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La verdad es que si los libros de J. K. Rowling consiguieron que muchos jóvenes descubriesen su pasión por la lectura, y apareciera de la nada una nueva generación de lectores, la primera adaptación de las aventuras de Harry Potter a la gran pantalla, “Harry Potter y la piedra filosofal” de Chris Columbus, en el año 2001, nos hizo creer en la magia, e incluso nos hizo querer volver al colegio. ¡Aún hoy sigo esperando con ilusión a que me llegue por fin la carta para ir a Hogwarts! Y tu también, no me digas que no… La dificultad de adaptar una novela popular a la gran pantalla se multiplicaba por cinco cuando el cine tuvo que convertir en imágenes creíbles esos lugares imaginarios tan originales como el andén 9 y 3/4 de la estación de King’s Cross, el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, el callejón Diagon, los partidos de Quidditch, o el Bosque Prohibido. Una vez conseguido esto, todo fue más fácil.

Protagonizada por Daniel Radcliffe, Rupert Grint, Emma Watson, Robbie Coltrane, Gary Oldman, Michael Gambon, Alan Rickman, Maggie Smith y David Thewlis, la mayoría de ellos los actores habituales de la saga de ocho películas, “Harry Potter y el prisionero de Azkabán” nos cuenta como Harry Potter vuelve un año más a la escuela de Hogwarts. Es un nuevo curso en la escuela de magia donde Harry tendrá que lidiar no solo con sus profesores, algunos de sus insoportables compañeros y con la pubertad incipiente sino con la amenaza de Sirius Black, un peligroso mago acusado de innumerables muertes y fugado de la cárcel de Azkabán en busca de Harry. Menos mal que el joven aprendiz de mago tiene un amigo en el nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, Remus Lupin, y sus fieles Ron Weasley y Hermione Granger que están siempre a su lado.

Es indiscutible que “Harry Potter y el prisionero de Azkabán” es la mejor de todas las películas de Harry Potter, quizás porqué el libro también es el mejor de todos los libros de J. K. Rowling. Lo del libro sería discutible, pero lo de la película de Alfonso Cuarón no lo es. Y con una fabulosa, como no podía ser de otra manera, banda sonora del maestro John Williams todo alcanza la excelencia.

Harry Potter y el prisionero de Azkabán” es la primera película de Harry Potter que deja atrás la fantasía para todos los públicos y se convierte en una película siniestra y adulta. De hecho uno de los grandes aciertos del libro es que J. K. Rowking deja de lado a Voldemort, el mago maligno culpable de la muerte de los padres de Harry que en las próximas entregas va a ser el antagonista principal del protagonista, y centra el relato en desentrañar el pasado de familiares y conocidos de Harry Potter. El hecho de que Harry deba sobrevivir a seres tan siniestros como los dementores y al inquietante Sirius Black, además de lidiar con hombres lobo, hipogrifos, boggarts, árboles boxeadores, lunas llenas espectrales y autobuses de tres pisos que pueden cambiar de tamaño, ofrece al espectador una nueva perspectiva de la saga. Deja atrás la historia infantil del niño-mago para adentrarse en las inquietudes adolescentes y en los monstruos que acechan en la oscuridad. Un punto de inflexión para la franquicia. El director Alfonso Cuarón dinamitó la idea de Harry Potter que había creado Chris Columbus en las dos primeras películas de la saga, “Harry Potter y la piedra filosofal” y “Harry Potter y la cámara secreta“. De hecho, ¿quién mejor que Alfonso Cuarón, quién con la magnífica “Y tu mamá también“, nos explicó lo que ocurre cuando el paso del tiempo transforma la inocencia de la infancia en la cruda montaña de dudas de la pubertad?

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