Yermo Ediciones publicó “Aspic. Detectives de lo desconocido: La enana de los ectoplasmas“, el primer arco argumental compuesto por dos números de una de las parejas detectivescas más curiosas. Este título corre a cargo de Thierry Gloris y Jacques Lamontagne, que demuestran lo mucho que disfrutan con este título.
Aspic. Detectives de lo desconocido 1
Título original: Aspic vols. 1 y 2
Guión: Thierry Gloris
Dibujo: Jacques Lamontagne
Páginas: 96 Color
Formato: Cartoné
Tamaño: 22,0 x 29,5 cm
ISBN: 978-84-943502-4-5
24,00 €
Mientras C. Auguste Dupin, tras encargarse de casos como el de Marie Roget, el de la carta robadas o el de los crímenes de la calle Morgue, se pone al frente de la invstigacón de la desaparición de la médium Kathy Wuthering, su aprendiz Flora Vernet atiende a un peculiar cliente: Hugo Beyle, un libidinoso caballero a quien han despojado de su posesión más preciada, un reloj de bolsillo.
Este es el punto de partida de las investigaciones de Aspic: Detectives de lo desconocido, unos investigadores convencidos de que la verdad está ahí fuera, creadas por la imaginativa pluma de Thierry Gloris (Isabel: La loba de Francia) e ilustrada espléndidamente por Jacques Lamontagne.
Cuando Yermo anunció la publicación de Aspic. Detectives de lo desconocido me llamaron la atención las ilustraciones de Jacques Lamontagne, especialmente por el tratamiento de lo supernatural y, cómo no, por la belleza de Flora Vernet, pero una vez leído el primer volumen (que agrupa los dos tomitos que conforman el arco de La enana de los ectoplasmas) tengo que reconocer que, al igual que sucedió con Los Cuatro de Baker Street (compra obligada para los que disfruten del género detectivesco… y para cualquiera) me han conquistado por su mezcla de género detectivesco, sobrenatural y humorístico. Y es que Gloris y Lamontagne logran que la mezcla funcione a la perfección y atrape al lector.
Aspic. Detectives de lo desconocido tiene lugar en el Paris de finales del siglo XIX trata sobre Flora Vernet, una hermosa e independiente mujer, que trata de labrarse un porvenir como investigadora y que, a pesar de su inteligencia y capacidad, es menospreciada por su más que competente, y estrecho de miras, maestro: C. Auguste Dupin (un personaje creado por Edgard Allan Poe). Por casualidades del destino Hugo Beyle acudirá a Dupin en busca de ayuda para ser atendido por Flora mientras Dupin está investigando el asesinato de la médium Kathy Wuthering. Ambos casos demostrarán estar relacionados y el lector recibirá la recompensa final de asistir a la creación de la agencia de detectives Aspic.
Thierry Gloris, al que ya conocemos por su trabajo en Isabel. La Loba de Francia (compra obligada para los que disfruten del género histórico), demuestra aquí que además de ser un gran recreador histórico es un amante de las novelas de género detectivesco y de la visión del mundo sobrenatural de aquella época, recrea, con mucho cariño, el Paris de finales del XIX y nos ofrece deliciosos diálogos en los que la personalidad de Flora demuestra estar muy adelantada a su época, más incluso que a la actual. Un maravilloso trabajo en el que se suman tantas virtudes que cuesta destacar unas sobre otras.
Obviamente el trabajo de Jacques Lamontagne destaca por encima del de Gloris, ya se sabe que una imagen…, pero que eso no quite mérito al guionista, porque es él quien enfoca la cámara que son las manos de un Lamontagne que deslumbra a cada viñeta y que recrea, visual y espiritualmente, París. Además hay que destacar la expresividad y narrativa que nos ofrece el dibujante canadiense, y es que si en lo arquitectónico ha recreado Paris, también hay que sumar el mérito de haber dado vida a Dupin, Flora o Hugo.
En este momento me gustaría añadir que el trabajo de coloreado de Lamontagne también es elogiable, demostrando que la pareja compuesta entre Gloris y él da los mejores resultados posibles en todas las áreas.
La edición de Yermo es prácticamente impecable, un lujo y un detalle que opten por integrales que recopilen los arcos argumentales de Aspic abaratando el precio final y permitiendo leer cada arco integralmente.
En definitiva, Aspic. Detectives de lo desconocido ha resultado ser una más que agradable sorpresa con este primer arco argumental, La enana de los ectoplasmas, un grandísimo trabajo de Gloris y Lamontagne que repiten, y mejoran, en la siguiente entrega (que, obviamente, ya estoy leyendo).
A ver, la de abogados cristianos (me la agarras con la mano) me parece tan estúpido... en fin, además ahora,…