En la cultura anglosajona un viernes y 13 es un día ligado a la mala suerte, de la misma manera que en los países de habla hispana esa superstición se da con el martes y 13. Y la verdad es que no hay ningún hecho concreto que justifique el miedo a los viernes 13 o los martes 13, ni siquiera acontecimientos históricos que nos ayuden a explicarlo. Para el número 13, por el contrario, si que hay razones que le han asignado ese mal fario que arrastra. Por ejemplo, que Judas Iscariote, el apóstol que traicionó a Jesús, era el decimotercer invitado de la Última Cena. Pero sobretodo viernes 13 es el día en el que Jason Voorhees empezó a matar en el campamento de Crystal Lake.
“Viernes 13” (“Friday the 13th“) es una de las obras fundadoras del subgénero del cine de terror llamado slasher. Dirigida por Sean S. Cunningham y protagonizada por Adrienne King, Betsy Palmer, Harry Crosby, Kevin Bacon, Laurie Bartram y Mark Nelson, entre otros, nos contaba como el campamento Crystal Lake ha permanecido cerrado al público durante veinte años, debido a una serie de misteriosos asesinatos, todavía sin resolver, que se produjeron en el recinto. Ahora, una joven compra el campamento y contrata a siete jóvenes para que la ayuden a ponerlo en marcha de nuevo, pero todos ellos van a vivir una sangrienta pesadilla.
El asesino de la máscara de hockey protagonizó doce películas, desde 1980 hasta 2009, incluyendo un reboot que nos cuenta los orígenes de Voorhees, un cruce con Freddy Krueger o un viaje al espacio. Sorprendentemente, la primera “Viernes 13” tiene poco de todo lo que será luego el resto de la saga, empezando porqué en esta película de Sean S. Cunningham Jason no es el asesino sinó que lo es su madre y él es simplemente un niño que murió ahogado en el campamento por culpa de la negligencia de los monitores que estaban a su cargo. Por otro lado cuenta con algunos de los elementos que serán constantes en todas las películas de la franquicia, como que la rubia sobrevive. Y eso provocó conflictos importantes con los derechos legales de “Viernes 13“, pues fue en la segunda película que aparece el Jason Voorhees adulto y en tercera película que enfunda la emblemática máscara de portero de hockey, y eso no lo escribió Victor Miller, el guionista de la película original, que solo se quedó con los derechos del título.
¡Por cierto! El campamento Crystal Lake de la película es real. Es el campamento para boy-scouts No-Be-Bo-Sco en Hardwick, Nueva Jersey, que todavía está en funcionamiento a día de hoy, a pesar de haber sido el escenario de la terrorífica película. Muchos padres siguen llevando a sus hijos a pasar unos días en el campamento sin la menor inquietud de que Jason Voorhees irrumpa con intenciones mortíferas. Habitualmente sus instalaciones están vetadas a los visitantes ajenos a la actividad de los boy-scouts, pero desde hace unos pocos años se organizan visitas guiadas para conocer el lugar donde se rodó “Viernes 13“.
Pues yo recuerdo está película con mucho cariño. Quizás no llegue al nivel de Toy Story o Gremlins pero... ¿qué…