Sin la menor duda, una de las series más esperadas de este año 2017 era “Star Trek: Discovery“, la nueva entrega de la famosa franquicia creada por Gene Roddenberry que ha cumplido ya cincuenta años. Y llegados a su primer ecuador, tras nueve capítulos, podemos afirmar que ha cumplido con las expectativas. Un notable, pero lejos del sobresaliente.
Tras un siglo de silencio, estalla la guerra entre la Federación y el Imperio Klingon, con un oficial de la Flota Estelar caído en desgracia como protagonista.
El pasado mes de septiembre de 2016 se celebró el cincuenta aniversario del estreno de “Star Trek“, la serie de televisión creada por Gene Roddenberry que ha permitido a varias generaciones viajar al espacio, la última frontera, acompañando a la nave estelar Enterprise, en su misión permanente de explorar nuevos y desconocidos mundos, de buscar nuevas formas de vida y nuevas civilizaciones, de ir audazmente donde nadie ha ido jamás. En concreto el jueves, 8 de septiembre de 1966, a las 20:30 horas se estrenaba “Star Trek” en las televisiones de los EE.UU. y empezaba el mito.
Desde “La conquista del espacio”, que es como llegó la serie de televisión “Star Trek” a nuestro país, hasta “Star Trek: La nueva generación” con el capitán Jean Luc Picard a finales de los años ochenta, pasando por el “Deep Space Nine” de Benjamin Sisko, sin olvidar ni la “Voyager” de la capitana Janeway, ni el “Enterprise” del capitán Jonathan Archer, ni las trece películas que se han estrenado en los cines de todo el mundo (las tres precuelas de J.J. Abrams, las ocho películas con la tripulación de la serie original y las tres con TNG). Y desde el mes de enero de 2017, “Star Trek” tiene una nueva serie de televisión que muchos esperábamos con impaciencia y, porqué no, curiosidad: “Star Trek: Discovery“.
Sí, es una evidencia que la temporada televisiva de este año esperaba con curiosidad la llegada de “Star Trek: Discovery” a la abarrotada parrilla, donde los errores no se perdonan y el más leve atisbo de bajada de audiencia se castiga con la cancelación, mientras que los trekkies más fieles al espíritu original de la franquicia la esperaban con tanta ilusión como miedo. El temor lógico a la ilusión rota. ¿Y si la propuesta de Bryan Fuller y Alex Kurtzman para CBS Television Studios no estaba a la altura de las expectativas? Las noticias y los rumores que se filtraban ya avisaban que la nueva serie de “Star Trek” nos iba a presentar una nueva nave, nuevos personajes y misiones, pero prometían que iban a mantener el mismo espíritu por el futuro y la exploración que inspiró a una generación de soñadores. Y parece que se han acercado bastante.
Llegados al ‘half-season‘ y el tradicional descanso invernal, que interrumpe la emisión de la serie hasta enero del año que viene, parece que es un buen momento de hacer balance de los nueve primeros episodios de “Star Trek: Discovery“, que nos han dejado desde vulcanianos hasta klingons, desde batallas espaciales espectaculares hasta un par de protagonistas LGTB para cumplir con la corrección política imperante, desde una protagonista que derrocha carisma y muchísimas posibilidades a algunos secundarios algo pobres y prescindibles. En resumen, un notable alto y un buen sabor de boca.
“Star Trek: Discovery” contará con un total de 15 episodios en su primera temporada. En España, y a nivel internacional para otros 188 países, los veremos en Netflix, pero en Estados Unidos la emite CBS All Access, la plataforma de streaming de la cadena homónima estadounidense. Como antes hemos comentado, los responsables originales de la serie eran Alex Kurtzman y Bryan Fuller, pero Fuller, que fue guionista en “Star Trek: Deep Space 9” y “Star Trek: Voyager” se vio obligado a ceder el mando como showrunner a Kurtzman y los guionistas Gretchen Berg y Aaron Harberts, ya tenía un compromiso con otras dos nuevas series, “American Gods” y “Cuentos asombrosos”, y los días solamente cuentan con veinticuatro horas (de momento, hasta que nadie diga lo contrario).
La historia de “Star Trek: Discovery” se inicia una década antes de los eventos narrados en la “Star Trek” original, de que el capitán James Tiberius Kirk comandase la flamante U.S.S. Enterprise, de modo que prácticamente coincide en la línea temporal con la serie original.
La temporada empezó de forma brillante con los dos primeros episodios, “El saludo vulcano” y “Batalla en las estrellas binarias“, donde conocimos a la comandante Michael Burnham, de la nave U.S.S. Shenzhou de la Federación, y su capitana Phillipa Georgiou. Burnham, el personaje al que da vida la actriz afroamericana Sonequa Martin-Green (que quizás alguno reconoce como Sasha en la serie “The Walking Dead”), es biológicamente humana pero fue rescatada y criada por el padre vulcaniano de Spock, y cuando cuestiona la actitud pacífica de su capitán ante el encuentro de la nave con fuerzas hostiles, es encerrada en el calabozo por insubordinación. Finalmente se une de nuevo a su capitana en un audaz plan para terminar una batalla que amenaza con convertirse en una guerra contra los hostiles, belicistas y supremacistas klingon, con resultados catastróficos. Pero cuando su destino parece inevitable y funesto, el capitán Gabriel Lorca, al mando de la misteriosa nave U.S.S. Discovery de la Federación Unida de Planetas incorpora a la insubordinada a su tripulación tal y como nos cuentan en el tercer episodio, “El contexto es para los reyes“.
