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Durante muchos años la mayoría de espectadores recordaban la película “Lifeforce” solamente porqué la exhuberante Mathilda May se pasaba casi todas las escenas en las que aparecía el film totalmente desnuda. En esta película del mítico Tobe Hopper la actriz interpretaba a una alienígena que adoptaba la apariencia de una sensual joven para robar la energía vital de los humanos. Y para ello, nada mejor que ir desnuda arriba y abajo.

Aunque no sea una de sus mejores películas, en la silla del director de “Lifeforce” se sentaba el mítico y aún añorado Tobe Hooper, uno de los grandes maestros del terror, responsable de joyas del género como “La matanza de Texas“, “El misterio de Salem’s Lot” o “Poltergeist“, y eso le da una oportunidad a esta mezcla de terror y ciencia-ficción con vampiros extraterrestres producida por los infames productores judíos Menahem Golan y Yoram Globus, de Cannon, responsables de un montón de películas de baja calidad, de producción rápida y barata.

Protagonizada por Steve Railsback, Peter Firth, Frank Finlay, Mathilda May, Patrick Stewart, Michael Gothard, Nicholas Bal, Aubrey Morris, Nancy Paul, John Hallam, Chris Jagger, John Keegan y Jerome Willis, “Lifeforce” (que se estrenó en nuestro país con el añadido de “Fuerza vital” para los que tenían problemas con la lengua de Shakespeare) estaba basada en la novela “Los vampiros del espacio” ​de Colin Wilson y nos contaba como una nave espacial viaja desde el planeta Tierra hacia el cometa Halley. Antes de llegar a su destino se encuentran que hay una nave extraterrestre atrapada en la cola del famoso cometa. Los tripulantes de la nave deciden investigar la nave alienígena y en su interior descubren centenares de cadáveres y tres cápsulas de cristal, con dos hombres y una mujer en su interior. Cuando regresan a la Tierra llevarán hasta el planeta a una letal y sedienta raza de vampiros del espacio que drenan la energía vital de seres humanos.

Lifeforce” se llevó el galardón a los mejores efectos especiales en el Festival de Sitges del año 1985, muy merecido por sus excelentes maquillajes, animatronics y maquetas, pero no funcionó en los cines: aunque los de Cannon pusieron 25 millones de dólares la película apenas recaudó 11. Ni siquiera el reclamo de los desnudos frontales de Mathilda May llevaron al público a las salas, pero donde sí que tuvo mucho éxito “Lifeforce” fue en los videoclubs.

La película aún hoy genera debate: para algunos es un film de culto del género y para otros una mayúscula bazofia.

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