El mes de Abril del año 2008, coincidiendo con el Saló del Cómic de Barcelona, Norma Editorial retomó la publicación de “Percevan“, un clásico del cómic europeo de fantasía heroica, allí donde lo había dejado interrumpido la desaparecida editorial Grijalbo diez años atrás. Tres años después la serie alcanza la decimotercera entrega, titulada “Las tierras sin retorno“, que lleva al caballero pelirrojo hasta el lejano Oriente.

image1El valiente caballero y su fiel amigo Kervin deberán viajar al lejano Oriente en busca de un animal mítico: los caballos celestes, mitad caballo, mitad dragón, para así poder liberar a la princesa secuestrada por el salvaje Qan.

Desde la última aventura en castellano de Percevan publicada en el año 1998 por Grijalbo (el décimo número, “El Señor de las Estrellas”), Norma Editorial continuó adelante con los siguientes número de la serie, “Los Sellos del Apocalípsis” y “El Séptimo Sello”, además de redistribuir el stock de álbumes y reeditar los números clásicos empezando desde el primero (“Las tres estrellas de Ingaar“, del año 1981). Fue una buena decisión, tanto desde el punto de vista comercial como por el hecho de tender un guante y fidelizar a un numeroso grupo de aficionados y seguidores de la obra de Léturgie y Luguy que hacía mucho tiempo que esperaban que alguna editorial asumiera el legado de Grijalbo.
“Las tierras sin retorno” (“Les terres sans retour” en su edición original en francés) es el tercer número de “Percevan” que publica Norma Editorial, y el primero autoconclusivo que no forma parte de algún ciclo. A continuación ya esperan “Les Marches d’Eliandysse” y “El huitième royaume”, dos nuevas entregas que garantizan la continuidad de esta serie clásica francobelga de fantasía, una de las más longevas.
Este álbum nos devuelve las fantásticas aventuras de Percevan, el clásico héroe apuesto y valiente, acompañado siempre por su fiel amigo Kervin, un sidekick gordo, ingenuo y comilón, y la mascota de éste, Guimly, un pequeño roedor que esconde numerosos secretos. En “Las tierras sin retorno”, los dos protagonistas y la pequeña criatura peluda viajan hasta el lejano Oriente al rescate de la princesa Fu Hao, la prometida de un rey malvado y de salud precaria que ha sido secuestrada por el bandido nómada Qan. Este villano, un caudillo guerrero de las estepas, sólo esta dispuesto a liberar a la princesa oriental a cambio de una mítica criatura, un ejemplar de caballo celeste que convertiría su ejército en una fuerza indestructible. Pero los caballos-dragón, que nadie ha visto jamás y solamente se conocen por las leyendas y los cuentos, viven más allá de la tierra sin retorno, unas regiones traicioneras, llenas de peligros y trampas, de las que nadie ha regresado vivo. Percevan será el encargado de conseguir lo imposible a cambio de la vida de su amada Balkis, secuestrada una vez más por un rey sin escrúpulos.

Creado por los guionistas franceses Jean Lèturgie y Xavier Fauche (éste último sólo en siete de los tomos, pues abandonó la serie tras el octavo número, “La Tabla Esmeralda”) y del dibujante Philippe Luguy, Percevan apareció por primera vez en 1981 en las páginas de “Gomme”, una revista mensual destinada al público juvenil de la editorial Glénat. El éxito en Francia fue lo bastante importante para que hoy, treinta años después, esta saga de fantasía siga en activo y se pueda considerar con derecho propio una obra de culto y referente indiscutible en su género, gracias a, en palabras de la propia Norma Editorial, una “hábil combinación de aventura épica y fantasía, unida a elaboradas tramas y un dibujo minucioso e impactante”.
Como la mayoría de las historias de “Percevan”, “Las tierras sin retorno” es una aventura simple, plana, sencilla y directa, sin muchos requiebros argumentales ni golpes de efecto, y que resulta ingenua y poco elaborada frente a los álbumes más destacados del caballero pelirrojo, como “El País de Aslor”, “El Arenal del Jerada” o “La Espada de Ganaël”. Pero el argumento, como en todos los álbumes de “Percervan” está bien introducido, sin forzar situaciones y con un desarrollo entretenido e interesante. Hay momentos cómicos, terroríficos y de acción trepidante, por lo general combinados en dosis mesuradas. Lo mismo sucede con el dibujo de Luguy, cuyo trazo ha evolucionado desde una línea clara, elaborada y limpia de los primeros diez álbumes a una extraña mezcla de trazos sucios para algunas criaturas, las texturas de los paisajes de fondo o los efectos mágicos, que se había ido introduciendo paulatinamente. Este estilo limpio (que no línea clara) de Luguy, un autodidacta del dibujo, es el elemento destacable de un dibujante que huye del realismo hacia la representación caricaturizada, con líneas firmes y gran atención a los detalles sin caer en lo recargado, color muy correcto y una ambientación que suele ser sublime (la imaginería fantástica de objetos, artefactos, escenarios, edificios, lugares, paisajes,…), pero que decae en este álbum a una simplificación poco habitual, carente de detallismo. La excusa de la ambientación, de paisajes desolados y desérticos, no es una razón que justifique la austeridad del trabajo del dibujante puesto que en otros álbumes anteriores ubicados en territorios similares (como “El Arenal del Jerada” o “El Arcano Negro”) el nivel del trabajo de Luguy roza la excelencia.
A pesar de estas puntualizaciones sobre el aparente descenso de calidad del trabajo de Luguy y Léturgie, las aventuras de Percevan se han ganado el título de cómic de culto merced al elaborado dibujo y los inteligentes guiones de Léturgie, ricos en situaciones de suspense, en los que la eterna lucha entre el bien y el mal cobra una nueva dimensión. Es una obra recomendable para todas las edades, aunque un tono más adulto ha ido ganando terreno con el paso del tiempo. Y es que, tanto gráficamente como a nivel de guión, “Percevan” está orientado a un público más adulto que otros de su género, como “Asterix” o “Los Pitufos”. Su contenido no es infantil, sus historias incluyen elementos de terror y drama en pequeñas dosis, la muerte existe y arrastra a algunos personajes, los villanos son traicioneros y crueles, la tensión acompaña las escenas de acción, el sexo y las relaciones no son ajenas al hilo argumental y la habilidad de Luguy para representar a los personajes femeninos aporta carga erótica a las aventuras de Percevan. La presencia de personajes cómicos, ingenuos y simples como Kervin y el pequeño simlusnanus Guimly es lo único que aporta a la serie un toque infantil.

Percevan 13. Las tierras sin retorno.
Título original: “Percevan 13. Les terres sans retour”
Guión: Jean Léturgie
Dibujo: Philippe Luguy (
www.luguy.com)
Color: Antoine Lecocq
Editorial: Norma Editorial
ISBN: 978-84-679-0325-6
Formato: 21,6×28,8cm. Cartoné. Color.
Páginas: 48
Precio: 13 euros