra Le Chiffre que sabrá encontrar el talón de Aquiles del superagente.

“Casino Royale” quizás no es una de las mejores películas de James Bond, pero sin la menor duda tiene una de las mejores escenas de toda la franquicia: la frenética persecución, digna de un videojuego, de James Bond por las calles de Antananarivo, a través de un edificio en construcción y en una embajada, intentando cazar a un terrorista. Es la carta de presentación de un James Bond, el de Daniel Craig, con el que los espectadores del siglo XXI se han sentido muy satisfechos.