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Netflix seguro que pensó: si la audiencia responde ¿Por qué no hacer una continuación? Esto ha sido así toda la vida, pero en este caso no es una idea de guión la que ejecuta el giro argumental que permite que continúe la saga, sino el deseo de seguir exprimiendo la idea. Tampoco pasa nada, es cine de acción sin grandes aspiraciones artísticas y de lo que se trata es de que la gente se olvide de sus problemas y se entretenga pero yo ya entro en la película tragándome un sapo. A partir de ese momento pretenden meternos en un carromato de montaña rusa y todo es entrenamiento personal, persecuciones, tiroteos, peleas con algún momento dramático que lo que busca es darle la verosimilitud que ha perdido nada más comenzar…todo casi sin darte respiro y, evidentemente, con una producción sobrada de dinero para conseguir las escenas más espectaculares gracias a los efectos especiales y al sonido. No seré yo quien diga que esos planos secuencias de acción no me hipnotizan frente a la pantalla, pero el hecho es que los malos son muy malos, Tyler Rake es muy bueno y casi infalible y no me parece todo una sucesión de acciones y consecuencias sino una gran atracción montada ex profeso no para que tenga una coherencia y deje un poso sino para producir un mero impacto momentáneo a través de una sucesión de alardes técnicos. Misión cumplida, buen rato de entretenimiento, Chris Hemsworth cumple y a otra cosa. Lo que has visto se te olvida a los quince minutos, es lo que pasa cuando has visto cientos de títulos de este estilo