Casi un año después del anterior, aparece un nuevo número de Super Humor, la colección que recopila las aventuras de Mortadelo y Filemón, y en esta ocasión apadrinada por Penguin Random House, grupo editorial que se hizo con el fondo de Ediciones B. Toca el número 62, y contiene unas cuantas sorpresas que paso a comentar.
Super Humor: Mortadelo y Filemón 62
Guión: Francisco Ibáñez
Dibujo: Francisco Ibañez
Tinta: Francisco Ibáñez
Color: Francisco Ibáñez
Formato: Libro cartoné, 192 págs. color.
17,9€
Álbum que recopila las aventuras Sueldecitos más bien bajitos, en la que nuestros amigos tendrán que redondear su mísero sueldo con ocupaciones disparatadas, Miseria, la Bacteria!, donde se enfrentarán a la alocada mujer del profesor Bacterio, creadora de inventos más extravagantes aún que los de su esposo, y Drones matones, que tiene como protagonista a un dron inventado por Bacterio que hará ir de cabeza a los agentes de la T.I.A. Además, recopilación de aventuras cortas de Mortadelo y Filemón.
El Super Humor 62 contiene tres aventuras largas y unas cuantas cortas. Las largas son Sueldecitos más bien bajitos, ¡Miseria, La bacteria! Y Drones matones. De estas dos últimas ya hablamos aquí y aquí. De “Sueldecitos” no hemos tenido la oportunidad de hablar, y es buen momento para hacerlo.
Esta aventura creada por Francisco Ibáñez al guión y dibujos y Juan Manuel Muñoz a los acabados y la tinta, parte de una propuesta bien simple: la necesidad de buscar otros empleos para poder llegar a fin de mes. El Súper que también se ve implicado en tan menesterosa situación, ofrece a Mortadelo y Filemón alternativas laborales, que los agentes reventarán con su habitual torpeza. A situaciones ya vistas como la incursión en un pueblo bestiajo, en una obra y en un hospital, se añaden otras que incluyen algún detalle novedoso, como es llevar a cuestas un ataúd o tener que limpiar unos retretes. Esta aventura no anda escasa de escatología como bien se refleja en la portada, creada ex profeso por Ibáñez para este tomo. “Sueldecitos” tiene momentos divertidos, lo normal con tanto gag encadenado (los empleos alternativos de Ofelia, Bacterio o el Súper son tronchantes), pero está lejos de los mejores tiempos de la colección. Los dibujos impecables, pero hay unas pocas erratas en los textos que habrían necesitado de una revisión más profunda.
Este tomo recopila los Magos del humor (su versión en Olé aún tardará en aparecer) e incluye las portadillas de cada álbum.
La verdadera sorpresa de este libro son las historietas cortas, que por una razón u otra se habían quedado fuera de los Super Humor en su actual etapa hasta ahora. Son estas:
- El anti-imán, originaria de Super Pulgarcito en 1973, para detener al villano Mortadelo y Filemón usarán un invento de Bacterio que provocará toda clase de desastres con objetos metálicos. 8 páginas sin freno y muy divertidas.
- En el gimnasio (Mortadelo Gigante, 1974), se deberán infiltrar en un gimnasio para atrapar a un agente enemigo. Digamos que los agentes no están muy en forma, y aquí se demostrará todavía más. Genial historieta de 6 páginas.
- ¡Trampas! (Super Mortadelo 33, 1974), donde deberán acudir a la guarida de Fulano, el Chino, experto en trampas, y apoderarse de un maletín. Otra gran historieta de 6 páginas con gags maravillosos, como el del león.
- Protegiendo al Súper, con una errata en el título del tomo (“portegiendo”), es una muy curiosa aventura de 1983 de sólo cuatro páginas, en la que Mortadelo nos enseña multitud de disfraces. Siempre ha estado entre mis favoritas. En el olé 25 aniversario apareció con el título “Baile de disfraces” para encajar con la propuesta de mostrarnos el ropero de Mortadelo, que era de lo que trataba aquel ejemplar.
- Cohete 2000 es otra gran historieta corta de 1973, con cabecera como si se tratase de una larga, que Ibáñez trabajó con esmero. Los agentes deben conducir un bólido, y aunque con menos gags estos están más elaborados, por lo que se trata de una aventura magnífica.
- Las dos últimas, ¡Esto ocurrió muy cerca de la Navidad! (Mortadelo extra navidad, 1990) y ¡El Súper peligra!, (Mortadelo, 1991) tienen comienzos prometedores, pero el dibujo o acabado no está a la altura de las circunstancias. Son curiosas, pero lejos de la calidad de las otras más antiguas. Ambas son de la etapa de Ediciones B, cuando Ibáñez delegaba demasiado en sus ayudantes.
Por estas aventuras cortas, Super Humor número 62, es un imprescindible en la biblioteca de los fans.
Curioso porque justo ahora ando enganchado a la trilogía de los Arquitectos... y en cuanto acabe con ella iré a…