En 2017 Marvel publicó la mini serie “Monsters Unleashed!“, un evento editorial que supuso un soplo de aire fresco entre tanta saga dramática (“Secret Wars”, “Civil War II”, etc…). Un chaval llamado Kei Kawade, por culpa de la terrigenesis inhumana, adquiere el poder de crear monstruos reales a través de sus dibujos. Estas criaturas pondrán en jaque a los grupos de superhéroes de turno (Vengadores, Campeones, Guardianes, Patrulla-X, Inhumanos) y colarán a su creador, apodado Kid Kaiju, en la galería de personajes con serie propia del Universo Marvel.
Monsters Unleashed!. La colección completa (Col. 100% Marvel)
Edición original: Monsters Unleashed! v3, 1-12 USA
Guión: Cullen Bunn, Justin Jordan
Dibujo: Adam Kubert, Salvador Larroca, David Baldeón
Formato: Libro rústica, 280 págs. A color.
Precio: 25 euros
¡Libera una vez más a todos los muertos! Descubre el destino de Kid Kaiju después de que consiguiera salvar al planeta entero del ataque de las peores criaturas que haya conocido la Tierra. Ahora, él y sus monstruos forman equipo con Elsa Bloodstone.
La serie fue breve (cinco números USA) y divertida, con apenas unos cruces fuera de la serie troncal. Los Leviatones eran el peligroso enemigo al que debían enfrentarse los héroes marvelitas, con la ayuda del chaval, si bien al principio había dibujado a criaturas recurrentes como Fing Fang Foom, Zzutak o Gorgilla, que flaco favor hacían a la humanidad, para combatir al peligro de Los Leviatones creó a un grupo de monstruos de su invención: Slizzik, Hi-Vo, Aegis, Fireclaw, Scragg y Mekara. Fireclaw murió en la batalla, pero el resto sobrevivieron para aparecer en la nueva serie de 12 números.
Finalizado el evento se abre un nuevo escenario: Kid kaiju vive con sus padres en la Isla Mu, supervisado por SHIELD y Control de Daños. HERBIE, el robot que fuera creado en la serie de dibujos de los Cuatro Fantásticos en 1979 y rescatado por John Byrne en la grapa mensual, da clases al muchacho. También Elsa Bloodstone tiene su cuota en este cómic, como buena cazadora de monstruos que es.
Cullen Bunn, guionista de la saga original, tuvo luz verde por parte de la editorial de poner en marcha una serie regular, que no pasaría de los 12 números por la falta de ventas. Bunn se encarga de los primeros 8 capítulos, cediendo la parte escrita a Justin Jordan en lo que resta de serie. El baile de dibujantes, como suele ser tónica habitual, nos trae hasta siete artistas diferentes, aunque de estilo similar, siendo el más destacado David Baldeón, por tener un estilo más personal y rompedor. Con todo, el resto de dibujantes mantienen el nivel, si bien no destacan por nada en especial. Cumplen y ya está. Panini ha juntado los doce números en un integral, añadiendo portadas alternativas y una historia corta de presentación que hubiese quedado mejor al principio del tomo.
El principal objetivo de Bunn al desarrollar esta serie ha sido el de integrar a su creación en el Universo Marvel, trayendo villanos y personajes que suelen ser secundarios recurrentes en otros títulos. Previsible es que aparezca el Hombre Topo, con su eterno estatus de villano de buen corazón. ¿Cuántas veces lo hemos visto ayudar a los héroes tras enfrentarse a ellos? Desconcertante es la reunión de supervillanos de gran coeficiente intelectual, que en tiempos pasados, individualmente, han puesto en jaque a pesos pesados como La Patrulla-X o Los cuatro Fantásticos. Sí, hablo de Míster Siniestro, El pensador Loco, El Líder o M.O.D.O.K. Aquí son usados de forma un tanto paródica, y por qué no decirlo, ridícula.
Una vez que Bunn abandona el barco a la deriva, Justin Jordan se pone manos a la obra para conferir a las criaturas de Kid Kaiju de más trasfondo que el mostrado hasta el momento. Estos personajes recuerdan demasiado a los robots de Transformers, con sus personalidades dicharacheras y sus gracietas de turno. Desde el número 8, algunos de ellos tendrán su momento de gloria resolviendo situaciones peliagudas junto al chaval. Elsa Bloodstone deja su papel de pepito grillo y deja paso a cameos como el de Karnak o la Chica Luna, participando en aventuras sin mucho sentido.
Las historias tienen un planteamiento curioso, pero la resolución es poco satisfactoria. El humor es flojo, no hay nada especialmente destacable, las referencias a Chtulu o a Transformers están muy vistas. La aparición esporádica de los padres, dos pasmarotes, roza lo vergonzoso. No hay emoción, no hay alma o al menos esa impresión me ha dado. Es una más en el lote de cómics de héroes infantiles de la editorial, y como tal, sólo la recomiendo para lectores muy jóvenes que se diviertan viendo monstruos o copiándolos.
Pienso que si hay algo sobre lo que hablar son las acciones hostiles de organizaciones conservadoras como el Observatorio para…