Los siguientes seis capítulos, titulados “Al cuchillo del carnicero no le importan los chillidos del cordero“, “Elige quién sufre“, “La magia que vuelve loco al hombre cuerdo“, “Si vis pacem, para bellum” y “En el bosque me adentro“, con una duración de entre 40 y 50 minutos por episodio, nos han permitido seguir descubriendo secretos de la nave U.S.S. Discovery, de su capitán Gabriel Lorca, del misterioso sistema de propulsión que permite a la nave aparezca por sorpresa en cualquier lugar de la galaxia, del teniente Saru al que conocimos como oficial científico de la Flota Estelar a bordo de la nave U.S.S. Shenzhou, de los peligros de las naves klingon que disponen de la tecnología que les proporciona invisibilidad, y también conocer al teniente Tyler que escapó junto a Lorca de los terribles calabozos de los klingon, explorar un planeta con singulares propiedades comunicativas, a la almirante Cornwell o temblar ante la crueldad de los herederos del mesías klingon T’Kuvma.
“Star Trek: Discovery“, como no podía ser de otra manera, tiene aciertos y errores. Los aciertos se quedarán, y los errores tienen mucho tiempo por delante para corregirse. Entre los primeros destacan, por supuesto, Michael Burnham como la oficial de la U.S.S. Shenzhou caída en desgracia tras su subordinación y la muerte de su capitana, y como humana criada en la cultura vulcaniana por Sarek (y, por lo tanto, hermana adoptiva de Spock). También personajes como Saru, el alienígena de la raza kelpien que es el Spock o el Data de la serie y que bajo las capas de maquillaje esconde al actor Doug Jones, y el capitán Gabriel Lorca, interpretado por Jason Isaacs. El segundo tiene un punto oscuro, problemas físicos y una visión belicista en la forma de afrontar los retos de la Discovery. Un militar a bordo de una nave de exploración. A los aciertos yo le añado también la caracterización de la raza extraterrestre de los klingon, bastante distinta a la que conocíamos, pero que trasmiten más ferocidad y violencia, y también no dudar en añadir la diversidad (racial y sexual) con naturalidad en pleno mandato del conservador Donald Trump, cosa que la serie original ya había hecho sin pudor: recordemos que Uhura y Kirk se dieron el primer beso interracial de la historia de la televisión. ¡Ah! Y el brillante y entretenido episodio “La magia que vuelve loco al hombre cuerdo“, que podría haber sido escrita por Gene Roddenberry para la serie original. De hecho, Rod Roddenberry, hijo del creador de “Star Trek”, es guionista y productor de la serie.
Y entre los errores de “Star Trek: Discovery” podemos señalar al teniente Paul Stamets, un astromicólogo experto en hongos que tiene un carácter excéntrico y demasiado desordenado, o la insoportable Sylvia Tilly, compañera de habitación de Burnham. O el hecho de mantener en silencio a algunos personajes que podemos ver en el puente de mando de la U.S.S. Discovery, como una robot femenina o una mujer con implantes cibernéticos en la cara, de quienes no sabemos nada todavía pero que despiertan la curiosidad del espectador. ¿Más? Mucho más: ¿eliminar del tablero a T’Kuvma tras dos episodios? Mal. ¿La exploración de planetas desconocidos y descubrir razas alienígenas tal y como se hacía en TOS? Bien. ¿Los efectos especiales del siglo XXI en una serie ideada en el siglo XX? Bien. ¿La propulsión del motor de esporas? Bien, todo un hallazgo. ¿La klingon que siente una pasión enfermiza por el teniente Tyler? Mal. ¿La duración de los capítulos? Bien. ¿La secuencia de apertura de la serie? Muy bien, y el guiño final a la música clásica es brillante. ¿Los diseños? Geniales, y de hecho la misma U.S.S. Discovery está basada en unos bocetos de Ralph McQuarrie para una película del año 1970 “Star Trek: Planet of the Titans”, que no llegó a buen puerto.
El 24 de septiembre “Star Trek: Discovery” se estrenó en la cadena de televisión CBS, logrando una audiencia de 9,6 millones de espectadores y, tras seis episodios con una gran aceptación por parte del público y la crítica, ha sido renovada para una segunda temporada. No ha terminado aún la primera temporada, y tendremos que esperar hasta el 14 de enero para regresar a la Discovery con los seis episodios restantes, pero creemos que es una decisión acertada: “Star Trek: Discovery” ha conseguido ser fiel al espíritu original de la franquicia pero, a su vez, superar el clasicismo y presentarse como un relevo necesario, como la modernización de la propuesta, como la verdadera “Star Trek” del siglo XXI.
Larga y próspera vida a “Star Trek: Discovery“.
Pues yo recuerdo está película con mucho cariño. Quizás no llegue al nivel de Toy Story o Gremlins pero... ¿qué…